Aparte de la inflación y la guerra, lo que preocupa al pensamiento económico actual es el aparente fracaso de lo que a la corriente principal de la teoría económica le gusta llamar ‘globalización’.
Categoría: Economía
Para estar mejor preparados ante estas situaciones urge disminuir la dependencia externa, fortalecer la producción para desarrollar el mercado local y evitar que compita con los externos, así como reducir los impuestos al consumo en las clases populares y blindar los precios de bienes de primera necesidad como alimentos, luz eléctrica y agua, alertó Éric Toussaint, portavoz de la red internacional del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas.
KUALA LUMPUR – Hace tiempo que hay que frenar la fuga de capitales de los países del Sur en desarrollo. Las nuevas sanciones contra los oligarcas rusos demuestran que se puede hacer con la voluntad política necesaria. Una investigación reciente también muestra cómo detener la fuga de capitales de manera más eficaz.
Mientras que un tercio de la población mundial no logró todavía aplicarse ninguna vacuna, al menos 240 millones de dosis contra el COVID-19 fueron a parar a la basura.
Hay que rehacer las estimaciones presupuestarias y los acuerdos con el FMI o pronto serán fantasmas
La actual crisis de la inflación que sacude al mundo es distinta a las anteriores. Un grupo de grandes economías está intentando dejar atrás los combustibles fósiles para evitar el cambio climático. Ese viraje tuvo una incidencia determinante en los mercados globales de carbón e hidrocarburos, en muchos minerales y en la agricultura, y todos ellos contribuyeron a la inflación. Al mismo tiempo esa alteración climática que se quiere contener, ya tiene consecuencias, tales como sequías o inundaciones, que producen mayor volatilidad y precios en algunos alimentos, contribuyendo a la inflación. La invasión de Rusia a Ucrania aceleró y acentúo todas estas problemáticas.
La ingenuidad es una fuerza que los astutos hacen mal en despreciar (Arturo Graf)
NACIONES UNIDAS – El flujo sin precedentes de armas hacia Ucrania y el aumento del gasto militar de las naciones europeas para reforzar sus defensas amenazan con socavar la ayuda al desarrollo de las naciones más pobres del mundo.
Agravar la inflación que han generado, con un aumento deliberado del desempleo masivo simplemente será la obra póstuma de unos sádicos