En este momento electoral bien complejo en Paraguay para las fuerzas de izquierdas y progresista es necesario colocar en el análisis no solos los poderes públicos constituido llamado democracia representativa, que por cierto son los actores del golpe parlamentario al gobierno de Fernando Lugo impulsado y tutelado por los poderes fácticos que actúa por encima […]
En este momento electoral bien complejo en Paraguay para las fuerzas de izquierdas y progresista es necesario colocar en el análisis no solos los poderes públicos constituido llamado democracia representativa, que por cierto son los actores del golpe parlamentario al gobierno de Fernando Lugo impulsado y tutelado por los poderes fácticos que actúa por encima de la democracia, influyendo en lo económico, político, social y hasta cultural que es lo mas peligrosos. Un ejemplo típico de poder fáctico es la influencia ejercida por grupos de poder como pueden ser: la banca , la oligarquía latifundista y mafiosa , el lobby EE.UU , los intereses plutocráticos , así también como la Iglesia conservadoras , las transnacionales y por supuesto los medios de comunicación masiva, todos estos poderes ya están presente su protagonismo en la campaña electoral de abril 2013.
Hay un reacomodo de la estructura de poder de los viejos diría Gramsci y eso hace un nuevo desafío a lo nuevo para diseñar contraproyecto abarcante, es decir una refundación subjetiva democrática de la política y no una visión fetichista de la política de una manera coyunturalita electoral ante las correlaciones de fuerza centrales que tiene una claridad en su intereses y estrategia, dividen y vencerás.
Dentro de este fenómeno coyuntural que por su puesto no es casual y tiene una esencia, hay una justificación histórica a los movimiento sociales, partidos de izquierda, es decir fuerzas progresista, dirigentes, intelectuales honestos, estudiantes, campesinos y campesinas, indígenas, trabajadores y trabajadoras en general, no fracasar en sus intereses de clase y empezar a repensar, reflexionar y encontrar repuesta antes cualquier dilema que se pueda presentar en el país.
«Antes el pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad»
Antonio Gramsci
Su artículo «contra el pesimismo», publicado en el número 2 de L´Ordine Nuovo quincenal (15 de marzo de 1923) es realmente un artículo contra el pesimismo de la voluntad, contra el escepticismo existente en las propias filas sobre el futuro político y sobre el papel del partido comunista en formación; es un artículo contra el fatalismo y el determinismo, contra la vuelta a un estado de necesidad del que el propio Gramsci participó un años antes (27).
La teoría no orienta mecánicamente la acción por eso no podemos caer en la trampa de transformar la teoría en una ideología con practica divisionista, divorciado de la realidad concreta y eso es la que no permite unificar proyecto que pueda crear crisis en la política, económica y cultural dominante. La teoría alumbra solo elemento de la situación que nos permite observar la realidad presente; el conocimiento es la que orienta la acción y la conciencia de clase para la lucha de los trabajadores y trabajadoras.
Gramsci le da una dimensión acertada para comprender como los poderes hegemónicos actúan en la sociedad para la dominación, estos pueden ser poderes facticos como poderes públicos, la primera puede ser una dominación por la coacción por la fuerza brutal, terrorismo del estado, golpe parlamentario, golpe de estado, asesinato, la criminalización de las luchas sociales. Y por otro lado la aceptación o el consentimiento con el poder que lo oprime o la domina este ya de un nivel superior, es decir una dominación cultural que al inicio señalamos como la más peligrosa, por que tratan de generar incertidumbre e imaginación a la sociedad perdiendo de vista una revolución o cambio, es decir la construcción de una contra hegemonía.
La unidad en los movimientos revolucionarios o progresistas deben ser un principio y no una convocatoria para discusión o consulta, y en estos el pueblos explotados y oprimidos es el único que están claros; sin embargo a muchos dirigentes es confuso, la unidad es solo una muletilla en los discurso, pasan pensando para armar grupos y argumentar ideología fuera de la realidad y mucho menos de tener la capacidad para crear crisis política a la elites dominantes con proyecto unitarios para deslegitimar a los poderes facticos hegemónicos. No hay dudas que estos serán los grandes retos históricos para detener la dictadura de orden y progreso que se están implantando nuevamente en el Paraguay, un pueblo unido jamás serán vencidos, las ganas y la voluntad de una segunda y definitiva independencia jamás se deben renunciar.
«La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino»
Simón Bolívar
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