
Sé de qué va la novela. Sé el final. El primer final. El segundo final. El final, necesariamente. Solo que esta vez van, vamos con mascarillas y, como en el mundo real, por encima de nosotros, deambulan las nuevas amenazas y las de siempre, ya saben, la primera de todas, la madre de todas las violencias que es la codicia. Porque, aunque cambiamos el siglo y tal vez un ciclo nada cambia, en definitiva. Y todo es lo mismo. Pero eso es algo que Heredia sabe mejor que nadie. Y nosotros queremos tanto a Heredia.