Categoría: Cultura
En la década de 1930 el cine era un arte joven que buscaba su propio lenguaje al tiempo que se enriquecía con técnicas como el sonoro y el color.
Hace 25 años, «The Truman Show» anticipó este mundo vigilante del que hay que liberarse
Por la invitación de los compañeros de Eslovenia fuimos a visitar esta feria de libro que se celebra desde 2003 en los territorios conocidos como los Balcanes (Croacia, Serbia, Bulgaria, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Grecia, Eslovenia y Rumanía).
Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia, una película que se estrenó el mes pasado y hace poco se exhibió en el jardín sur de la Casa Blanca, es una pieza de propaganda diseñada para hacer que los mexicano-estadounidenses y los latinos, en general, se sientan bien consigo mismos. No hay nada inherentemente malo en crear una película que busque hacer que una persona o grupo se sientan bien (véase: el género de películas feel-good o películas que te hacen sentir bien). Incluso puede ser positivo verte reflejado en varios medios.
Un avezado periodista de ideas liberales produjo valiosos testimonios y relatos a propósito de aquello que llamamos “guerra civil española”. Su obra ha sido puesta “por las nubes” en los últimos años, quizás por razones menos estéticas que políticas.
Leyendo a Bifo (2015), podemos asociar la llegada del neoliberalismo con la desaparición de los héroes, individuales y colectivos. El autonomista italiano se atreve a datar en 1977 el momento en el cual “el mundo se desplazó desde la era de la civilización humana hacia una era desevolutiva o de descivilización” (Berardi, 2015: 11), proceso que se mostraría claramente en la UNESCO a partir de 1991.