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Uruguay

Cómo se originó el apagón y el verdadero apagón

Fuentes: Rebelión

No podemos saber por ahora las verdaderas causas del apagón que demostró la infinita interconexión al menos, de los Países de la región que en cierto sentido, hacen a un sólo País, pero el tatequieto fue lo suficientemente elocuente para que nos paremos a pensar un par de cosas. Si el apagón se debió a […]

No podemos saber por ahora las verdaderas causas del apagón que demostró la infinita interconexión al menos, de los Países de la región que en cierto sentido, hacen a un sólo País, pero el tatequieto fue lo suficientemente elocuente para que nos paremos a pensar un par de cosas.

Si el apagón se debió a un fallo, explicación harto plausible, entonces el fallo denuncia un fallo en la organización del sistema energético que en Argentina, está privatizado. En Uruguay, el proceso de privatización avanza exponencialmente. Según explicó el técnico Miguel Angel Mozo en un audio de lógica impecable, la UTE desmanteló un sistema de anillos que era un salvavidas para estas situaciones de emergencia. Miguel Angel utilizó la palabra «canibalizada» al referirse a la sala de distribución de la energía eléctrica de UTE, que ni siquiera cuenta con monitores.

Actualmente le compramos al parque eólico privado (no ahondemos en cómo se consiguió esa prebenda, pues veríamos bien metida la pata y la mano en la lata) toda la energía que produce, aún si no la necesitamos, aún si no nos la envía. Con respecto a UPM1, le compramos toda la energía eléctrica que produce y que alimenta a dos departamentos y con respecto a UPM2 el Contrato, siempre el Contrato, la habilita a vendernos toda la energía eléctrica que produzca con un tope altísimo, y no analicemos ahora cómo UPM obtuvo esa prebenda, pues nos encontraremos con un ejercicio en dónde, hasta el fondo y con un esfuerzo hercúleo, se ha metido la pata y la mano en la lata.

Las consecuencias de la progresiva privatización de la energía eléctrica son de una gravedad inusitada. En primer lugar depositamos en empresas extranjeras el control de la energía eléctrica, lo que en primer lugar genera estos fallos y en segundo lugar les otorga beneficios extraordinarios. Sólo con UPM2, le entregaremos a la trasnacional la producción del 8% de la energía eléctrica nacional al precio exorbitante al que nos comprometimos a pagar. De acá a veinte años, le otorgará un mínimo de 1500 millones de dólares, con un dólar actualizado al IPC de los Estados Unidos de América.

Paro lo más grave de este negocio no es lo dicho, el problema refiere, siempre, al nudo crucial de nuestro tiempo: la entrega de soberanía al capital extranjero. Ese es el quid de la cuestión, el verdadero problema que se pretende mantener oculto y que los diferentes y principales precandidatos no encararán en los debates electorales.

Para entender la gravedad de esta entrega de soberanía energética, alcanza con imaginar una guerra, donde nos desconecten de la electricidad que no poseemos ni generamos. Apretando un botón, nos hacen pedazos, pero si el ejemplo de la guerra es elocuente ¿qué decir de la guerra económica que sufrimos? La electricidad es un factor vital en la producción de riquezas. El objetivo de UTE no es recaudar dinero, sino proveer con la mayor eficiencia, la electricidad más barata posible por su incidencia en los costos de producción. Entregar soberanía energética, es entregar un factor vital de nuestra competitividad.

El acaparar la energía eléctrica de nuestros países por parte del capital extranjero, no busca solamente apropiarse de riquezas obteniendo un monopolio, sino que pretende apropiarse de riquezas aplicando una larga estrategia mediante la cual, se apoderan y acomodan a su beneficio, el precio de la tarifa eléctrica para hundir la producción nacional y concentrar aún más la riqueza en sus manos.

Entonces, otra vez, el problema de la soberanía y entonces, otra vez, el problema del capital extranjero. Ya veremos, en estos días, cómo diferentes periodistas brindarán luz sobre lo sucedido. Qué importante que existan esos periodistas y que puedan hablar con libertad, pero esto de que gozamos ahora, no es en absoluto seguro que ocurra en el futuro. No es sólo la energía eléctrica la que se privatiza, sino también la educación, y a pasos agigantados y la educación privada obtiene subsidios pagados por todos nosotros ¿Para qué? Vaya uno a saber, pero de seguro, es preferible otorgarle todas esas ventajas a la educación pública y buscar la manera de impedir que se vaya a la ruina.

Quedarnos desconectados de la energía eléctrica nos desconectó de los teléfonos y además, de las tarjetas de débito. Qué fácil, otra vez, en el supuesto de una guerra, desarticularnos tocando un botón. Qué entrega individual de cada uno de nosotros y qué entrega lamentable de un País.

Lo cierto es que las horas sin luz nos hicieron reflexionar. Todos cambiamos nuestro modo de vida, y un cambio en el modo de vida inevitablemente lleva a un cambio de ideas, aunque sólo sea por un tiempo. Luego la luz se restituyó ¿la luz se restituyó?

Negros nubarrones se ciernen sobre la República, si la República entrega la energía eléctrica, ocurrirán desastres. Pero el apagón es mucho más grande y prolongado en el tiempo. El apagón es el que impide ver que históricamente nuestro País es parte de otro País, como se ha demostrado, y que todo ese País, cuando entrega soberanía, lo hace como resultado de una extensa sombra que se ha extendido en su mente.

¿Quién sabe? Tal vez esas horas diferentes que nos fueron regaladas, nos permitirán entender la elocuente metáfora de la Naturaleza. Acaso el vehículo haya sido el agua, pero como fuere, la metáfora es perfecta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.