Traducido del inglés para Rebelión por César Suárez Noriega
Desde sus orígenes en 1946, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha demostrado que no se puede confiar en él como podio de la justicia de los países de todo el mundo, especialmente de las naciones oprimidas e indefensas que observan la asistencia y el patronazgo de las naciones poderosas y económicamente influyentes para abordar sus problemas políticos y sus crisis, y ha demostrado que simplemente persigue los intereses de su pequeño bloque de cinco miembros permanentes y que antidemocráticamente discrimina a una multitud de países que no tienen ni voz ni voto en las políticas que les afectan directamente.
Se dice que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es uno de los principales organismos dentro del sistema operativo de las Naciones Unidas y se encarga «supuestamente» de la conservación de la paz y la seguridad internacional. Las responsabilidades del CSNU son la creación de misiones de paz, la imposición de sanciones internacionales y la autorización de acciones militares cuando sea necesario.
El CSNU tiene cinco miembros permanentes: China, Rusia, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. ¿Cuál es la razón? ¿Por qué debería tener el CSNU miembros permanentes que no pueden ser excluidos del poder y que deben ejercer una autoridad resuelta e implacable para tomar decisiones sobre asuntos internacionales? La respuesta es simple: estos cinco países son las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial. Su victoria en una guerra que tuvo lugar y concluyó hace más de medio siglo se antoja poca cosa para la eternidad e infinitud del poder que poseen.
El CSNU también tiene 10 miembros no permanentes que son elegidos de forma rotativa mediante el voto de los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Según el Artículo 27 de la Carta de las Naciones Unidas, se adoptará un proyecto de resolución sobre cuestiones que no sean de procedimiento si nueve o más de los 15 miembros del CSNU votan por la resolución, siempre que ninguno de los miembros permanentes ejerza su derecho de veto.
¿Qué es el derecho de veto? La respuesta es simple. Es un privilegio discriminatorio y tendencioso otorgado a cinco países para imponer su voluntad sobre 200 países siempre que lo deseen. Si un proyecto de resolución, propuesto por uno de los quince miembros del CSNU, es vetado por cualquiera de los cinco miembros permanentes, su adopción será descartada. El derecho de veto, visto por muchos como una de las leyes más injustas y menos equitativas del mundo que permite a una minoría poderosa y autoritaria determinar el destino de una mayoría imprescindible y sometida, es indudablemente un insulto a la percepción y a la inteligencia de la comunidad internacional.
Los miembros permanentes del CSNU son libres de ejercer su derecho de veto siempre que lo deseen, y nadie puede cuestionar la legitimidad o la justificación de su propuesta. Algunas organizaciones internacionales, abogados y legisladores, periodistas, políticos e incluso estadistas han presentado alternativas al derecho de veto ejercido por los Cinco Grandes, pero todos sus esfuerzos han sido en vano, ya que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no ha mostrado la más mínima flexibilidad en relación a la reforma de su estructura autocrática y antidemocrática.
Es interesante que todos los miembros permanentes del CSNU sean los países a los que venimos escuchando proclamarse pioneros de la democracia y la libertad; sin embargo, en todas las propuestas que han implementado en los cincuenta años pasados y en el modo de interacción con el resto de países del mundo, uno apenas intuye las pisadas de la democracia y el comportamiento democrático.
Desafortunadamente, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se ha convertido en un instrumento de las cinco superpotencias para aumentar su poder político en el campo de la política internacional y alterar las ecuaciones políticas en función de sus intereses. Proponen un proyecto de resolución cuando sus intereses son amenazados, presionan al resto de miembros para que voten a su favor, y vetan las resoluciones en las que los intereses de sus aliados están en peligro.
Desde su creación hasta ahora, el CSNU ha adoptado 1966 resoluciones. Ahora la pregunta es la siguiente: ¿cuántas de estas resoluciones se han hecho operativas y han llegado a ponerse en práctica? ¿Cuántas de estas resoluciones han sido justas, legales y justificables? ¿Los intereses de quién se consiguen con estas resoluciones? ¿Tiene más valor o es más meritoria la voluntad de cinco países que la de 200 países que no tienen acceso al CSNU?
Veamos algunos ejemplos. El trato del CSNU con Irán es un claro y notable ejemplo de la discriminación y el prejuicio ejercido por el Consejo de Seguridad contra una nación independiente que quiere dar sus propios pasos hacia la autosuficiencia y el progreso, libre de las presiones de potencias intimidatorias. Desde 2006 el CSNU ha adoptado siete resoluciones contra la actividad nuclear civil de Irán e impuso cuatro rondas de sanciones contra el país por lo que dice ser «el fracaso de Irán en detener su programa de enriquecimiento de uranio».
La imposición de cuatro rondas de sanciones contra un país independiente que intenta conseguir un avance científico es un drama irónico. Todos los informes publicados por la Agencia de Energía Atómica Internacional atestiguan la legalidad y la legitimidad del programa nuclear de Irán. No ha habido una sola prueba que evidencie que Irán quiere desarrollar armas nucleares. Todo lo que la comunidad internacional sabe del programa nuclear de Irán es que Irán enriquece uranio, y el uranio enriquecido, en ciertas cantidades, ¡podría ser utilizado para alimentar una bomba nuclear!
Al mismo tiempo, la comunidad internacional es muy consciente del hecho de que el régimen de Israel posee entre 170 y 200 cabezas nucleares, y ésta es una cifra confirmada por la Federación Americana de Científicos, una organización dentro de un país que es uno de los más firmes aliados de Israel. Así que ¿por qué el CSNU, encabezado por los Cinco Grandes, impuso cuatro rondas de sanciones atroces y aprobó siete resoluciones contra Irán en lugar de condenar a Israel e imponerle sanciones?
Irónicamente, 118 miembros del Movimiento No Alineado y 57 miembros de la Organización de la Conferencia Islámica apoyaron incondicionalmente el programa nuclear pacífico de Irán; sin embargo, el país debe afrontar sanciones económicas porque cinco países lo quieren así. Es justo, ¿no? ¡Cinco es mayor que 118!
Las superpotencias mundiales no toleran la emergencia de una nueva potencia política y científica. Irán es un ejemplo inspirador para el mundo en desarrollo y debe ser bloqueado a toda costa, así que el CSNU puede funcionar de forma efectiva como un impedimento en el camino de Irán, y cualquier país como Irán, que busca mejorar y progresar.
Sin embargo, el trato del CSNU con Irán era un simple ejemplo de la actitud discriminatoria de esta organización injusta y desleal con las naciones del mundo. Se han aprobado cientos de resoluciones injustas y desleales contra las naciones oprimidas del mundo, desde Latinoamérica hasta África, que se suman a los padecimientos y a los problemas de estas naciones empobrecidas.
El CSNU necesita una reforma drástica. El derecho de veto debería ser disuelto lo antes posible. Debería haber un escaño permanente para el representante del mundo islámico con una población de más de mil quinientos millones de personas. El poder de autorizar sanciones o expediciones militares debería ser controlado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, más que por el Consejo de Seguridad. Los miembros del CSNU deberían ser responsables de las decisiones que toman. Debe potenciarse el hecho de que tengan que responder a la comunidad internacional. La impunidad de los miembros del CSNU debe ser abolida. No deberían poder tomar la decisión que quieran y no asumir sus responsabilidades.
Solo con la implementación de tales reformas podemos tener esperanza en un futuro de éxitos para el CSNU; de otro modo, esta organización seguirá siendo siempre una organización de injusticia y partidismos.
Fuente: http://smirkingchimp.com/