El 11 de septiembre, Jair Bolsonaro fue condenado a 27 años y tres meses de prisión por tentativa de golpe de Estado. Se trata de un hecho inédito en Brasil: por primera vez, civiles y altos mandos militares fueron juzgados y condenados por atentar contra la democracia. La sentencia rompe con la impunidad de la Ley de Amnistía de 1979, que protegió a los responsables de la dictadura en Brasil.