«Como mapuche y diputada, creo que como sociedad debemos plantearnos el modo en que la personas viven el encierro y si es adecuado para generar procesos de inserción social como corresponde. Recientemente la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó la Opinión Consultiva N°29 sobre “Enfoques diferenciados respecto de determinados grupos de personas privadas de la libertad” que debiera tomarse en cuenta por el Estado.”
Categoría: Chile
La prisión política está ahí para disuadir a cualquier mapuche de que luchar por lo propio se paga con cárcel, pero la persistencia de la lucha mapuche es más fuerte que los barrotes.
Finalmente, el dirigente sindical señaló que «trabajamos en turnos de 12 horas, día y noche. Y la gente debe aceptarlo porque, de lo contrario, el salario no nos alcanza para vivir».
Ambos peñi contamos con el tiempo y requisitos exigidos para este traslado y la negativa constante de gendarmería obedece exclusivamente a una política racista y contrainsurgente del Estado de Chile, en donde se busca castigar doblemente a los Weichave Mapuche, con la prisión y la imposibilidad de avanzar en la reinserción y retorno a nuestro lov.
A mí me gusta la bandera chilena.
No porque algún exaltado nacionalista nos contase el conocido chascarro de que en un concurso internacional se la declaró la más linda del mundo.
Sino porque a mí me gusta el cielo.
Desde el más allá, un capitán general de cinco estrella sonríe mientras crepita.
Desde hoy nuestro deber es defenderte de ser dios.
Responsabilizo personalmente al Sr. Raúl Mera del manto de impunidad que cayó sobre el asesinato de mi hermano Raúl Pellegrin y de Cecilia Magni, y los crímenes de lesa humanidad que contra ellos se cometieron.
Es un sistema que ensalza el éxito, el dinero, el lujo y el despilfarro. Las cosas y las personas dejan de tener valor para solo tener precio. Desde los goles del domingo hasta la salud de los niños son mercancías transables por lo que hay que pagar. La cultura es para excéntricos. Los pobres lo son porque quieren.
«Estos personajes y muchos otros, batiéndose cuerpo a cuerpo con las posibilidades y límites de la palabra, el lenguaje y el discurso, encarnan variaciones de una inquietud que animó el trabajo del escritor Juan Radrigán desde mucho antes de convertirse en Radrigán, un clásico del teatro chileno, tal como testimonian su primer cuento publicado y también su primera novela.»