Por más feministas que seamos, la sororidad tiene un claro límite de clase
Categoría: Feminismos
Un ejemplo más de un caso de violencia y maltrato hacia mujeres que nunca contará como violencia de género, o lo que es lo mismo violencia machista.
Atribuir a la polarización electoral el ascenso del candidato con rasgos fascistas es reduccionista. La estructura político-social brasilera es profundamente patriarcal y conservadora. La banca evangelista en el parlamento brasilero ocupa 87 cargos, entre diputados y senadores. Estos parlamentares actúan contra la discriminalización del aborto, el matrimonio igualitario, de las leyes contra la homofobia, apoyan la baja de la edad de imputabilidad penal y combaten la implantación de debates acerca del concepto de género defendiendo el rol sumiso, servil y procreador de las mujeres cis.
Sobre la política machista y supremacista del presidente de EEUU Donald Trump.
Lina Khalifeh, cinturón negro en taekwondo y experta en artes marciales, abrió en 2012 la primera academia de defensa personal feminista en Oriente Medio
Empezó en el sótano de casa después de que una amiga apareciese con marcas en la cara por los golpes de su hermano y de su padre. Desde entonces, Shefighter ha entrenado a más de 15.000 mujeres
«A las mujeres les cuesta admitir que hay violencia. Aunque lo sufran, no quieren verlo. Prefieren vivir donde no tengan que luchar contra el sistema».
Alejandra Acosta es la fundadora de Break the Silence, un proyecto de formación y lobby que busca concienciar sobre la trata de personas.
Un espacio de contención y empoderamiento colectivo de La Poderosa para las mujeres villeras.
En el momento de escribir estas lineas, a miles de kilómetros de Inglaterra, donde me hallo, concretamente en la capital de Estados Unidos, Washington DC, Brett Kavanaugh está siendo investido como juez del Tribunal Supremo y en el proceso haciendo un corte de mangas a las mujeres de ese país.
La plataforma #Soy365 promueve la implicación de los hombres en el debate por la igualdad, poniendo sobre el foco a personalidades públicas que instan a reconducir actitudes negativas.
El autor destaca que lo grave de las palabras en privado del juez y la fiscal no es lo que dicen, sino el significado social que tienen y sobre todo las referencias culturales desde donde las dicen. La gran estrategia del machismo es separar lo privado de lo publico. Así el juez se puede justificar que es una conversación privada y llamar » bicho y manipuladora» a una mujer víctima de la violencia machista. Así la violencia de género queda como conducta de lo privado diciendo «son asuntos de pareja» y se le quita toda su base cultural desde donde se sustenta y que ademas permite que algunos jueces y fiscales en lo privado hagan esos comentarios. Al final nos hacen creer que el machismo es conducta individual, negando lo que es verdaderamente, una cultura que atraviesa todo estamento y relación en nuestra sociedad.