China y Japón dieron un paso adelante el viernes en el acercamiento de sus relaciones diplomáticas tras la firma de contratos multimillonarios durante la visita del primer ministro japonés en Pekín, seis años después de una grave crisis naval entre las dos potencias asiáticas. «Las relaciones sinojaponesas se están enderezando», se felicitó el presidente chino, […]
China y Japón dieron un paso adelante el viernes en el acercamiento de sus relaciones diplomáticas tras la firma de contratos multimillonarios durante la visita del primer ministro japonés en Pekín, seis años después de una grave crisis naval entre las dos potencias asiáticas.
«Las relaciones sinojaponesas se están enderezando», se felicitó el presidente chino, Xi Jinping, tras reunirse con Shinzo Abe en la primera visita de un jefe de gobierno japonés a China desde 2011.
Ambos dirigentes llegaron al poder a finales de 2012, en plena disputa entre Pekín y Tokio por el control de islas estratégicas en el Mar de China Oriental. Hasta ahora, Abe y Xi solo se habían encontrado durante cumbres internacionales.
En Pekín, Abe quiso demostrar que la confrontación diplomática entre Japón y China era cosa del pasado, en un momento en que la guerra comercial iniciada por Estados Unidos hace converger sus respectivos intereses.
Las dos potencias asiáticas llegaron a un acuerdo para «tener un rol constructivo en beneficio de la paz y la prosperidad en la región», afirmó Abe después de reunirse con su homólogo chino Li Keqiang.
Después de presidir la firma de una serie de contratos valorados en 2.300 millones de euros (2.612 millones de dólares), el primer ministro japonés confía en que el comercio «permita estrechar los vínculos entre el pueblo japonés y el chino».
«La situación internacional es inestable y la incertidumbre no para de crecer», subrayó Shinzo Abe, quien consideró que la cooperación económica entre ambos países favorecía «el desarrollo del libre comercio a nivel mundial».
‘Margen de maniobra’
Las relaciones sinojaponesas se vieron reforzadas tras la decisión de Donald Trumo de imponer importantes aranceles a los productos chinos y a las exportaciones japonesas, con el objetivo de reducir el déficit comercial de Estados Unidos.
«La incertidumbre provocada por la política de Trump ha hecho que Abe no pueda apostar únicamente» por su aliado estadounidense, analiza Hu Lingyuan, director del Centro de estudios japoneses de la Universidad Fudan de Shanghái.
«Si mejora sus relaciones con China, dispondrá de un mayor margen de maniobra en las negociaciones con Estados Unidos», considera este analista.
Abe llegó a Pekín acompañado por una delegación de unos 1.000 empresarios que firmaron unos 500 contratos.
Japón quiere incrementar su presencia en el gran mercado chino, mientras que China está interesada en los productos tecnológicos nipones.
La visita de Abe forma parte del proceso de reconciliación entre las dos potencias, seis años después de que el estado japonés nacionalizara las islas estratégicas del Mar de China Oriental. Una decisión que provocó manifestaciones antijaponesas en China y tensó las relaciones entre ambas potencias hasta 2014, cuando iniciaron un tímido deshielo.
Los dos países aprobaron este viernes un mecanismo para evitar cualquier disputa accidental en el Mar de China Oriental, exactamente en el archipiélago de Senkaku, cuyo nombre en chino es Diaoyu.
«Sin estabilidad en el Mar de China Oriental, no podrá haber una verdadera mejora de nuestras relaciones», dijo Abe a Li Keqian, según informó el portavoz del ejecutivo nipón.
Abe y Li conmemoraron este jueves el 40 aniversario del Tratado de paz y amistad firmado en 1978 por las autoridades chinas y japonesas. El primer ministro japonés concluirá su visita a Pekín el sábado por la mañana.