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Pekín priorizaría el consumo interno sobre las exportaciones

¿China cambia de postura sobre su crecimiento?

Fuentes: The Wall Street Journal

El país de más rápido crecimiento entre las grandes economías del mundo parece estar pasando de su objetivo único de fomentar una acelerada expansión a otro de cambios estructurales que podría ser más beneficioso para Occidente. Datos oficiales divulgados el jueves mostraron que el crecimiento económico de China se desaceleró en el tercer trimestre, cifras […]

El país de más rápido crecimiento entre las grandes economías del mundo parece estar pasando de su objetivo único de fomentar una acelerada expansión a otro de cambios estructurales que podría ser más beneficioso para Occidente.

Datos oficiales divulgados el jueves mostraron que el crecimiento económico de China se desaceleró en el tercer trimestre, cifras que se conocieron poco después de la sorprendente decisión de subir las tasas de interés y luego de que el gobernante Partido Comunista acordara conceder prioridad a la «transformación» económica en los próximos cinco años.

China representa una de las escasas fuentes de sólido crecimiento en el mundo actualmente. Si bien la recuperación impulsada por el enorme plan de estímulo del país ha sido bien recibida, el auge no ha ayudado a otras economías tanto como se esperaba, y muchos de los socios comerciales de China quieren ver un cambio de rumbo.

Estados Unidos, por ejemplo, ha abogado por políticas para liberar mercados y aumentar los ingresos, para que los consumidores chinos puedan comprar más bienes importados. Un tema particularmente polémico es la política cambiaria de China: muchos países han mostrado su malestar alegando que Pekín, al intervenir para mantener bajo el valor de su divisa, apoya a sus propios exportadores en detrimento de otros.

Hasta ahora, las repetidas promesas de China de adoptar más medidas para apoyar el consumo y reducir su superávit comercial no han sido respaldadas con muchos cambios concretos, si bien ahora se aprecian señales de que estas prioridades han recibido más atención, a medida que las autoridades permiten que el reciente auge ?que ha impulsado a las compañías del país y a las agencias gubernamentales con la ayuda del crédito garantizado por el Estado? se enfríe.

Las cifras más recientes mostraron que el crecimiento del Producto Interno Bruto de China se desaceleró. En el tercer trimestre, la economía creció 9,6% con respecto al mismo lapso de 2009, mientras que en el segundo se había expandido 10,3%. El gasto de capital retrocedió a niveles vistos por última vez antes del lanzamiento del plan de estímulo a finales de 2008.

Las autoridades ya habían dado una fuerte señal de que las políticas ultrarelajadas adoptadas durante la crisis van camino a desaparecer con el aumento de las tasas de interés de referencia esta semana, el primero en China desde diciembre de 2007. La medida sorprendió a los mercados al mostrar una determinación para prevenir una burbuja inmobiliaria y presiones al sistema financiero incluso en un momento en el que el crecimiento está claramente desacelerándose.

Ese cambio se produjo justo después de una reunión el fin de semana en la que el Partido Comunista alcanzó un consenso sobre las prioridades económicas y la sucesión política en los próximos años, y muchos observadores consideran que existe un nuevo enfoque.

«Creemos que el gobierno tolerará una menor tasa de crecimiento pero apuntará a mejorar significativamente la estructura de la economía», dijo Jun Ma, economista de Deutsche Bank. El yuan está revaluándose a su ritmo más rápido frente al dólar desde 2008.

La cúpula del Partido Comunista cerró una conferencia el lunes en la que pidió «acelerar la transformación del modelo de desarrollo económico del país» y «poner más énfasis en garantizar y mejorar el bienestar de la población para promover la igualdad y justicia social».

La planeada «transformación» se refiere a los esfuerzos para lograr que el crecimiento económico chino esté menos vinculado a las exportaciones a los países occidentales y a la inversión impulsada por deuda que han sido centrales en su plan de estímulo, estrategias que si bien tuvieron éxito durante años, en la actualidad enfrentan crecientes presiones internas e internacionales.

A unas semanas de la próxima cumbre del Grupo de los 20 mayores países industrializados y en desarrollo, China se está viendo presionada para que gestione su economía de forma que respalde la recuperación en otras regiones. Mientras tanto, en el país, el gobierno está enfrentando los costos del estímulo: enormes deudas de dudosa calidad en el sistema bancario estatal y una posible burbuja en el mercado de la vivienda que está generando descontento urbano.

Los funcionarios chinos confían en que el gasto de la creciente clase media proporcione una fuente más sostenible de crecimiento. Una economía china propulsada por el consumo tendría probablemente un menor crecimiento sin las periódicas inyecciones del gobierno, dicen los analistas, pero estaría menos expuesta a los ciclos de auge y contracción y a las crisis internacionales, un intercambio que para muchos merece la pena.

La nueva dirección de China también reconoce que es difícil que mantenga sus recientes tasas de expansión de al menos 10% ya que la demanda de sus exportaciones probablemente no crezca tan robustamente como en el pasado.

Fuente: http://www.socialismo-o-barbarie.org/asia_pacifico/101025_china_b_posturasobrecrecimiento.htm