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Haití

El año que vivimos en peligro (y II)

Fuentes: IPS

Cuando el diplomático brasileño Ricardo Seitenfus condenó a la comunidad internacional en entrevistas concedidas en diciembre, fue destituido de la Organización de los Estados Americanos (OEA), a la que representaba en Haití. Actualmente la OEA controla un recuento de votos de las disputadas elecciones del 28 de noviembre en el país caribeño. Seitenfus dijo que […]

Cuando el diplomático brasileño Ricardo Seitenfus condenó a la comunidad internacional en entrevistas concedidas en diciembre, fue destituido de la Organización de los Estados Americanos (OEA), a la que representaba en Haití.

Actualmente la OEA controla un recuento de votos de las disputadas elecciones del 28 de noviembre en el país caribeño.

Seitenfus dijo que en una reunión realizada el mismo día de los comicios entre países donantes y representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se habló de lo que equivalía a un golpe de Estado contra el presidente René Préval.

Pero el diplomático se reservó sus peores palabras para la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), que su propio país lidera con 3.000 efectivos.

«Yo esperaba que con la angustia del (terremoto del) 12 de enero (de 2010) el mundo comprendiera que había tomado el camino equivocado en relación a Haití. Lamentablemente, se reforzó la misma política», dijo al periódico Folha de São Paulo.

«En vez de hacer una evaluación, enviaron más soldados. Se debería construir carreteras, instalar represas, participar en la organización del Estado, del sistema judicial. La ONU dice que ése no es su mandato. Su mandato en Haití es mantener la paz del cementerio», sostuvo.

Seitenfus dijo que, con nuevos gobiernos en Brasil y en Haití, la Minustah debería considerar retirarse. Un portavoz de la ONU dijo a IPS que la misión de paz se negó a formular comentarios sobre las declaraciones de Seitenfus.

En una entrevista con IPS el mes pasado, el embajador de Brasil en Haití, Igor Kipman, se mostró resuelto en su defensa del liderazgo de su país en la misión de paz. Dijo que sus fuerzas armadas habían sido «extremadamente exitosas» a la hora de crear estabilidad y seguridad en la nación caribeña.

Ya hay en curso debates sobre una estrategia de salida de Haití, dijo Kipman a IPS, pero 2014 es «una buena estimación» de cuándo tendrá lugar la retirada.

«El éxito de una misión de paz es inversamente proporcional a su duración. Si uno se queda 20 años es porque no está haciendo un buen trabajo», sostuvo.

La embajada brasileña se negó a formular declaraciones sobre los cables diplomáticos estadounidenses divulgados por el sitio web Wikileaks, que describieron a Brasil en 2009 como un socio reticente en la misión de paz, frustrado por la «falta de una estrategia de salida».

Otro cable describe a un general brasileño ofreciéndose a «ocupar y mantener el control» del delito en las favelas (tugurios) de Río de Janeiro. El argumento era que sus efectivos militares estaban «específicamente entrenados y preparados» para la tarea a raíz de su experiencia con la Minustah.

Este año el presupuesto de la misión se dispara a un récord de 2,3 millones de dólares por día.

En Cité Soleil, un tugurio ubicado en el extremo norte de Puerto Príncipe, las tensiones vienen en aumento desde que se inició la misión, en 2004.

La Minustah fue acusada de bombardear indiscriminadamente a habitantes del lugar y de dañar a civiles durante sus primeros dos años en el país.

VIOLENTA ENTREGA DE JABÓN

El 6 de diciembre, efectivos de la ONU escoltaron a trabajadores humanitarios de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para entregar elementos de alivio en el campamento de desplazados Imakile, en las afueras de Cité Soleil.

Según los habitantes del lugar, Luc Ondele, administrador de campamentos en Cité Soleil para la OIM, ya había amenazado con interrumpir la ayuda humanitaria si la población seguía denunciando a esa agencia y a otras organizaciones no gubernamentales en la radio y en protestas.

También ofreció iniciar un programa de dinero-por-trabajo para una cantidad limitada de personas, siempre y cuando accedieran a abandonar el campamento, dijeron.

«Tenemos un gran problema con las organizaciones no gubernamentales, que discriminan a los habitantes de Cité Soleil», dijo a IPS Gerard Delme, miembro del comité de Imakile, en una protesta en octubre.

«No aceptamos en absoluto a Luc, el administrador de la OIM, quien tiene políticas destructivas. Ellos ofrecen dinero-por-trabajo en los campamentos en un esfuerzo por destruirlos y por desmoralizar a la población», opinó.

Ondele dijo a IPS que lo interpretaron mal. Sostuvo que le dijo al comité del campamento que cuando sus integrantes entonan cánticos de «Abajo la OIM» o «Abajo la Minustah», vuelven su trabajo más difícil y peligroso.

Trabajadores de la OIM llegaron a principios de diciembre ofreciendo tres paquetes de jabón para manos. Parecía un insulto, dijeron a IPS los habitantes del campamento, pero igual hicieron fila para recibirlo. Soldados brasileños controlaban el área.

Pronto, Dieula Rosemond, residente en el campamento, tuvo que ser trasladada con urgencia al hospital de Médicos Sin Fronteras, padeciendo un dolor intenso en los ojos. Un efectivo de la ONU la había rociado directamente en la cara con gas lacrimógeno.

Su esposo Joseph tomó fotografías de la distribución de jabón con su teléfono celular (disponibles en http://mediahacker.org). Una de ellas muestra a un soldado parado junto a una larga fila.

La siguiente es un primer plano de un casco azul brasileño, apuntando con el rociador hacia el rostro de Dieula Rosemond. Ella está parada frente al contenedor de agua del campamento, de brazos cruzados, mirando hacia abajo.

Según su esposo, ése es el momento anterior a que la rociara. En la siguiente foto se la ve desmayada en el suelo, con los demás residentes del lugar amontonándose a su alrededor.

Cuando IPS la visitó en el hospital ese día, ella murmuró débilmente: «Me rociaron directo en los ojos. No sé por qué. Realmente me lastimaron».

Aseguró no haber hecho nada más que alzar su voz contra la OIM. Los habitantes del campamento dijeron no haber arrojado piedras ni haber actuado violentamente.

Una portavoz de la ONU dijo que no vio ningún informe sobre el incidente. Ondele, de la OIM, declaró a IPS que invitaría a Joseph Rosemond a una reunión con los cascos azules para discutir lo que ocurrió.

«Aquí no hay guerra. Yo no amenacé a la Minustah», dijo a IPS Dieula Rosemond la semana siguiente.

«¿Esto es porque soy mujer o porque estoy en Cité Soleil?», preguntó.

Ansel Herz tiene su blog en http://mediahacker.org. Éste es el segundo de dos artículos sobre la lucha de los haitianos por los derechos humanos y políticos un año después del devastador terremoto. 

Ver también: El año que vivimos en peligro (I)

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97299