
Juan Guaidó, el “presidente interino” made in Washington, ya no le sirve a EE.UU., por lo que le lanzó al “basurero” y se acercó al gobierno constitucional de Nicolás Maduro, obligando a los partidos de la oposición a eliminar el ficticio mandato en lo que fue quizá el mayor fracaso político de la injerencista política estadounidense para la región.