Ricardo Aronskind | 

La caída de la Primera Ministra conservadora Liz Truss constituye un dato político de enorme relevancia que debe ser observado con atención en nuestro país: una sucesora y admiradora de Margaret Thatcher duró unas pocas semanas en su cargo. Su principal medida consistió en un intento de rebajar —aún más— los impuestos a los ricos, con la archifracasada teoría de que eso promovería una expansión de la economía británica. Se eliminaba, por ejemplo, la categoría de ingresos —altísimos— que tienen que tributar en el Reino Unido una tasa del 45 % en impuestos anuales.

Ed Holt | 

El sector informal solo recibió 4 % de los fondos desembolsados para paliar los efectos de la pandemia de covid, a pesar de que el sector cuenta con más de 2000 millones de trabajadores, muchos de los cuales son mujeres.

Peter Bofinger | 

SÍDNEY / KUALA LUMPUR – Preocupados por mejorar su propia credibilidad y reputación, los grandes bancos centrales están llevando de nuevo a la economía mundial a la recesión, a las turbulencias financieras y a las crisis de deuda.

Umberto Mazzei | 

Lizz Truss era la más entusiasta atlantista del Gabinete de Johnson, tal vez por eso su selección como Primera Ministra del Reino Unido. La aparición de Lizz Truss en el nº 10 de Downing Street fue un hecho fugaz. El más breve de la historia inglesa.

Ucrania se convirtió en dos principales vertientes para Estados Unidos y Europa Occidental: punta de lanza para tratar de destruir a la Federación Rusa y en campo de prueba para probar todo tipo de armamentos que recibe (en parte operados por especialistas de la OTAN) y cuyo costo Kiev deberá pagar en un futuro.

Perú

Milcíades Ruiz | 

La invasión rusa a Ucrania, ha evidenciado fragilidades estructurales en muchos países incluyendo el nuestro. Esto nos obliga a pensar y obrar estratégicamente en cuanto al desarrollo nacional. Por nuestra dependencia sin soberanía, estamos atados y subordinados a las decisiones de países dominantes, que nos hacen pagar los costos de sus supremacías. Defender este sistema es mucho más que masoquismo. Veamos.

Últimamente en las redes sociales, en las animadas conversaciones que van de internet a las sobremesas y de las charlas de amigos a las tertulias televisivas, noto crecer la rabia, un crepitar inmoderado, una indignación largamente macerada hacia esos grupos de gente que vive desgajada de los límites y de las intemperies, llevando una existencia injustificable, insostenible y a todas luces insultante lejos del democrático miedo a no llegar a fin de mes, a no tener acceso si quiera a lo imprescindible después de haber peleado tanto.

Pedro Linares |