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El desviacionismo como razón de ser del sistema capitalista

Fuentes: Rebelión

No podríamos imaginar un mundo sin que funcionen los motores con gasolina o que en las casas exista luz sin electridad o que construyamos ciudades sin cemento y lejos de los actuales diseños de ciudades basados en el desarrollo y el comercio de los automóviles. Hemos construido un sistema a imagen de una élite política […]

No podríamos imaginar un mundo sin que funcionen los motores con gasolina o que en las casas exista luz sin electridad o que construyamos ciudades sin cemento y lejos de los actuales diseños de ciudades basados en el desarrollo y el comercio de los automóviles.

Hemos construido un sistema a imagen de una élite política despiadada y sin escrúpulos donde todo estaba subordinado a su expansión de su capital y su acumulación.

El orden occidental actual está construido no en torno a unos valores o ideas de progreso, o en esa búsqueda de la felicidad común entre todos los miembros de una sociedad coronada por medio de un contrato social el cual su origen es que entre todos viviremos mejor que si estuviéramos aislados.

La extrema individualización y la entronación del ego han minado nuestras sociedades y han paralizado las economías. El homo economicus occidental no ha demostrado ser mas sabio y mas adaptado al mundo de hoy. Su infelicidad es visible en todos lados y su insatisfacción junto ahora la inseguridad presente le hace entrar en una depresión e inmovilización social necesaria para afrontar los grandes retos.

Nos hemos creído los mejores no siéndolos, y vamos a pagar por esas ideas y por un sistema irracional que ha generado esta situación actual de pesadumbre y malestar general.

El progreso tecnológico ha sido hoy frenado, el motor del progreso y toda inversión en investigación debe ser viable, esto es, que genere beneficios, no sociales, sino a los inversores privados y beneficios rápidos. El sistema de patentes ha privatizado el progreso, la invención ya no es social sino que está sometida al capital, a los grandes señores y familias actuales, un peligro real para nuestras sociedades.

Mientras se desangra el estado y la economía en mantener el régimen del petróleo y gas en guerras constantes y en búsqueda de nuevos yacimientos estamos con esta decisión sacrificando el futuro.

El estado depredador y capitalista al servicio de las élites ignorantes y corrompidas es cómplice actual de esta situación.

Romper el status quo significa poner unas buenas bases para la construcción de un camino seguro de constante progreso material y espiritual, no solo para nosotros, sino para la humanidad.

Como decía el emperador Marco Aurelio, lo que no es bueno para la colmena no lo es para la abeja.

Construir la vida material y espiritual de nuestras naciones por medio de unos valores que traigan un orden es fundamental. Derechos humanos, derecho internacional y justicia social así como una economía basada en el impacto CERO en la naturaleza de forma negativa y que haga peligrar el bienestar de las futuras generaciones es vital para seguir en la senda del siglo XXI.

El sistema es tan estúpido que quiero poner este ejemplo sacado de las brillante idea de la obra de Gaetano Bonetta en su libro Corpo e Nazione: Mientras el Estado gasta enormes sumas de dinero en hospitales y curar enfermedades olvida que el mejor ahorro es la prevención y una política higienista y de progreso del cuerpo, la mente y el espíritu de la nación por medio de una vida saludable y sana y de la búsqueda de la realización del individuo tanto profesional como humanamente. No hay mejor prevención y ahorro actualmente que la implantación de políticas encaminadas a crear un cuerpo sano y robusto de nuestros jóvenes, alejados de la droga el alcohol y la mala vida, así como una política higienista reforzando los lazos sociales y familiares fuertemente.

Hoy, la sociedad liberal y su individualismo brutal es el verdadero enemigo del ser humano, por su búsqueda de aislamiento y la búsqueda de la destrucción de su espíritu y de su mente y de su cuerpo.

Necesitamos un cambio volviendo y retrocediendo para de nuevo comenzar un camino alejado de los valores corruptos de un liberalismo deshumanizado y destructor del individuo, de los lazos familiares, sociales y del propio medio donde vivimos, la propia naturaleza, como es el agua, el aire y los espacios verdes necesarios para la propia vida en la Tierra.

Marco Terranova Tenorio. Director del diario UNIDAD. Construyendo el socialismo del siglo XXI

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.