La reunión podría aliviar la tensión en la península de Corea tras un año marcado por las pruebas de armamento del régimen norcoreano
El régimen de Corea del Norte aceptó este viernes reunirse con diferentes autoridades de su vecina, Corea del Sur, el próximo 9 de enero para tratar la posible participación de atletas norcoreanos en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, según ha informado el Gobierno surcoreano.
«Corea del Norte envió hoy una carta por fax a nuestra oficina de enlace en la aldea de Panmunjom explicando que aceptan nuestra oferta de reunirse el 9 de enero», explicó el viernes una portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano.
La decisión de los surcoreanos de reunirse con el régimen de Corea del Norte para acordar la «potencial participación del Norte» en los Juegos Olímpicos y «la mejora en términos generales de los lazos entre las dos Coreas», se produce como respuesta al mensaje de Año Nuevo del líder norcoreano, Kim Jong-un.
En su felicitación del 2018, Jong-un, expresó su deseo de acercar posiciones con sus vecinos del sur y de que sus atletas pudieran participar en PyeongChang tras un año marcado por la tensión generada por las pruebas de armas norcoreanas sobre el mar de Japón y los continuos choques diplomáticos contra el Gobierno estadounidense.
Con la reunión fijada para el día 9 de enero y la reapertura de las líneas de comunicación entre los dos países -que técnicamente se mantienen en guerra desde hace más de 65 años- se ha puesto fin a dos años de silencio entre los gobiernos del norte y del sur.
El anuncio del encuentro bilateral llega además un día después de que Corea del Sur y EEUU anunciaran que retrasarán el inicio de sus maniobras militares anuales para que no coincidan con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de PyeongChang, que se celebran del 9 de febrero al 18 de marzo.
Un aplazamiento que solicitó el ejecutivo de Seúl a finales de año para evitar que los norcoreanos -que suelen considerar estas maniobras como un ensayo para invadir su territorio- responda con una nueva prueba de misiles balísticos intercontinentales.
Este acercamiento en la península de Corea puede ser la solución para rebajar la tensión en la región generada tras las continuas amenazas de Kim Jong-un y las beligerantes respuestas del presidente estadounidense, Donald Trump.