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Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas para los Países Menos Avanzados

Cuba pide reformar el sistema de ayuda al desarrollo

Fuentes: Prensa Latina

Tras el acuerdo denominado «Plan de Acción de Estambul» finalizó ayer en esta ciudad la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas para los Países Menos Avanzados (PMA), que dio comienzo el pasado lunes. Este documento, aprobado en el plenario, regirá la cooperación internacional entre el mundo desarrollado y los países más empobrecidos del mundo durante […]

Tras el acuerdo denominado «Plan de Acción de Estambul» finalizó ayer en esta ciudad la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas para los Países Menos Avanzados (PMA), que dio comienzo el pasado lunes.

Este documento, aprobado en el plenario, regirá la cooperación internacional entre el mundo desarrollado y los países más empobrecidos del mundo durante los próximos diez años, reemplazando al acordado hace una década en Bruselas.

El representante de la delegación cubana Jorge Quesada, embajador de la isla en Turquía, denunció en su intervención que la situación de pobreza y subdesarrollo en la que se halla una gran parte de la población mundial «es el resultado del injusto e insostenible orden internacional actual basado en un modelo cuyos patrones son la producción y el consumo».

Frente a ello, el diplomático abogó por establecer políticas coherentes de desarrollo que privilegien la solidaridad y la justicia para profundizar los vínculos entre las naciones y fijar «un sistema de relaciones internacionales que reduzca las desigualdades entre los países y propicie la participación de todos por igual en la toma de decisiones globales».

Expresó su convicción de que las profundas desigualdades intrínsecas del actual orden económico internacional perpetúan el círculo vicioso del endeudamiento externo, y por ello abogó por la condonación de la deuda externa de los países más pobres y la creación de un mecanismo financiero global para este fin bajo control de la ONU.

En este sentido aclaró que la reforma del sistema financiero internacional debería basarse en un nuevo paradigma socio-económico que ponga al ser humano como centro de sus acciones, frente al planteamiento de la Organización Mundial del Comercio, que citó como ejemplo, donde se ignoran las cuestiones del desarrollo.

«Las principales naciones del Norte siguen oponiéndose incansablemente a cualquier iniciativa que contribuya a lograr una mayor inserción del Sur en el comercio mundial y a reducir las asimetrías existentes», recordó.

Quesada llamó a los países desarrollados a incrementar la asistencia Oficial para el Desarrollo hasta el compromiso del 0,7% del PIB, pero pidió que esta ayuda respete las prioridades y estrategias nacionales de desarrollo y se otorgue sin condicionamientos.

Señaló que aun en el actual contexto de crisis económica, alimentaria, energética y medioambiental, Cuba siempre ha ofrecido su apoyo solidario a los países en desarrollo a pesar del prolongado bloqueo económico, comercial y financiero que por más de 50 años se le ha impuesto a la isla.

No obstante, reconoció que la cooperación Sur-Sur no puede sustituir la cooperación Norte-Sur, y que los países desarrollados están obligados desde el punto de vista moral, político e histórico a contribuir con los países menos adelantados.

Por último hizo un llamamiento para preservar la paz y censuró que los gastos militares superen con mucho al dinero empleado para la promoción del derecho al desarrollo.

Al término de la Conferencia el portavoz del foro de la sociedad civil, Arjun Karki, declaró su desilusión por las conclusiones pues «parece haber dejado a las personas que viven en los países menos adelantados en peor posición que antes».

El Programa de Acción para la década 2011-2020 declara que la responsabilidad primaria por el desarrollo radica en los propios países más pobres, a los cuales se les pide que incorporen ese plan a sus estrategias nacionales de desarrollo.

Para Karki el Programa de Acción carece de voluntad política y no cumple con el mandato acordado previo a la conferencia de formular y adoptar renovados términos para la relación entre los países menos adelantados y sus socios para el desarrollo, así como movilizar más apoyo internacional y acciones que respalden a esas naciones.

Al inicio de la conferencia las organizaciones sociales expresaron la necesidad de un cambio de paradigma que incluyera la cancelación inmediata e incondicional de las deudas de los países menos adelantados y una revisión del mandato y las operaciones del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

La Conferencia de Países Menos Avanzados se realiza cada diez años desde 1981 y su objetivo es generar un plan de acción para favorecer al segmento de países que conforman la categoría de Países Menos Avanzados (PMA) que actualmente incluye a 49 naciones la mayor parte de las cuales pertenecen al África subsahariana.