Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Un audiencia en el subcomité de Supervisión de Contratos de la senadora Claire McCaskill sobre los contratos en Afganistán ha destacado algunas estadísticas importantes que abren una ventana sobre hasta donde el gobierno de Obama ha retomado el testigo de la privatización de la guerra de la era de Bush y acelerado con él. En conjunto, los contratistas ahora llegan a un impresionante 69% del personal total del Departamento de Defensa, «la mayor proporción de contratistas en relación al personal militar en la historia de EE.UU.» No sucede en una zona de guerra en particular, es en el Pentágono en su totalidad.
En Afganistán el gobierno de Obama sobrepasa de lejos al de Bush en cuanto a la privatización. Según un memorando publicado por el personal de McCaskill:
«De junio de 2009 a septiembre de 2009, hubo un aumento de un 40% en los contratistas del departamento de defensa en Afganistán. Durante el mismo período, se duplicó la cantidad de contratistas armados de seguridad privada que trabajan para el departamento de defensa en Afganistán, llegando de aproximadamente 5.000 a más de 10.000.»
Actualmente, hay 104.000 contratistas del Departamento de Defensa en Afganistán. Según un informe de esta semana del Servicio de Investigación del Congreso, como resultado de la próxima ‘oleada’ de 30.000 soldados en Afganistán, podrá haber hasta 56.000 contratistas adicionales. Pero existe otro grupo de contratistas que a menudo no es mencionado: 3.600 contratistas del departamento de Estado y 14.000 contratistas de USAID. Eso significa que la actual fuerza de EE.UU. en Afganistán es de aproximadamente 189.000 (68.000 soldados y 121.000 contratistas). Y hay que recordar que eso es ahora mismo. Y eso, según McCaskill, es un cálculo conservador. Es probable que dentro de un año haya más de 220.000 personas financiadas por EE.UU. en Afganistán.
EE.UU. ha gastado más de 23.000 millones de dólares en contratos en Afganistán desde 2002. El próximo año, la cantidad de contratistas se habrá duplicado desde 2008, cuando los contribuyentes financiaron más de 8.000 millones de dólares en contratos relacionados con Afganistán.
A pesar de la cantidad masiva de contratos y contratistas en Afganistán, la supervisión es deficiente en grado sumo. «El aumento en contratos en Afganistán no ha sido acompañado por un aumento correspondiente en administración y supervisión de contratos,» según el documento de información de McCaskill. «En mayo de 2009 el director de DCMA (Agencia de Administración de Contratos de Defensa), Charlie Williams, dijo a la Comisión de Contratos en Tiempo de Guerra, que actualmente hay hasta 362 puestos vacantes para Representantes de Oficiales de Contratación (COR) en Afganistán.»
Un ex funcionario de USAID, Michael Walsh, ex director de la Oficina de Adquisición y Ayuda y Oficial Jefe de Adquisición, dijo a la comisión que gran parte del personal de USAID «administra inmensas adjudicaciones con conocimientos o experiencia limitados con reglas y regulaciones.» Según un funcionario de USAID, la agencia «gasta demasiado dinero, demasiado rápido con demasiadas pocas personas que controlan cómo es gastado.» Como resultado, la agencia no «sabe… donde va el dinero.»
El gobierno de Obama continúa la política de la era de Bush de emplear contratistas para supervisar a contratistas. Según el memorando de McCaskill:
En Afganistán, USAID se basa en contratistas para que aseguren la supervisión de sus grandes proyectos de reconstrucción y desarrollo. Según información suministrada el subcomité, International Relief and Development (IRD) recibió un contrato de cinco años en 2006 para supervisar el contrato de infraestructura de 1.400 millones de dólares asignado a una empresa conjunta de Louis Berger Group y Black and Veatch Special Projects. USAID también ha contratado a Checci and Company para que suministre apoyo para contratos en Afganistán.
La industria privada de seguridad y el gobierno de EE.UU. se han referido a Synchronized Predeployment and Operational Tracker (SPOT) como evidencia de mayor supervisión gubernamental de actividades de contratistas. Pero el subcomité de McCaskill estableció que el sistema es extremadamente deficiente, y señaló que: «El subcomité obtuvo datos de SPOT que muestran que hay actualmente 1.123 contratistas del departamento de Estado y ningún contratista de USAID trabajando en Afganistán.» Hay que recordar que oficialmente hay 14.000 contratistas de USAOD y el sistema oficial de monitoreo y rastreo no encontró a ninguno y a menos de la mitad de los contratistas del departamento de Estado.
En cuanto al desperdicio y a los abusos, el subcomité dijo que la Agencia de Auditoría de Contratos de Defensa identificó más de 950 millones en costes cuestionados y no justificados sometidos por contratos del departamento de defensa por trabajo en Afganistán. Es un 16% de la cantidad total de dólares revisada.
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Jeremy Scahill, periodista independiente que informa frecuentemente para la radio nacional y el programa de televisión Democracy Now, ha informado durante mucho tiempo desde Iraq y Yugoslavia. Actualmente es Puffin Writing Fellow en The Nation Institute. Scahill es autor de «Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerful Mercenary Army.» Su nuevo sitio en Internet es RebelReports.com