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Entrevista al mayor Antauro Humala, líder del Movimiento Etnocacerista en Perú, encarcelado por insurrección:

«El etnonacionalismo esta destinado a ser poder»

Fuentes: Ollanta

El mayor retirado del ejército peruano Antauro Humala Tasso es el portavoz del Movimiento Etnocacerista en Perú. Humala lideró la toma de una comisaria de Andahuaylas en los Andes peruanos, la madrugada del primero de enero del 2005. Hoy, él y sus reservistas (militantes de su movimiento) se encuentran prisioneros en diversas cárceles de Lima

– «Andahuaylazo» de Año Nuevo ¿Victoría o derrota?

– Políticamente, victoria etnocacerista. Con el Andahuaylazo se fijó el «orden del día» para todo el 2005 y hasta que Toledo se vaya. Se ha despejado el panorama pugna entre Nacionalismo vs. Globalismo, y, ya no, entre derecha e izquierda. Pero quizás, lo principal sea que aquella «resignación social» que desmoralizó al pueblo durante el segundo semestre del 2004, al punto que la protesta popular ya había sido domesticada. Desde el Andahuaylazo se trocó en despertar y rebeldía, volviendo al tapete la vacancia del tirano y la insurgencia popular.

– Sin embargo, usted está preso con 296 de sus reservistas…

– A mucha honra, y, justamente la recuperación de ese «clímax insurgente» se debe al sacrificio de los reservistas fallecidos, perseguidos y presos, y por supuesto a la gallarda actitud del pueblo chanka, cuyo ejemplo irradió el Gran Sur, inclusive más allá de las fronteras andinas. Recuerde que la CONAIE ecuatoriana así como el «Mallku» boliviano se solidarizaron inmediatamente en función al etnonacionalismo tahuantinsuyano.

– Hablando de Felipe Quispe «Mallku», él llegó a ofrecer apoyo material. ¿Acaso ya se plasmó?

– El Mallku es admirado por los etnocaceristas. Le estaremos agradecidos por su deferencia, sin embargo, somos conscientes de la intensidad de su lucha en el Qollasuyo, y que por consiguiente, la mejor manera de apoyarnos «aquí» es haciendo la revolución «allá». No obstante, en breve reabriremos relaciones hacia el MIP (Movimiento Indígena Pachacútek) con la finalidad de entablar labor conjunta. A su vez, la visita de Evo Morales a Sicuani contribuye a la reunificación del gran pueblo quechuaymara dividido «criollamente» por una estúpida frontera fijada por el espadazo de algún Almagro o Sucre, diciendo: «De aquí para la izquierda es Perú y para la derecha es Bolivia».

-¿Pero no cree que «milenarismos» como éste, tal como usted menciona en el Manifiesto de Andahuaylas (Internacional Incaica), resultan folklóricos en pleno globalismo?

– Ser milenarios y folklóricos es lo que ha permitido el auge de Occidente, China y Japón. Fíjese en Inglaterra, ¡una monarquía que ya lleva más de mil años!. Con un folklorismo nacional que evoca su «Pakarina Mesiánica» del gran «curaca» Arturo, sus «Kollanas» de la Mesa Redonda en el «Tamputocco» de Excalibur y además orgullosos de su etnia ancestral; mesianismo que les permitió soportar la ofensiva hitlerista hasta el último cartucho. ¿Israel, acaso, no es incomprensible sin el milenario éxodo de Abraham desde Ur hasta Egipto y luego con Moisés hasta Egipto, hasta lo que llaman su tierra prometida, combatiendo contra filisteos y contra palestinos? ¿Qué es sino el Sionismo?. Los mismos EE.UU. cuya clase dirigente es un sancochado de élites anglo-sajonas y judías; precisamente basan su fundamentalista slogan: «Dios bendiga a los EE.UU.» en la heredad mixta de aquel mesianismo británico e israelí. Como entenderás no hay tal «desfase», sino que simplemente a los pueblos «de color» subdesarrollados se les prohíbe constituirse en naciones, y por eso se les arrasa la memoria colectiva y se les acompleja con la finalidad de mantenerlos en un globocolonialismo que involucra globalizadores vencedores y globalizados perdedores.

– Una izquierda, o por lo menos un sector, que también les hizo «cargamonton»…

– Al unísono con «su» derecha, lo cual confirma lo dicho. Es más, esa izquierda «almagrista» fue la que proporcionó los principales «datos técnicos» a su derecha pizarrista, con respecto a los etnocaceristas: «nazis», «facistas» y «violentistas». Esa apestosa «izquierda caviar» y de pedigree virreynal, obviamente tenía que desesperar ante una rebelión del tipo tupakatarista. Estuvo pues, esa izquierda «carapálida» muy cercana a Areche. Hubieran celebrado el asesinato masivo de aquel centenar de muchachos cercados por miles de soldados, policías y tanquetas, ahí en Andahuaylas; y claro, están satisfechos que estemos presos. Pero, lamentablemente para esos Dammert, Lynch, Diez Canseco, etc., la marcha de la historia les es contraria -aquí- en Andinoamérica. Pero también hay que ser justos, hubo un buen sector de la izquierda, la que en verdad lo es, que se solidarizó cuando las papas ardían. Me refiero al Comité Malpica de los compatriotas Ricardo Letts y Delfina Paredes, así como otros grupos que puedo mencionar el PST que edita «Bandera Socialista».

– ¡Pero si Letts es un «dinosaurio marxista» y con harto «pedigree»! Recuerde que es el tío carnal de Jaime Bayly.

– Bueno, pues la «mariconada» no es genética. Y respecto a lo de «dinosaurio», en todo caso Letts y sus camaradas no se han quedado en el Pleistoceno. Hablan y teorizan sobre el «socialismo cholo», ojalá más étnico que clasista, por edificarse en un país de cultura milenaria y de formidable calibre demográfico nativo. Aquella interrogante planteada por Arguedas: «¿Hasta donde entendí el socialismo? No lo sé, pero no quitó en mí, lo mágico», la están afrontando con lucidez. Definitivamente, constituye el Comité Malpica el círculo intelectual más próximo al etnocacerismo, a manera de bisagra entre izquierda y etnonacionalismo.

– Nacionalismo y socialismo… ¿Acaso el «nacional-socialismo» nazi?

– Mire usted., el nacionalismo tiene opuesta connotación en el Norte globocolonizador y en el sur colonizado «de color» no blanco. Allá ese nacionalismo, digamos «desarrollado», tiende a convertirse en imperialismo. Las dos guerras mundiales del siglo XX son éso: la confrontación entre los nacional-imperialismos del Eje contra la Entente. Lo mismo puede decirse de las guerras napoleónicas del siglo XIX, entre los imperialismos francés y británico. Pero, aquí en el sur famélico, colonizado y acomplejado, el nacionalismo es plenamente liberador. No tiene nada de opresor ni mucho menos de»facista». Sinceramente yo que me he formado en los cuarteles de modo autodidacta en cuanto a ciencias políticas y sociales, me quedo absorto cuando escucho tamañas estupideces de las «vacas sagradas» del ambiente académico acriollado, que nos tildan de «facistas», «nazis», etc, sin tener noción mínima del Kay Pacha (Aquí y ahora). Entonces, colijo una de dos: o sus ideas se alquilan al sueldo del día 30 o simplemente son unos «catequistas» sin vena de herejes. Unos castrados que solamente pueden decir «sí mi..» a la ONG que los degenera en fariseos.

– Pero, no deja usted de ser militarista…

– Es que salí del cuartel y no del colegio María Auxiliadora. Pero, a su vez, ese «militarismo» es de nuevo tipo en Andinoamérica. Es de tropa y opuesta al «clásico» militarismo del generalato y su clásica Junta Militar Sudamericana. Si el generalato es equivalente a la plutocracia corrupta, la tropa es el pueblo explotado. Es, pues, un militarismo popular, «de abajo» y altamente revolucionario.

– ¿Apoyaría otra insurgencia por parte de algunos de sus batallones reservistas en forma independiente?

– Claro que sí. El cumplimiento de juramento de fidelidad a la bandera así como el de «volver a tomar las armas cuando la patria lo requiera», sigue vigente.

– Reconozco que el etnocacerismo es lo más contundente del nacionalismo en el Perú. ¿Pero acaso son los únicos?

– Somos los únicos que consideramos que la lucha (etno) nacionalista se hace con acción directa y no prendiendo la tv. y comentando en el café. Usted podrá decirme entonces «violentista»… Y tendría razón en cierto aspecto. Lo justifico recurriendo a la teoría de la contraviolencia de Herbert Marcuse y del Che Guevara. O para ser más explicativos: ¿Acaso no fue por la (contra) violencia revolucionaria -la lucha armada específicamente- por la cual nace la misma República en los campos de Junín y Ayacucho? El mismo Cristo la ejerce cuando azota a los mercaderes que habían prostituído un lugar sacro. Por eso, cuando escucho a los fariseos que nos censuran, digo: «Ah caramba, estos eunucos quieren que el populorum se muera de hambre (vladiconstitucionalmente y en cámara lenta).

– Estuvo llegando a las redacciones capitalinas un correo de un señor Villacrés, al cual se le vincula con Montesinos, sosteniendo que su periódico bajó su «rating» hasta casi causarle desesperación. ¿Es cierto?

– Hace un par de años se me presentó el hijo del difunto mayor Fernández Salvatecci, y me previno: «Antauro cuidate de Villacrés. Mi padre en su agonía lo maldijo como soplón». Me guarde el consejo y permití que Villacrés se relacionase conmigo. Luego suficientes indicios me persuadieron que la advertencia tenía fundamento. Estuvo implorando al Gral. Mora y Rospigliosi un puestito en el CNI. Y por último comenzó a calumniar rentadamente desde el desaparecido periódico «Liberación». No descarto que el «alerta» a los cuarteles de Andahuaylas se halla originado desde su lengua. Respecto a lo de «desesperación», eso se le ha chispoteado al aludido. Lo que pasó fue simplemente que el gobierno intervino al periódico «Ollanta» por medio de la SUNAT y además liquidó a la empresa que nos hacía el servicio de rotativa; a lo cual debía agregarse la prohibición del uso del uniforme de nuestros reservistas que difundían nuestra prensa. Llegamos a tener una treintena de detenidos y millares de ejemplares prensas «desparecidos». Sin embargo, seguimos adelante. Y hoy recuperamos un auge tremendo. El «Ollanta» es la única prensa de Latinoamérica que se sostiene exclusivamente de ventas sin un ápice de publicidad ¡durante 4 años consecutivos!.

– ¿Cómo lo explica?

– Por el rol que cumple. La Revolución francesa hubiera sido imposible sin el periódico «El Amigo del Pueblo», de Marat. La revolución bolchevique hubiera sido impensable sin el «Iskra» y la epopeya de Fidel Castro inexplicable sin el «Granma». Algo así se puede decir respecto al «Ollanta» en relación con la gesta etnonacionalista. El Ollanta cumple la función básica de toda prensa revolucionaria: agitador, educador y heróico ante todo. Agita la mente del pueblo, lo ideologiza y lo pone en movimiento: «Mens agital Molen» (la mente agita el cuerpo).

– Sin embargo, sus batallones reservistas han desaparecido…

– Manan. (No, en quechua) Ahora existe mayor militancia en cantidad como en calidad. Fuera de las tres centenas de reservistas presos, otro centenar aún está en Apurímac, integrado ya con la población urbana y rural. Ni hablar de la militancia del resto del Perú, principalmente del gran Sur y de los valles cocaleros. A Andahuaylas sólo acudieron una porción de cada batallón. Es cierto, ahora, en que aún se está persiguiendo y metiendo presa a la gente, obviamente no pueden accionar en público. Pero, pronto se les verá por decenas y centenas. Recuerde que el etnocacerismo está proscrito, sin embargo ya salió la prensa «Ollanta», nada menos que divulgada por hermanos, hermanas, madres, padres y enamoradas de los reservistas fallecidos, heridos, presos y perseguidos. ¡Mis respetos a estos nuevos legionarios que el pueblo nos pone a disposición , cual oleadas incesantes de mística y romanticismo! Ya sólo es cuestión de poco tiempo que reabran las escuelas etnocaceristas haciendo flamear sus wifalas y unanchas. Así son los movimientos históricos. El etnocacerismo, que ya lleva dos levantamientos en su haber, está curado del susto.

– Entonces el retorno de su hermano Ollanta, más allá de sus «deslindes», puede catalogarse de oportuno.

– «Puede», usted lo ha dicho. Yo hubiera preferido la palabra «debe». No obstante, cada cual tiene su propio estilo y ambos nos respetamos en la medida que el objetivo sea común. Además, suficiente con un hermano en la cárcel. Ojalá que este a la altura de la historia y no la confunda con la «historieta». Independientemente a ello el etnocacerismo tiene su capital propio.

– ¿Pero, acaso él no es uno de los creadores del etnocacerismo?

– Que me acuerde, no, y él mismo lo sostiene y esa sinceridad muestra su transparencia. Sin embargo, ambos somos formación doctrinal de un mismo padre, así que hasta por los poros es un nacionalista a carta cabal. Además, debe usted sopesar que mi rol ha sido y es, ideológico, antes que político. A mí no me interesa caerle bien a los «gran putas» de la politiquería y prensa criollas; en cambio, desde una perspectiva, convencional y política, la evaluación cambia. Ahí la finta vale más que el dicho y mucho más que el hecho.

– Sin embargo usted lo llamó líder histórico del etnocacerismo.

– Claro, luego del levantamiento de Locumba, en que lo secundé, inobjetablemente que así fue. Eso ocurrió hace cinco años. Pero, hoy, con este otro levantamiento, en que el etnocacerismo transita de la infancia a la pubertad y de la rebeldía a la revolución, obviamente se impone un reordenamiento. Mire, yo soy soldado y tengo muy en claro la lealtad y la cadena de mando. Y ambos jamas mueren, por lo menos como yo lo entiendo.

– Se le acusa de ser el «Corpus Christi» que en los 80 ´s arrasó la Zona de Emergencia con un saldo de víctimas campesinas en Huánuco…

-La revista Caretas, mediante uno de sus mequetrefes rentados me acusó no sólo de eso. Además, afirmó que soy abigeo, ladrón, marihuanero, alcohólico, asesino y que «no me violé una viejita porque le faltaba un diente». Yo egresé en el 85 de la Escuela Militar e inmediatamente fui destacado a las zonas de emergencia. Permanecí durante cuatro años, tuve siete enfrentamientos con Sendero Luminoso y me llevo muchos recuerdos, entre ellos un «cariñoso» balazo en la pierna. Y no los odio, los comprendo. Lamento, sí, haber arriesgado el pellejo por un Estado putrefacto y traidor como el criollo. Todas las bajas que sufrieron mis patrullas así como las que infligí a los senderistas fueron producto de enfrentamientos armados. Fusil contra fusil. Combatiente contra combatiente. Jamás, -y lo he dicho con satisfacción- me presté a ejecuciones del tipo Accomarca, fosas comunes y mucho menos atentar contra la población. Por eso, que a mi paso por Apurímac, Junín y Pasco, jamás he tenido una sola denuncia de la Comisión de la Verdad. Lo único que rescato de las Zona de Emergencia, es que en ella, en ese enfrentamiento entre compatriotas, surge el etnocacerismo, análogo a la transformación que irradió a aquel Saulo que luego de perseguir subversivos (cristianos) se convierte en el apóstol San Pablo edificador de la iglesia. Y para nosotros esa Iglesia o Huaca es el etnocacerismo. Y los reservistas hacen su apostolado.

– ¿Cómo ve el panorama electoral?

– Sencillo; por un lado un discurso monocorde de hosannas al globoneoliberalismo, en donde los grados de hipocresía marcan la ínfima diferencia entre una partidocracia criolla tan colapsada que tiene que recurrir a los «frentes». La única diferencia es que unos quieren privatizar más y otros menos. Por otro lado, veo la posibilidad que se construya una franca oposición, necesariamente nacionalista y hereje, en base al etnocacerismo, FREPAP, Renacimiento Andino y ojalá con el sector más lúcido del socialismo. Si se logra ensamblar este formidable frente en base a puntos concretos y coincidentes, que los hay, estoy seguro que darían la sorpresa con la entrada fija a la segunda vuelta, aún teniendo en contra al establishment. Recuerde que el Gran Sur y los Valles Cocaleros constituyen un baluarte nacionalista, a parte de gruesos segmentos de los conos urbanos costeños. A eso agréguese el potencial Ataucusista en la selva y el aporte de la «izquierda chola». A eso súmese una constelación de organizaciones regionales afines.

– ¿Entonces participará el etnocacerismo, contraviniendo su discurso del «pre-Andahuaylas»?

– Del «pre», usted lo ha dicho. Ahora estamos en el post-Andahuaylas». La insurgencia realizada nos brinda solvencia moral ante el pueblo. Combinar la vía no electoral con la convencional, además, fue aprobada en el Foro Etnocacerista de Tacna-Octubre 2003.

– Rebelión, secuestro, asesinato… se le vienen fuertes sentencias.

– Cuando León Tolstoy fue sentenciado, comentó: «La humanidad tiene dos tipos de hombres: los reclusos y los hipócritas». Fíjese en los cargos: «Rebelión» ¡Pero si estamos ante un gobierno usurpador inscrito falsamente! «Secuestro» ¿Y qué «rescate» exigimos? «Asesinato» ¿En enfrentamiento y defensa propia?. Además con un sicario «sembrado» por la Dirección de Inteligencia y militar en actividad (El Centinela) cuando mi gente es retirada (reservista). Todos los cargos son desleznables. Podría hasta parafrasear a Fidel: «La historia me absolverá».

http://www.prensaollanta.com