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México: El 31 de agosto y el 1º de septiembre, los trabajadores del IMSS encabezarán días de grandes movilizaciones en defensa de los derechos del pueblo

Días para recordar

Fuentes:

Ni un paso atrás Días para recordar los que estamos viviendo. El gobierno detiene la entrega de recursos para medicinas y equipo médico a todas las clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el país, para empujar a la población contra sus trabajadores, a quienes culpa cínicamente de tal escasez de […]

Ni un paso atrás

Días para recordar los que estamos viviendo. El gobierno detiene la entrega de recursos para medicinas y equipo médico a todas las clínicas y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el país, para empujar a la población contra sus trabajadores, a quienes culpa cínicamente de tal escasez de recursos. Es sorprendente de lo que son capaces: la salud de millones de hombres y mujeres, niños y ancianos, puesta en vilo como parte de una mera maniobra política para obligar a los trabajadores a aceptar la renuncia a su derecho a una pensión justa.

La televisión, la radio y la prensa escrita han cumplido su labor, ahora, cuando la pelea entre los ricos y los pobres se agudiza, cuando los gobernantes intentan arrebatarle derechos a los trabajadores, todos estos medios de desinformación se emplean a fondo para lograr que en este momento decisivo, nuestro pueblo envenenado de mentiras, les dé la espalda.

Días para recordar. En un par de horas los legisladores de la Nación, esos que se hacen llamar «representantes del pueblo», analizan, discuten y aprueban una reforma a la Ley del IMSS que lesiona profundamente los derechos de 360 mil trabajadores y sus familias. Y explícitamente reconocen que lo hacen como preámbulo para inmediatamente hacer lo mismo con los afiliados al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), los electricistas, petroleros, telefonistas, universitarios, etc. Si sumamos el número de trabajadores y sus familiares afectados, ahora o dentro de muy poco, sumaría más de 13 millones de mexicanos, que de inmediato verían mermada su calidad de vida.

Se hace público que esta decisión express fue el resultado de una negociación entre los dos grandes partidos, el PRI y el PAN, quienes intercambiaron derechos de los trabajadores por prebendas y garantías de impunidad entre unos y otros. Un par de partidos, que durante años han sido el pilar de la corrupción, que impusieron este modelo neoliberal injusto, que fraguaron y aprobaron el megafraude del Fobaproa, que asechan en todo momento nuestra industria eléctrica y petrolera para entregárselas a las grandes transnacionales, son los mismos que ahora pactaron el arrebato del derecho de pensión y jubilación de los trabajadores, comenzando por los del IMSS.

Días para recordar. Se hace público que el costo para el pueblo de México del fraude más fenomenal en la historia de nuestro país -y de muchos otros-, cometido por un puñado de grandes banqueros, llamado Fobaproa, hasta fines de 2003 es de $1.200,000.000,000 (1.2 billones de pesos); que el director de Pemex le pasó al PRI $500 millones; que la esposa del presidente y su amiga, la directora de la Lotería Nacional, han hecho un verdadero desfalco a los fondos públicos para favorecer a sus amigos y familiares. Que todos los que fueron presidentes se van, después de sólo 6 años de trabajo, con una pensión de $52 millones anuales.

A la vez que se hace público todo esto, el gobierno tiene la desfachatez de acusar a los médicos y enfermeras del IMSS de ser unos «privilegiados» por recibir una pensión mayor que la miserable pensión que habrán de recibir los trabajadores obligados a ingresar a las Afores por una reforma similar hace pocos años.

Pero también son días para recordar los que estamos viviendo, porque los trabajadores, contra viento y marea han comenzado a levantar la cabeza, a alzar el puño y luchar contra estos delincuentes de cuello blanco, han decidido que no se van a dejar: porque en esta lucha no está en juego la jubilación de estos o aquellos, lo que se está definiendo es la vida de nuestros viejos, nuestros hijos y de nosotros mismos. Porque la ofensiva es general, y ahora ya sin resquemores ni vergüenza, funcionarios del gobierno declaran que van por más, por todos los que siguen. En la Cámara de Senadores ya hay una iniciativa de ley para arrebatarles su derecho a pensión a los afiliados al ISSSTE.

En este momento los trabajadores del IMSS han recurrido a todos los medios que tienen a su alcance para disuadir al gobierno, y no cede: está empeñado en arrebatarles sus pensiones ahora, y a todos los demás a continuación. Sabemos qué es lo que sigue entonces: la resistencia, la movilización frontal y decidida.

El 31 de septiembre en México se realizará una gran movilización nacional, y para el 1º de septiembre, día en que Vicente Fox presentará su 4º informe presidencial, los trabajadores del IMSS realizarán un Paro de actividades y una concentración a las afueras de la Cámara de Diputados, apoyado por miles de trabajadores electricistas, y varios sectores más; pero el que estas actividades tengan el efecto necesario para avanzar hacia la victoria, es necesario que todos las empujemos, en cada centro de trabajo, en cada escuela, colonia y fábrica, que estos dos, el 31 y el primero, sean verdaderos días de movilización e información. Depende de todos nosotros. Y no es que con esto se defina todo, será un primer paso para seguir por el camino de la unidad y de la acumulación de fuerzas.

Basta con ver quién está rabiosamente contra los trabajadores del IMSS para entender de qué se trata todo esto: el gobierno, los diputados, los senadores, el PRI, el PAN, la CTM, la CROC, los banqueros, los empresarios, Televisa, TV Azteca, CNI Canal 40, Canal 11, Radio Centro, la prensa escrita. En pocas palabras, los de arriba, los verdaderamente privilegiados de toda la vida.

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