El índice de mortalidad de los soldados británicos desplegados en Afganistán se encuentra a punto de superar al registrado durante la Segunda Guerra Mundial, informó el diario Daily Telegraph. Según el rotativo, el índice se acerca al 10 por ciento, por lo que, según los expertos, podría superar en breve el 11 por ciento de […]
El índice de mortalidad de los soldados británicos desplegados en Afganistán se encuentra a punto de superar al registrado durante la Segunda Guerra Mundial, informó el diario Daily Telegraph.
Según el rotativo, el índice se acerca al 10 por ciento, por lo que, según los expertos, podría superar en breve el 11 por ciento de la segunda gran contienda.
El incremento responde en parte al agravamiento de la situación en Afganistán durante los últimos seis meses.
El pasado mes de noviembre las filas británicas sufrieron tres bajas, mientras que en mayo fueron 38 las víctimas, siempre en mayor proporción que las bajas estadounidenses.
En los cinco primeros meses de 2007, las tropas británicas perdieron a 23 de sus 5.500 efectivos, por los 463 soldados estadounidenses abatidos, de entre un total de 165.000 tropas, informó la Sociedad Real de Estadísticas.
Los mandos británicos temen que este alto índice pueda influir en las operaciones y la moral de las tropas, indicó la información.
Un suicida se inmola contra el vehículo de una empresa de seguridad estadounidense
Un atentado suicida sacudió hoy un convoy de una empresa de seguridad estadounidense en el oeste de Afganistán, sin causar bajas salvo la del propio suicida, que estrelló su vehículo contra el objetivo, informó la policía.
El ataque contra la empresa US Protection & Investigations (USPI) tuvo lugar en el distrito de Bala Buluk, en la provincia de Farah, alrededor de las 7.00 a.m. (0230 GMT), indicó el jefe de la policía provincial Abdul Rahman Sarjang.
Nadie ha asumido la responsabilidad del ataque, y no queda claro tampoco a qué objetivo responde, aunque la USPI ya había sido atacada en diversas ocasiones.
El pasado 30 de mayo, tres de sus guardias afganos murieron al ser sacudidos por una bomba en la carretera en la provincia de Helmand, trece días después de que otro atentado matara a otros cuatro empleados afganos de USPI en la provincia sureña de Kandahar.