Cuando sólo faltan 10 días para la segunda vuelta presidencial en Ecuador, tres encuestas coinciden en que el izquierdista Rafael Correa logra un empate técnico con su competidor, el magnate bananero Álvaro Noboa, y que sigue en alza en la intención de voto. Las firmas encuestadoras, a cuyos datos pudo acceder IPS, manejan un margen […]
Cuando sólo faltan 10 días para la segunda vuelta presidencial en Ecuador, tres encuestas coinciden en que el izquierdista Rafael Correa logra un empate técnico con su competidor, el magnate bananero Álvaro Noboa, y que sigue en alza en la intención de voto.
Las firmas encuestadoras, a cuyos datos pudo acceder IPS, manejan un margen de error de tres por ciento para ambos lados. Sus resultados no pueden ser publicados en los medios de comunicación de Ecuador desde el 6 de este mes, según establece la legislación electoral.
Para la firma consultora Informe Confidencial, Noboa recoge una intención de voto de 40 por ciento de los entrevistados y Correa 37 por ciento, mientras que el resto se reparte entre quienes sufragarán en blanco o anulado y aquellos que todavía están indecisas.
En cambio, la encuestadora Market ya ubica a Correa primero, con 41 por ciento de las adhesiones, Noboa con 37 por ciento y los indecisos representan 17 por ciento de los consultados.
Si bien la empresa Cedatos todavía no había procesado los números surgidos de su última investigación de campo, IPS pudo saber que también llega a un empate técnico entre los dos postulantes, con Correa en ascenso.
Analistas que accedieron a la información a través de IPS tomaron las cifras con sorpresa, porque al iniciar la campaña para la segunda vuelta las encuestas indicaban que la diferencia en la intención de voto a favor de Noboa era muy alta y, por tanto, difícil de descontar.
En la primera vuelta de los comicios presidenciales del 15 de octubre, Noboa resultó primero, con 26,8 por ciento de los sufragios, seguido de Correa, con 22,8 por ciento, una diferencia que creció en igual sentido en el primer tramo de esta segunda campaña electoral.
Informe Confidencial, en un sondeo publicado horas antes de que entrara en vigor la prohibición de difundir ese tipo de trabajos, indicó que Noboa recogía 46 por ciento de las intenciones de voto y Correa 35 por ciento.
Sin embargo, una última encuesta conocida por IPS y realizada el 7 de este mes ya mostraba a Correa en ascenso y a Noboa en declive.
El experto Hugo Barber, de la consultora Datanálisis, justifica estos cambios bruscos en la definición del electorado ecuatoriano como contradictorio y con poca consistencia ideológica.
«En las encuestas de los últimos proceso electorales se puede verificar que el 22 por ciento decidió por quien votar en el momento que llegó a las urnas», aseguró.
Barber comentó a IPS que los discursos en esta segunda campaña política han sido mucho más ideológicos que en anteriores contiendas, debido a que existe una clara definición de derecha en Noboa, y un fuerte pronunciamiento declarativo hacia la izquierda por parte de Correa.
Por su parte, Pablo Ospina, analista político e historiador, coincide en que la campaña para la segunda vuelta electoral es una de las más polarizadas ideológicamente de las últimas décadas, comparada solamente con la de 1978 entre Jaime Roldós y Sixto Durán.
«Sin embargo, el electorado no vota por posiciones ideológicas, la mayor parte lo hace por motivos mucho más variados, como el carisma y la confianza personal», argumentó Ospina a IPS. Además, la gente muestra un inmenso desencanto con las elecciones y los candidatos, añadió.
«La gente vota, pero no cree en nadie. Entonces no votan por lo que dicen los candidatos sino por lo que le den. Algunos eligen en el momento mismo de llegar a la urna, otros apoyan al candidato que salió más veces en televisión o por aquel que le ha dado o puede darle algo», describió el historiador.
Ospina cree que Correa tuvo en la primera vuelta un gran acierto al capitalizar el voto de rechazo hacia el sistema político, y fue un mérito presentarlo como un voto de izquierda.
«Su gravísimo error fue haberse creído que triunfaría en la primera vuelta, porque era alguien nuevo, desconocido. Llegar a la segunda ronda, con 22,8 por ciento de los votos, es un gran logro, pero, como tuvo un discurso triunfalista, apareció en el comienzo de la campaña en curso como perdedor», apuntó.
Para Adríán Bonilla, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flasco) en Ecuador, ninguno de los dos candidatos despiertan consensos o mayorías claras en la población, ya que ambas candidaturas contienen perfiles que generan temor en distintos sectores.
«Noboa levanta temores en la clase media de la Sierra ecuatoriana y sectores sociales urbanos y rurales organizados en el país, mientras que Correa no cae bien las áreas empresarial y financiera.
Asimismo, Noboa no logra articular a todos los sectores empresariales y financieros, porque hay enfrentamientos internos por controlar los recursos y el poder político que lo impiden», explicó Bonilla a IPS.
También señaló que estas elecciones son muy especiales, porque enfrenta una candidatura arraigada en los sectores económicos más fuertes del país, identificados con un pensamiento de derecha y representados por Noboa, con una candidatura de izquierda representada por Correa.
«Correa es un excelente candidato, pero su debilidad está en que todavía no ha logrado construir una base orgánica que pueda respaldar su proyecto político, pues no se levanta sobre partidos o sectores sociales organizados», advirtió es experto de la Flasco.
Sólo en las últimas semanas se nota un gran apoyo de partidos de izquierda y de centroizquierda, y de muchas organizaciones de la sociedad civil en todo el país», agregó.
Bonilla prefiere no especular sobre un posible triunfador, por la volatilidad del electorado ecuatoriano. Sin embargo, avizora «una elección muy reñida», y cree que el porcentaje de diferencia entre los candidatos será «pequeño».
Mientras, en la última semana se sumó a la campaña electoral la opinión del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien puso en duda la alta votación de Noboa en la primera ronda, haciéndose eco de la denuncia de fraude realizada entonces por Correa y señalando que en el ascenso del magnate bananero «hubo cosas raras».
Chávez también acusó Noboa de ser el «rey del banano» y «explota a sus trabajadores», entre los que se incluyen niños.
Las palabras de Chávez fueron utilizadas por Noboa para señalar que había una interferencia del gobierno venezolano en los asuntos internos de Ecuador.
A eso se sumó una propaganda en los canales de televisión realizada por partidarios de Noboa, en la cual se pronostica que Correa, en caso de llegar a la presidencia, sería manejado por Chávez.
La mayoría de los estudiosos insistieron en que la intervención de Chávez «sepultaba la candidatura de Correa», aunque esos análisis no parecen tomar en cuenta que el mandatario venezolano tiene una alta popularidad en Ecuador, particularmente en sectores populares, donde tuvo dificultades para llegar en la primera vuelta.
Según la consultora Informe Confidencial, la popularidad de Chávez en Ecuador es superior a 65 por ciento de los consultados, mientras que otras mediciones señalan una simpatía de 80 por ciento, que es mayor de la que tiene en su propio país.
Las palabras de Chávez, los múltiples y variados apoyos, como los del movimiento indígena, de decenas de grupos sociales urbanos y rurales, de cientos de personalidades de la cultura, empresarios y de algunos medios de comunicación, sumados a un contacto más directo de Correa con las áreas pobres, parecen ser las claves del cambio en la intención de voto de los ecuatorianos.
El Banco de Inversión Goldman Sachs, citando un sondeo contratado, señaló el miércoles en reunión con periodistas que por el momento existe un empate técnico entre los dos postulantes, pero pidió no divulgar los números de la encuesta.
Las cifras y la tendencia parecen elocuentes en favor de Correa, quien tiene cada vez más posibilidades de ser elegido presidente de Ecuador el 26 de este mes.(FIN/2006)