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Ban Ki-moon no encuentra su lugar en la intervención internacional en Libia

Fuentes: IPS

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aparece sin un papel específico en la intervención internacional en Libia, pese a que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad del foro mundial señala expresamente que debe «coordinar» la misión de «protección de la población civil». El documento de ocho páginas, adoptado por el Consejo de […]

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aparece sin un papel específico en la intervención internacional en Libia, pese a que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad del foro mundial señala expresamente que debe «coordinar» la misión de «protección de la población civil».

El documento de ocho páginas, adoptado por el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el 17 de este mes, estipula que se informe «de inmediato» a Ban y al secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, de las medidas tomadas para implementar la «zona de exclusión aérea» sobre Libia, «coordinar» con ellos las mismas y «entregarles un concepto de las operaciones».

«Es quizá la primera vez que un secretario general de la ONU participa en la planificación de operaciones militares», señaló el experimentado periodista Chakravarthi Raghavan, quien cubre todo lo relativo al foro mundial en Nueva York y Ginebra desde los años 60.

«Leí la resolución detenidamente», puntualizó. «Varias de las naciones que imponen la zona de exclusión aérea para proteger a la población civil están obligadas a informar al secretario general, pero también hay párrafos que estipulan que deben ‘cooperar’ con él».

Pero no hay nada en la resolución que lo obligue a coordinar o planificar las operaciones militares, precisó Raghavan, ex editor del South-North Development Monitor en Ginebra.

«Es terrible que el secretario general, posiblemente con posibilidades de aspirar a un segundo mandato, haya participado en la reunión de París, donde se planearon las operaciones», indicó.

Los detalles de la implementación de la zona de exclusión aérea se arreglaron en la capital francesa la semana pasada en una reunión entre jefes de Estado y cancilleres, la mayoría de países miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, además de Ban y Moussa. «Habrá que ver hasta donde el secretario general se comporta como general Ban, con influencia sobre las decisiones militares en tiempo real», señaló Phyllis Bennis, directora del New Internationalism Project, del Instituto de Estudios Políticos, con sede en Washington.

El texto de la resolución establece que debe haber una estrecha coordinación entre los gobiernos participantes en las operaciones militares en Libia y el secretario general de la ONU, indicó.

«Pero no queda claro, ni en la resolución ni en las posteriores declaraciones de los gobernantes cuál debe ser el verdadero papel del secretario general, si es que tiene que tener uno», dijo Bennis a IPS.

Además de la obligación de los gobiernos de «coordinar entre sí y con el secretario general» las acciones militares, el único papel que le fue asignado es informar al Consejo de Seguridad qué medidas se están tomando, explicó Bennis, autora de «Calling the Shots: How Washington Dominates Today’s U.N.» (Ejercicio de autoridad: Cómo Washington domina la ONU).

Ban participó en la reunión de París, pero no hay indicios de que el secretario general esté, efectivamente, desempeñando un papel sustancial en las decisiones militares, apuntó.

Al parecer su principal papel será el de informante del Consejo de Seguridad, en el que cinco de sus miembros, por cierto, mostraron distintos grados de oposición a la intervención en Libia, añadió Bennis.

Dada la preocupación del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de que la intervención militar en Libia cuente con apoyo de la ONU, la presencia del secretario general en París puede haber sido un gesto político para recordar al mundo que el ataque franco-británico-estadounidense, con una mínima participación de otros países europeos y la, hasta ahora teórica, de Qatar, cuenta con el visto bueno del foro mundial.

El primer paso que dio el secretario general en la implementación de la zona de exclusión aérea fue participar en la reunión de París, declaró el portavoz de la ONU, Martín Nesirky.

«Forma parte del seguimiento de la resolución del Consejo de Seguridad», indicó.

«Estoy seguro de que cuando regrese e informe al Consejo de Seguridad, como lo estipula la resolución, se conocerán más detalles sobre la coordinación», precisó.

«Los países están obligados en el marco de la resolución 1973 a notificar sobre las medidas que toman. Así como se recibe la información, se transmite al Consejo de Seguridad», respondió al ser consultado sobre si el secretario general estaba enterado de los ataques aéreos.

La reunión de París es un «claro ejemplo de coordinación», declaró.

«Estoy seguro de que en los próximos días se conocerán otros mecanismos que estén siendo empleados, por lo menos cuando el Consejo de Seguridad reciba la información», añadió Nesirky.

No hay duda de que, dados los antecedentes sobre zonas de exclusión aérea ilegales, como la impuesta por Estados Unidos y Gran Bretaña en Iraq en 1991 –que dejó más de 700 personas muertas, de las cuales la ONU sólo reconoció 144 en 1999- es prioridad de los países occidentales involucrados que el foro mundial figure al frente y en el centro del operativo, dijo Bennis a IPS.

Pero el llamado de Ban para que «todas las partes terminen de inmediato la violencia, de acuerdo con las resoluciones del Consejo de Seguridad 1970 y 1973, y asuman la responsabilidad de proteger a los civiles», puede ser una forma de reafirmar las limitaciones de las potestades de la ONU.

O quizá pretendió recordar a las potencias occidentales sus limitaciones. Si bien la resolución contempla el uso virtualmente ilimitado de «todas las medidas necesarias», las restringe a la protección de civiles, no para apoyar ni fomentar ni permitir las operaciones militares de la oposición de Libia, apuntó.

La declaración del secretario general pueden ser una forma de distanciarse del objetivo declarado de los países participantes de terminar con el régimen del coronel Muammar Gadafi, lo que claramente viola la resolución 1973, pero está en el centro del operativo dispuesto por Washington, París y Londres, concluyó.

Fuente: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97835