El II Encuentro Continental de los Pueblos Indígenas de las Américas reunió durante cinco días 600 líderes que representaron etnias de casi todo el continente americano. Durante la ceremonia de cierre, el domingo día 25, fue presentada la declaración final del encuentro, conocida como Declaración de Quito. Quito es la ciudad ecuatoriana que recibió el […]
El II Encuentro Continental de los Pueblos Indígenas de las Américas reunió durante cinco días 600 líderes que representaron etnias de casi todo el continente americano. Durante la ceremonia de cierre, el domingo día 25, fue presentada la declaración final del encuentro, conocida como Declaración de Quito. Quito es la ciudad ecuatoriana que recibió el evento desde el día 21, contando con la presencia de representantes de países europeos. En el documento son presentadas nueve resoluciones tomadas durante los días de la cumbre.
La declaración de Quito muestra aún denuncias sobre las más importantes violaciones a los derechos humanos contra los pueblos indígenas y defiende la creación de un espacio permanente de articulación, que luche con las políticas neoliberales. Fue propuesta, de igual forma, una agenda común de acción y movilización para divulgar las ideas y preceptos indígenas, como su rechazo al modelo excluyente impuesto por los organismos multilaterales.
La presidente del Consejo Nacional Indio de Venezuela (Conive), Nicia Maldonado, fue la relatora de la declaración final. Hubo divergencia durante la aprobación del documento, mismo después de tres días de discusión en los grupos de trabajo. Fueron puestas en primer plano las demandas colectivas y las necesidades puntuales sirvieron solo para algunas correcciones. Entre las resoluciones explicitadas en la declaración está la necesidad de los pueblos indígenas conservaren alianzas con otros sectores de sociedad, especialmente los movimientos sociales, con vistas a fortalecer el enfrentamiento de las políticas neoliberales.
El documento está dirigido a los gobiernos de los países del continente americano y reflota demandas relacionadas al tema territorial, libre determinación, repatriación de los recursos genéticos y culturales usurpados y restitución de las tierras invadidas o desapropiadas. En él las dirigencias denuncian el aumento de la represión gubernamental en Latinoamérica. Los líderes reivindican reparación moral a pueblos y nacionalidades indígenas por asesinatos sufridos por ellos, incluyendo ahí las debidas indemnizaciones a sus familias.
Quién respondió por la organización del encuentro fue la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de Bacía Amazónica (Coica), Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) y Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Quechua del Ecuador (Ecuarunari). El escritor argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, también participó de la celebración. La elección del lugar para prójima cumbre indígena fue hecha a partir de una ceremonia. Después de consultar los ancestrales, ellos llegaron en un resultado: en 2006, el III encuentro ocurre en Guatemala.