En medio de la profundización de las recetas neoliberales, la guerra entre los cárteles de la droga en Paraguay ha cobrado nuevamente virulencia y está afectando severamente al gobierno de Horacio Cartes. Hay veladas amenazas de juicio político y hasta un golpe de Estado para disolver el Congreso. En el marco de este caos, aumenta […]
En medio de la profundización de las recetas neoliberales, la guerra entre los cárteles de la droga en Paraguay ha cobrado nuevamente virulencia y está afectando severamente al gobierno de Horacio Cartes. Hay veladas amenazas de juicio político y hasta un golpe de Estado para disolver el Congreso. En el marco de este caos, aumenta la pobreza extrema rural y la militarización del país.
El asesinato del periodista Pablo Medina, del diario Abc Color, ejecutado por sicarios al servicio de la narcopolítica el 16 de octubre de 2014, pudo haber sido la chispa que está provocando un incendio de proporciones gigantescas en el seno del gobierno de Horacio Cartes. En la ocasión también murió baleada Antonia Almada, una colaboradora del periodista.
Había quedado en evidencia que el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia, Víctor Núñez, amparaba a uno de los principales sospechosos del asesinato del comunicador, el ex intendente de Ype Hu, Vilmar Acosta, actualmente preso en Brasil, con pedido de extradición. Acosta, a la vez, estaba protegido por la diputada Cristina Villalba, estrecha colaboradora del presidente Cartes. http://www.abc.com.py/nacionales/cercano-a-los-lideres-colorados-1297468.html
El periodista venía denunciando tanto al ex intendente, a la diputada y a otros políticos de la región de estar involucrados en el tráfico de drogas y el contrabando de mercaderías, así como crímenes por encargo y otros delitos.
Para expiar rápidamente el pecado, algunos congresistas prepararon el juicio político a Núñez para ser destituido como ministro de la Corte. El mismo ejercía el cargo de superintendente de justicia en Canindeyú, departamento fronterizo con el Brasil – donde había ocurrido la ejecución del periodista. Núñez, en tal carácter, ya había prohijado la impunidad de Acosta por otro crimen.
Al percatarse de la posibilidad de instalar a gente de su confianza en la Corte Suprema, Horacio Cartes empujó al Partido Colorado a impulsar el juicio político a otros tres miembros de la máxima instancia judicial: Sindulfo Blanco, Oscar Bajac (del Partido Liberal Radical Auténtico, PLRA) y Cesar Garay Zuccolillo (colorado). Nuñez renunció antes de ser llevado al banquillo de los acusados ante el Congreso; los otros tres esperaron.
Invariablemente, casi todos los miembros de la Corte fueron acusados en algún momento de recibir sobornos de los narcotraficantes o de políticos que dan amparo al crimen organizado, al igual que los parlamentarios, denunciados por los propios políticos. http://www.ultimahora.com/bacchetta-manda-al-frente-al-presidente-n895648.html
Pacto resquebrajado
Los planes -a tambor batiente- para la destitución de los otros tres miembros de la Corte fueron abortados súbitamente. Algo empezó a resquebrajarse, cuando un grupo de 15 senadores del Partido Colorado pretendió canjear con Cartes la candidatura del senador Mario Abdo, como presidente de dicho partido, a cambio de la destitución de los miembros de la Corte.
Estos senadores colorados, aliados a los opositores encabezados por el expresidente y actual senador Fernando Lugo, se opusieron finalmente a «barrer» con la Corte. Desde entonces la confrontación interna dentro del coloradismo se va incrementando vigorosamente, día a día.
Cartes, quien tenía tímidas intenciones de modificar la Constitución Nacional para lograr la reelección en el cargo, debería contar con el apoyo de la Corte Suprema para ese efecto. Con la continuidad de los actuales ministros, dicha posibilidad se aleja de forma exponencial.
En el marco de la disputa interna colorada, Cartes impuso su candidato -el diputado Pedro Alliana- a presidente del partido para las elecciones de julio venidero y profundizó la brecha con los 15 senadores.
De tener controlado ambas cámaras del Congreso, el Poder Judicial y haber sometido a un vasto sector del PLRA luego del golpe de Estado parlamentario de 2012, Cartes quedó solo con el apoyo de la Cámara de Diputados. Perdió el Senado y la Corte Suprema de Justicia. Y el apoyo del «opositor» PLRA empezó a tambalear.
La confrontación sigue subiendo de tono a diario. Los senadores colorados, con sus aliados circunstanciales de la oposición, trabaron importantes proyectos de leyes de orden económico del Poder Ejecutivo, de clara tendencia neoliberal.
En ese marco de disputas, de nuevo la mafia ligada al narcotráfico dio otro golpe, esta vez asesinando al exdiputado colorado, Magdaleno Silva, a su hijo de 21 años y a un empresario y su hijo que estaban negociando con el ex parlamentario. Fue una masacre de cuatro personas en una plaza pública, a plena luz del día y ante la vista de toda la humilde población de la pequeña ciudad de Yby Yaú, distante a unos 50 kilómetros del Brasil, en el norteño departamento de Concepción. Este hecho ocurrió el 4 de mayo pasado.
Silva fue diputado por dos periodos (2003 a 2013) y fue acusado por sus detractores y la prensa de involucrarse en el tráfico de drogas, razón de su increíble fortuna que le posibilitó financiar su acceso a la Cámara de Diputados.
Pero fue también quien denunció de cómo se compran votos y leyes en la Cámara de Diputados, revelando que ese método es el utilizado por Horacio Cartes para su ascenso político con el apoyo del senador Galaverna, en aquel entonces ya como precandidato a presidente de la Republica por el Partido Colorado (Diario Ultima Hora, 21 de agosto de 2012)
El mismo día de la matanza en Yby Yaú, el presidente de la República vetó al nominado por el Senado, Lineo Insfrán, para integrar la Corte Suprema de Justicia en reemplazo del renunciante Nuñez. Cartes se atrincheró en Mburubichá Roga, (residencia presidencial) donde convocó a todos los diputados colorados – que son mayoría en esa cámara – a los gobernadores, quienes le dieron el respaldo al Presidente.
A esta altura, ya se empezaba a hablar de un juicio político a Cartes para ser destituido como presidente de la República del Paraguay. Sus aliados, como el diputado Walter Harns, desafiaron a los senadores colorados – sus correligionarios – a no intentar aventura de este tipo y en contraste se deslizaba la posibilidad del cierre del Congreso por parte del presidente, en un contragolpe fulminante al estilo Fujimori, tal como dejó entrever el concejal municipal de Asunción, Jamil Esgaib.
Antecedentes
Cartes llegó a presidente de la República gracias el golpe de Estado parlamentario de 2012 que terminó con el gobierno de Fernando Lugo. Este golpe ocurrió cuando el principal aliado de Lugo, el PLRA, dirigido por el senador Blas Llano (actual presidente del Senado y amigo personal de Cartes) apoyó al Partido Colorado para un juicio político.
Se usó como excusa la masacre de Curuguaty, cuando murieron baleados 11 campesinos y seis policías, en un complot claramente planificado por los poderes fácticos para el cambio de gobierno.
Tras este golpe, asumió como presidente Federico Franco – un eunuco político entregado a los intereses oligárquicos, a las transnacionales y al narcotráfico – quien tendió una alfombra roja para el regreso del Partido Colorado al poder, partido que fue derrotado por una alianza de partidos y movimientos sociales en 2008, después de más de 60 años en el poder.
Cartes no era colorado. Quien lo convenció a afiliarse al partido fue el senador Juan Carlos Galaverna – actualmente opositor a Cartes – unos años antes de las elecciones generales de 2013. El estatuto del partido exigía como mínimo 10 años de afiliación para poder postularse al cargo de presidente de la República. Entonces fraguaron una convención partidaria y con la compra de votos de los convencionales modificaron las reglas partidarias.
La alianza entre Cartes y Galaverna se habría roto hace un año, aproximadamente, cuando circuló profusamente por las redes sociales una grabación fílmica en que el poderoso senador se veía enzarzado con una señorita de vida fácil. Este material fue extraído de su propio teléfono celular, furtivamente, por agentes de inteligencia ligados al entorno presidencial.
El escándalo público llegó a proporciones gigantescas y los memes contra Galaverna fue el hazmerreír de toda la población que gozaba ante la calamidad del todo poderoso senador, cuando la señorita admitió públicamente que sí tuvo un encuentro con el político, pero que no hubo «penetración» por la impotencia del ocasional amante.
Cartes había representado, antes de las elecciones de 2013, la garantía de volver al poder a la oligarquía terrateniente, a funcionarios corruptos y otros sectores que soñaban seguir saqueando al país a costa de la pauperización de la inmensa mayoría.
Pero por sobre todas las cosas, representa la garantía a las transnacionales del sector financiero y del agronegocio a aumentar sus ganancias exorbitantes mediante el extractivismo, la elusión y evasión fiscal y el saqueo permanente de los recursos naturales, amén del floreciente negocio del tráfico de drogas, la falsificación y el contrabando de cigarrillos, entre otros negocios ilícitos.
El presidente actual de Paraguay tiene un negro pasado. Fue convicto y estuvo preso en el penal de Tacumbú en la década de 1980, cuando fue acusado por la dictadura de Stroeesner de apropiarse de dólares preferenciales públicos para negocios particulares.
Tras la caída de Stroessner en 1989, las inversiones de Cartes tuvieron una expansión extraordinaria. Asociado con el capomafioso brasileño residente en Ponta Porá, Fadh Yamil, Cartes fue acusado de lavar dólares provenientes del crimen organizado a través de su Banco Amambay, en asociación con transnacionales del sector financiero, ligados al lavado de dinero en Nueva York.
El diario La Nación de Paraguay publicó sus estrechos lazos con el narcotráfico, el lavado de dinero y el contrabando de cigarrillos falsificados a inicios de la década del 2000. Según publicaciones del matutino, por ejemplo, en abril de 2001 la justicia del Brasil embargó una cuenta del chofer de Cartes, Juan Carlos Villanueva, por un monto de 459 millones de dólares en el banco Prosper de Foz de Yguazú.
Los periodistas de La Nación publicaron centenares de artículos que comprometían a Cartes con el lavado de dinero proveniente del narcotráfico y el contrabando de cigarrillos. Para ese efecto, filtraron datos de la Secretaría Nacional Antidrogas y de la propia agencia antidroga de los Estados Unidos, la DEA.
Como ironía del destino, semanas atrás, el grupo Cartes adquirió todo el grupo La Nación de la familia Domínguez Dibb.
Pero las denuncias más graves aún fueron publicadas por el diario ABC Color, dirigido por Aldo Zuccolillo, cuando Cartes asomaba como candidato a presidente de la República. Una de esas publicaciones, del 28 de octubre de 2011, señalaba: «EE.UU. investigó a Cartes por lavado dinero proveniente de drogas, según WikiLeaks». Tal el título de uno de los artículos del matutino, que se hacía eco de varios cables de dicho medio periodístico alternativo, dirigido por el australiano Julian Assange, quien puso al descubierto miles de cables diplomáticos del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El gobierno de los Estados Unidos posee una amplia información sobre los movimientos financieros de dudoso origen, de blanqueo de dinero y otras actividades ilícitas de Horacio Cartes y su grupo familiar, de acuerdo a variadas publicaciones periodísticas, nunca desmentidas por el Departamento de Estado.
Los gobernantes del Brasil tampoco desconocen las actividades ilícitas de Cartes, al punto que existen demandas judiciales en contra de las empresas tabacaleras del presidente paraguayo en el vecino país.
A pesar de las profusas publicaciones de sus antecedentes, Cartes fue electo presidente del Paraguay.
Profundización del neoliberalismo
Cuando asumió en junio de 2012, una de las primeras medidas del gobierno de Federico Franco fue favorecer a las transnacionales del agronegocio, liberalizando aún más el comercio de las semillas transgénicas y consolidando la baja o nula presión tributaria sobre el sector. Pactó con la banca transnacional y emitió el primer grupo de bonos soberanos al mercado internacional por 500 millones de dólares. Paraguay ingresaba a la era del endeudamiento masivo tras el golpe de Estado de aquel año.
Esta política neoliberal, de entrega de los recursos naturales, financieros y riquezas nacionales a los extranjeros iniciado por Franco, fue profundizado por Cartes.
En efecto, Paraguay duplicó su endeudamiento en los últimos tres años, que corresponden a los gobiernos de Franco y Cartes. Actualmente la deuda total del país se halla en el orden de los 5.409 millones de dólares y el gobierno planea endeudar al país hasta alcanzar el 25 por ciento de su PIB, en torno a los 8.000 millones de dólares. (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/economia/el-saldo-de-la-deuda-publica-se-duplico-en-tres-anos-y-suma-us-5409-millones-1351569.html).
Tal la recomendación del Fondo Monetario Internacional y de los banqueros, aun cuando esos fondos que, en teoría deben ser destinados a la inversión para el desarrollo, son utilizados para sostener a gobernantes corruptos que alimentan la voracidad de las transnacionales y la oligarquía nativa.
Unas de las primeras leyes sancionadas y promulgadas bajo el gobierno Cartes fue la ley conocida como de Alianza Pública Privada, que consiste básicamente en que el Estado paraguayo asume todos los riegos relativos a la inversión, con amplias ventajas para el inversor extranjero, como por ejemplo la anulación de la jurisdiccionalidad de la justicia paraguaya ante eventuales litigios.
Esta ley había aprobado el Congreso apenas un mes después de haber asumido el nuevo gobierno, en agosto de 2013. Con esta Ley el presidente tiene las manos libres para rematar el país, sin costo para los inversores, incluyendo las inversiones especulativas o fondos buitres.
Simultáneamente al tratamiento de dicha ley, Cartes mantenía conversaciones en Wall Street con los principales bancos de inversión de Estados Unidos, como Goldman Sachs y el Citibank. Rafael Borja, director de Desarrollo del Goldman Sachs, aseguró a Cartes que le gustaría «ayudar» a Paraguay y en el auditorio de una reunión preguntaron cuando se estará aprobando la ley de Alianza Pública Privada. http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/mandatario-se-reunio-con-inversores-de-elite-621817.html
Pero los bancos norteamericanos no solo están interesados en la especulación con los derivados financieros, en el negocio del endeudamiento de las naciones y en la inversión de capitales en el marco de la expansión de las transnacionales para el control y explotación de los recursos naturales.
Están involucrados desde hace demasiado tiempo en el lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas y para el efecto tienen la cobertura de la Central de Inteligencia Americana, CIA, entre otras agencias de Estados Unidos.
Detrás de las drogas llega el caos en las naciones donde operan los criminales con sus bancos, viabilizando la expansión militar de los Estados Unidos en diversas partes del mundo, bajo el pretexto del combate al narcotráfico, al terrorismo. http://rebelion.org/noticia.php?id=129689.
Precisamente, Cartes logró promulgar – a tan solo una semana de haber iniciado sus gestiones como gobernante – la ley que modifica la Defensa y la Seguridad Interna de la Nación, que lo habilitó a disponer de forma inmediata de los militares para el combate de la insurgencia, el narcotráfico, el terrorismo, convulsiones internas, entre otros, en consonancia con la política guerrerista de los Estados Unidos, cuya presencia militar aumenta cada vez más en el país.
Entre tanto y en el mismo orden de medidas neoliberales, se liberaron varias semillas transgénicas (eventos transgénicos, un oxímoron del agronegocio) a partir del gobierno de Federico Franco y en especial bajo el gobierno de Cartes. En total van 20 semillas transgénicas liberadas en Paraguay, 14 de maíz, 3 de soja y 3 de algodón. http://www.abc.com.py/edicion-impresa/economia/el-mag-autoriza-seis-nuevos-transgenicos-1363233.html .
Con el algodón transgénico, la última zafra algodonera tuvo la peor cosecha desde 1960. El neoliberalismo liquidó la producción del textil, otrora primer producto de exportación, apenas 20 años atrás.
Esta política de expansión del agronegocio se desarrolla a expensas del campesinado, provocando un continuo desplazamiento de la población rural hacía los cinturones de pobreza de las ciudades.
Después de años de descenso continuo, la pobreza extrema rural nuevamente aumentó en el presente año, según las mismas cifras oficiales siempre manipuladas, situándose en torno al 11º, aun cuando el año pasado funcionarios del gobierno alteraron el sistema de medición, con lo cual «redujeron» sustancialmente los índices de pauperización.
Conclusión
Es evidente que Estados Unidos blanqueó o archivó, momentáneamente, los antecedentes de Cartes y lo utiliza como un instrumento geopolítico en Sudamérica. Con Cartes mejoraron el negocio del lavado de dinero proveniente del narcotráfico y otros ilícitos a través de los grandes bancos de USA, utilizando sus filiales locales y alianzas bancarias en la región. Y, finalmente, se profundiza el neoliberalismo en sus diferentes aristas, especialmente en el sector financiero y el agronegocio.
De hecho hubo un pacto entre los poderes fácticos, nacionales y transnacionales, con la aprobación de Estados Unidos, para que Cartes llegue al poder, a pesar de todos sus antecedentes. Este pacto se habría roto con el asesinato del periodista Pablo Medina.
El narcotráfico, entro otros intereses económicos y geopolíticos, tumbó más de un gobierno en el Paraguay. Solo basta recordar la disputa entre el ex ministro del Interior del dictador Stroessner, Sabino Montanaro, con el general Andrés Rodríguez, por el control del tráfico de cocaína. Rodríguez, apoyado por Estados Unidos, derrocó en 1989 a su consuegro y empezó a gobernar el país, dando apertura al neoliberalismo.
En 1994 fue asesinado el ministro antidrogas del presidente Wasmosy, quien llevaba unas tensas relaciones con su comandante del Ejército, el general Lino Oviedo, protector del ministro asesinado, el general Rosa Rodríguez.
Esta tragedia terminó con el golpe de Estado en 1999, que derrocó al presidente Raúl Cubas, el lugarteniente de Oviedo, previo al asesinato en un atentado callejero del vicepresidente Luis María Argaña. Como condimento se produjo una cruenta rebelión ciudadana – acicateada por la prensa corporativa – denominada «marzo paraguayo», aprovechada por los mismos exponentes de la oligarquía y las transnacionales para instalar un nuevo gobierno.
El presidente Fernando Lugo también fue derrocado por los mismos intereses – hace apenas tres años – incluyendo el agronegocio, la oligarquía latifundista, el narcotráfico y la patria financiera.
Hoy, a la luz de la reciente historia paraguaya, es probable que Cartes termine como sus antecesores. Se había asesinado a un honrado periodista rural de un medio dirigido por Zuccolillo, uno de los oligarcas más influyentes del país, delegado de la Sociedad Interamericana de Prensa, con muy buen lobby ante las transnacionales y los Estados Unidos. Y Zuccolillo sabe decodificar los mensajes, que le llegó esta vez con el crimen de Medina hasta sus barbas, que ahora están en remojo.
Paraguay, una vez más sufre el imperio del caos, montado en ancas del narcotráfico criminal amparado por el capitalismo neoliberal e imperialista. La gente está expectante y preocupada y la comunidad internacional no debe pasar en alto este nuevo sombrío escenario.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.