Estados Unidos lideraba este lunes un ejercicio naval de gran envergadura para el dragado de minas en aguas del Golfo Pérsico, en momentos en que Irán amenaza con bloquear el estratégico estrecho de Ormuz si sufre un ataque militar. «Se trata del primer ejercicio internacional en esta región y el más importante de todos los […]
Estados Unidos lideraba este lunes un ejercicio naval de gran envergadura para el dragado de minas en aguas del Golfo Pérsico, en momentos en que Irán amenaza con bloquear el estratégico estrecho de Ormuz si sufre un ataque militar.
«Se trata del primer ejercicio internacional en esta región y el más importante de todos los que se han llevado a cabo» en la zona, declaró el lunes a la AFP el teniente Greg Raelson, de la Vª Flota estadounidense basada en Bahréin.
Según él, «más de 30 países» participan en el ejercicio, que se inició el domingo.
Los funcionarios de Defensa de Estados Unidos insisten en que el ejercicio no va dirigido contra Irán o ningún otro país, sino que simplemente está diseñado para perfeccionar las capacidades antiminas con aliados y socios.
Durante el International Mine Countermeasures Exercise (IMCMEX), del 16 al 27 de septiembre, los navíos «participarán en ejercicios defensivos para preservar la libre navegación en las vías internacionales en Medio Oriente y para promover la estabilidad regional», según un comunicado difundido el domingo.
«Este ejercicio es acerca de las minas y el esfuerzo internacional para dragarlas», dijo el domingo el vicealmirante John Miller, jefe de las fuerzas navales de Estados Unidos en la región del Golfo Pérsico.
Los barcos «responderán a ataques simulados con minas marinas en aguas internacionales y limpiarán las rutas marítimas para restaurar la libertad de navegación».
El ejercicio se inició el mismo día en que el líder de la Guardia Revolucionaria de Irán amenazó con tomar represalias contra el Estrecho de Ormuz, Israel y bases cercanas de Estados Unidos, en caso de que su país sufriera un ataque militar.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insistió con que Washington fije una «línea roja» para Irán, afirmando que Teherán ya recorrió el «90 por ciento» del camino necesario en materia de enriquecimiento de uranio para fabricar una bomba nuclear.
Dirigentes israelíes amenazaron en varias ocasiones con atacar las instalaciones nucleares iraníes si las sanciones y los esfuerzos diplomáticos no terminan por convencer a Teherán de que cese sus actividades nucleares sensibles.
Irán niega que el objetivo de estas actividades sea fabricar la bomba atómica y afirma que su programa nuclear es meramente civil.
No obstante, en caso de ataque militar contra Irán, Teherán amenazó con replicar atacando a Israel, pero también a las bases estadounidenses en la región.
Además, el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, el general Mohamad Ali Jafari, indicó que «si un conflicto que implique a la República Islámica estalla en la región, esto tendrá naturalmente consecuencias en el estrecho de Ormuz», por donde circula un tercio del tráfico marítimo petrolero mundial.