
En este artículo el autor muestra como el reciente asesinato de Marcelo Arruda, dirigente del PT, es una consecuencia de la política del odio promovida por Bolsonaro y su gobierno.
En este artículo el autor muestra como el reciente asesinato de Marcelo Arruda, dirigente del PT, es una consecuencia de la política del odio promovida por Bolsonaro y su gobierno.
Bajo el gobierno de Bolsonaro y a instancias de movimientos de base conservadores, se intensificó un proceso que venía de fines de los años noventa: la proliferación de escuelas públicas de gestión cívico-militar.
La dirigente surgida del movimiento estudiantil, uno de los alfiles de Lula, analizó la grave realidad de su país. Calificó de fascista a Bolsonaro y advirtió que el actual presidente no reconocerá una derrota en las elecciones de octubre próximo. Además enfatizó: «Debemos recuperar la radicalidad que garantice la emancipación del pueblo”.
En este artículo la autora defiende la necesidad de aunar esfuerzos, entre los trabajadores y los indígenas, en la lucha contra el capital.