El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, denunció que ocho días después de tomar posesión de su cargo (2006), el embajador de Estados Unidos en este país, Charles Ford, presentó una solicitud para que se le concediera visa al terrorista cubano-venezolano Luis Posada Carriles. «Vino el embajador Charles Ford a pedirme a mí, a través de […]
El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, denunció que ocho días después de tomar posesión de su cargo (2006), el embajador de Estados Unidos en este país, Charles Ford, presentó una solicitud para que se le concediera visa al terrorista cubano-venezolano Luis Posada Carriles.
«Vino el embajador Charles Ford a pedirme a mí, a través de la Cancillería, que le diera una visa a Posada Carriles», denunció el mandatario, refiriéndose al entonces canciller Milton Jiménez Puerto.
Zelaya hizo las revelaciones durante su participación a un acto oficial en Tegucigalpa, donde conversó con los periodistas, y precisó que la petición le fue presentada el 27 de enero de 2006.
«Era imposible darle una visa a Luis Posada Carriles, cuando era una persona cuestionada por actos de terrorismo. Ellos defienden ese tipo de terrorismo, me consta a mí, y por ese tipo de cosas es que tenemos posiciones diferentes», subrayó.
Reflexionando sobre el tema el mandatario se preguntó «¿habrá algún hondureño que no sepa que aquí la embajada de EEUU toda la vida ha interferido en golpes de Estado, promovido en toda América Latina, invasiones a otros países, ha promovido guerras en otros países?».
«¿No fuimos víctimas de la guerra fría en época de los 80, cuando desde aquí se atacaba a Nicaragua con la contrarrevolución nicaragüense y Honduras era prestado como un territorio para acciones bélicas?», recordó.
Preparando terreno
El 24 de enero de 2006, tres días antes de que el presidente Zelaya tomara posesión de su cargo, el diario The Miami Herald citó lo que llamó «fragmentos» de una Declaración del Buró de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que señalaba lo siguiente: «El ICE está avanzando en llevar a cabo la remoción del señor Posada de los EEUU».
«Un juez de inmigración suspendió la deportación a Cuba y Venezuela. Sin embargo, eso no impide al ICE deportarlo hacia un tercer país. El ICE está en proceso de conducir una revisión rutinaria de su custodia», seguía el documento citado por el diario de la cadena McClatchy.
En 2003, Posada fue arrestado en Panamá en posesión de gran cantidad de explosivos C-4, con los que se proponía atentar contra una Cumbre Iberoamericana que se realizaba en el país y asesinar a Fidel Castro, quien participaba en el foro junto a otros mandatarios de la región.
Dos años despúes fue indultado por la entonces presidenta panameña Mireya Moscoso, tras lo cual huyó, logrando ingresar a EEUU de manera ilegal y con documentos falsos.
El 27 de septiembre del 2005, un juez de inmigración de El Paso, Texas, William Abbott, en base al testimonio de un cómplice de Posada, el ex oficial y de la policía secreta venezolana Joaquin Chaffardet, decretó que el terrorista confeso no podía ser deportado a Venezuela, sino que se le juzgaría por delitos de inmigración.
En 2008 fue exculpado y puesto en libertad, hecho que desencadenó una fuerte condena internacional, pues los delitos de terrorismo quedaron impunes en un país que ha emprendido una campaña internacional e incluso ha invadido a otras naciones en nombre de la «guerra contra el terrorismo».
Posada Capriles se evadió en agosto de 1985 de la cárcel de Venezuela donde estaba detenido por la destrucción, en 1976, de un avión civil cubano que causó la muerte a 73 personas, delito por el cual Venezuela solicitó su deportación.