Categoría: Opinión
Un año después, las llamas del genocidio aún están encendidas, pero después de décadas de persecución y derramamiento de sangre, podemos estar asistiendo al inicio del fin del proyecto colonial de asentamiento en Palestina.
Lenin basó su estrategia antiimperialista en tres diagnósticos: crisis terminal del capitalismo, intensa generalización de guerras entre las principales potencias e inminencia de la revolución socialista.
El principal elemento discursivo sería cómo la OTAN ha acabado siendo el instrumento disciplinario de los estados para su sometimiento a la política exterior de EE.UU. (como el principal agente visible de los intereses del gran capital trasnacional, de origen principalmente anglo-sionista-norteamericano), conformando así lo que conduce a una especie de dictadura militar mundial, sin control democrático alguno y que subsiste bajo la apariencia de un conjunto de naciones soberanas.
La proximidad de una gran guerra nuclear global amenaza al planeta, pero hay gente interesada en banalizar sus efectos apocalípticos… Y no, los científicos y militares soviéticos no opinaban igual que sus similares estadounidenses con respecto a los efectos y consecuencias de una Tercera Guerra Mundial Nuclear.
Insertada la «ley del más fuerte» en el campo de la geopolítica, cada Estado (siempre pensando en el «supremo interés nacional») ha establecido que -de una u otra manera- los demás Estados se hallan predispuestos a atacarlo y, eventualmente, a subyugarlo y a borrarlo del mapa.