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Sobre la manifestación del 24 de septiembre en Washington

Entrevista a Leslie Cagan, coordinador nacional de United for Peace and Justice

Fuentes: Portside/ZNet

Traducido para Rebelión por Felisa Sastre

(Leslie Cagan es coordinador nacional de United for Peace and Justice, una coalición de más de 1.300 grupos locales y nacionales en EE.UU. que «se han unido para oponerse a la permanente política militarista e imperialista de nuestro Gobierno». (http://www.unitedforpeace.org/) Leslie Cagan fue entrevistado para portside el 9 de septiembre de 2005 ).

Portside: Ya que los fondos federales desviados de las actuaciones en el desastre a la guerra han sido en gran medida responsables del fracaso en salvar a las víctimas del huracán, ¿cómo vería Usted que el movimiento contra la guerra abordara la crisis de la Costa del Golfo? Y ¿cree que esto va a afectar a las gentes que participen en la manifestación del 24 de septiembre?

Leslie Cagan: La situación en la Costa del Golfo plantea una compleja serie de cuestiones. United for Peace and Justice cree que los increíbles recursos- ya más de doscientos mil millones de dólares- que se han invertido en la guerra de Irak indican que el dinero no se ha dedicado a las cosas verdaderamente necesarias, como hacer de Nueva Orleáns una ciudad más segura. Sin embargo, es demasiado simplista decir que la guerra y el dinero que se ha invertido en ella han sido la causa del fracaso en proporcionar la ayuda que las víctimas hubieran necesitado. Aunque el drenaje de recursos hacia la guerra es un asunto importante, también es verdad que los siglos de racismo en este país, el hecho de que hubiera tanta gente pobre en Nueva Orleáns que no tenía salida alguna, la falta de atención al desastre real y de planificación de las actuaciones…todo ello han sido factores que han conducido a lo ocurrido en la Costa del Golfo.

United for Peace and Justice trata de articular la vinculación entre la guerra y la crisis después del paso del Katrina sin reducir todo el problema a una declaración simplista como la siguiente «si la guerra no se hubiera producido las cosas hubieran ido bien en Nueva Orleáns», porque no creemos que sea cierto.

Uno de los asuntos sobre los que estamos discutiendo- como parte de los argumentos que estamos utilizando- es que este país se encuentra en la actualidad en un momento decisivo. No es algo cotidiano el que el país- la nación- se encuentre en una encrucijada. En estos momentos, estamos ante la oportunidad de pensar en cuáles son las prioridades del país. ¿Las prioridades tienen que seguir siendo las que han sido durante décadas: un programa imperialista que derrocha nuestros recursos- no sólo el dinero sino la fuerza de la gente, la energía científica y artística y las propias personas en operaciones militares como la guerra en Irak? ¿O nuestras prioridades tienen que dirigirse hacia las necesidades reales de nuestro pueblo, y de los otros pueblos del mundo? Y la combinación- yuxtaposición- de la guerra en Irak y de la crisis de la Costa del Golfo, que se desarrollan al mismo tiempo, ofrece luz sobre el tipo de opciones a las que se enfrenta esta nación.

Como movimiento pacifista afirmamos que la elección debería ser clara: no sólo tenemos que terminar la guerra en Irak sino que tenemos que cambiar la política exterior que nos conduce a este tipo de guerras y de intervenciones militares y ocupaciones.

Creo que todavía no está claro de qué manera todo esto influirá en la asistencia a la manifestación del 24 de septiembre en Washington. Confío en que mucha gente acudirá por la crisis de la Costa del Golfo, en parte porque saben cuán esencial es este tema de las prioridades y de qué manera se han utilizado nuestros recursos. Incluso antes de que el huracán Katrina llegara, había una gran entusiasmo por la manifestación del día 24 y ya había señales de que iba a ser una gran manifestación que, ahora creo, va a ser mayor. Esperamos que electorados, y comunidades que en el pasado no habían acudido a manifestaciones pacifistas vengan precisamente porque ven una conexión. Pero no puedo garantizarlo, sino que estamos trabajando para conseguirlo- llegando a gente que podría haberse cuestionado la guerra antes, e incluso haber estado en contra, pero no se había comprometido activamente, animándoles ahora a venir a esta movilización contra la guerra.

P.: Los veteranos de guerra y las familias de militares han aportado nuevas energías al movimiento, pero culturalmente están muy lejos de los estudiantes y militantes que normalmente acuden a las grandes manifestaciones por la paz. ¿Prevé problemas en el encuentro de las familias de los militares con los pacifistas tradicionales?

L.C.: Es interesante que en los últimos tres años, desde que este movimiento pacifista los ha unificado, los veteranos y las familias de militares han formado parte de él y sus voces se han dejado oír desde muy al principio. En efecto, recuerdo que unos días antes de la manifestación del 15 de febrero de 2003- el masivo día mundial de protesta-, dos personas llegaron a nuestra sede y dijeron: «Somos Nancy Lessin y Charlie Richardson y acabamos de poner en marcha con otra familia Military Families Speak Out (Las familias de militares hablan claro). Ahora, dos años después, hay más de 2.500 familias en la MFSO, mucha más gente en total pero más de 2.500 familias. Sé que por la atención prestada por los medios de información a Cindy Sheehan en Camp Casey (Tejas), mucha más gente se ha unido a Military Families. El punto fundamental, sin embargo, es que familias de militares han formado parte de este movimiento desde el principio, y, en efecto, un movimiento lo es porque en él hay gentes de tradiciones culturales diferentes, de diferentes grupos de edad, de distintos electorados, de variadas formas de vida, si Usted quiere. De hecho es lo que ocurre cuando se crea un movimiento: no es simplemente un grupo o un tipo de gente, por lo que a veces es difícil, a veces resulta complicado, de la misma manera que cualquier relación es difícil. Pero, sobre todo, creo que la gente comprende que, con independencia de las diferencias, nuestro compromiso común para que termine la guerra en Irak y para oponernos a la polìtica exterior de EE.UU. en general, nos une más estrechamente que lo que nos separa. Sí, a veces se producen diferencias en el lenguaje que la gente quiere utilizar, o en las imágenes que se quiere usar- imágenes para los folletos y cosas semejantes- pero creo que esos temas son bastante menores comparados con lo que mantiene unido a este movimiento.

P.: Algunos grupos pacifistas y algunas otras personas creen que UFPJ ha dado marcha atrás en la exigencia de una retirada inmediata o en expresar el apoyo a la insurgencia. Algunos han pedido la inclusión de Palestina como parte del foco de atención al lado de Irak, y vemos que no está sucediendo. ¿Está la UFPJ traficando con los principios a cambio de una aceptabilidad mayor?

L.C.: Déjeme que le deconstruya la pregunta. Son muchos los asuntos que se plantean en ella, así que deje que la desmenuce.

En primer término, si existe alguien o un grupo de gente que piensa que UFPJ se ha echado atrás respecto de lo que ha sido nuestra exigencia esencial- que no es sino acabar con la guerra en Irak y traer a nuestras tropas a casa ya- entonces no sé en qué planeta viven. No hay ni un solo artículo, ni un boletín de prensa, ni una comunicación que hayamos hecho públicos en los que se diga eso. Me gustaría saber lo que les lleva a esa conclusión. Me gustaría ver de dónde han sacado lo que dicen. Así que la contestación a esta pregunta es : No. No hemos cambiado nuestras exigencias. Lo que pedíamos antes de que empezara la guerra era: No a la guerra. Pero en cuanto empezó, nuestra exigencia fue: Terminar la guerra y que vuelvan las tropas ya. Hemos mantenido coherentemente esa postura y no nos hemos movido de ahí, y no tenemos previsto hacerlo. Esa es nuestra postura y espero haber aclarado cualquier confusión.

Respecto a expresar apoyo a la insurgencia, UFPJ como coalición no tiene una posición sobre la resistencia y la insurgencia- la gente se refiere a lo que está pasando de maneras diferentes. Hay miembros de nuestra coalición- grupos- que apoyan la resistencia y hay otros que condenan la insurgencia. Pero como coalición no tenemos una postura. Pienso que existen dos posiciones mayoritarias en el seno de la coalión en relación con ello y que es importante mencionar. Una es que existe un acuerdo generalizado en apoyar los derechos de los pueblos a proteger y defender sus países. Creemos que uno de los pilares de la política exterior estadounidense debería ser el respeto a la soberanía de las naciones independientes; también apoyamoss el derecho de la gente a defenderse. Cuando un pueblo se ve atacado militarmente o por otros medios, tiene derecho a encontrar la forma de defenderse. Así que este es un principio general. El otro es que rechazamos y condenamos cualquier terrorismo, tanto si procede de individuos, de grupos paramilitares o de gobiernos. Condenamos el terrorismo que constituye parte de la política de EE.UU. Por terrorismo entendemos los actos violentos contra personas, contra civiles. No es una simple táctica que apoyamos o condenamos.

Pero esos son principios generales, posiciones de la coalición. En UFPJ no tenemos una postura única en el apoyo o condena de la insurgencia o de la resistencia en Irak.

En lo relativo a la reivindicación de incluir la exigencia del fin de la ocupación israelí de Palestina y el apoyo a los derechos del pueblo palestino como eje central del 24 de septiembre, hemos articulado nuestra posición en el sentido de que creemos que la manifestación y el eje de nuestro trabajo como UFPJ tiene que ser el fin de la guerra en Irak. Sí, somos concscientes de la conexión esistente entre la ocupación de Irak y la ocupación de los territorios palestinos. Reivindicamos que se ponga fin a la ocupación israelí de Palestina y, en particular, que se ponga fin al apoyo del gobierno estadounidense a la ocupación que lleva a cabo el gobierno israelí. No obstante, hay que tener en cuenta que una cosa es la postura basada en principios y otra la postura estratégica sobre en qué situar el foco de una manifestación. Por una serie de razones llegamos a la conclusión que era la ocasión de organizar una marcha nacional masiva sobre Washington que se centrara en Irak. Durante el trabajo de organizarla, y durante el desarrollo de la manifestación, se establecerán las conexiones. Habrá un sector que se dedicará específicamente al tema de los derechos del pueblo palestino; habrá oradores que se referirán a él; habrá una caseta en el Festival que Peace and Justice estamos organizando. En resumen, que no se trata, como algunos pueden decir, que estemos dando de lado la cuestión. El desafío que se nos plantea es cómo ayudamos a la gente que va a acudir y se va a ver envuelta por primera vez- muchos de ellos por primera vez- porque ellos se movilizan por su oposición a la guerra de Irak; cómo trabajar con esas gentes para ayudarles a percibir las conexiones, no sólo con Palestina sino con otras muchas cuestiones. Y en nuestro movimiento existen muchas diferencias de táctica…la gente tiene aproximaciones tácticas distintas. Así que no se trata de que no creamos que el tema es importante o de que nosotros como coalición no tengamos que desempeñar un papel en este asunto, sino que se trata de cómo organizar una manifestación masiva y cómo aprovecharla para establecer conexiones y, esperemos, por medio de este trabajo, ayudar a la gente a ver lo que significan esas vinculaciones. Así que, para terminar, ¿está la coalición renunciando a sus principios para obener una mayor aceptación? No, no hemos aceptado compromisos o reculado en ninguna de nuestras posiciones. Nuestros principios todavía permanen intactos, y creemos que de hecho es en este punto – la guerra en Irak- donde situamos nuestro primer obejtivo, y donde la Administración de Bush es la que se encuentra totalmente al margen. Durante los últimos meses las encuestas de opinión muestran que cada vez más gente en este país está en contra de la guerra, la pone en entredicho, y discrepa de ella- sea cual sea el lenguaje que utilizan-, pero cada vez hay más y más oposición a la guerra.

Creemos que éste es el sentimiento mayoritario en el país y que se puede llegar a un masivo número de personas sin comprometer los principios. Así que, de nuevo, pienso que las decisiones tácticas son diferentes de las decisiones sobre los principios.

P.: La mayoría de los demócratas electos parecen apoyar la guerra. ¿Qué es más importante: centrarse en la guerra o en la Administración que la dirige?

LC.: No creo que se trate de elegir entre una u otra. Pero en primer lugar, sobre el asunto de los demócratas que parecen apoyar la guerra; muchos de ellos no es que lo parezcan, es que la apoyan realmente. No se trata sólo de un problema de imagen; sus posiciones son terribles. En efecto, realmente somos muy críticos con la dirección del Partido Demócrata y con la mayoría de los cargos electos en el ámbito federal cualquiera que sea el partido al que pertenezcan porque, sin duda, han compartido con la Administración de Bush en el Congreso la responsabilidad de la guerra. Si el Congreso no hubiera proporcionado el dinero para la guerra, ésta no hubiera tenido lugar. Una de las razones que nos han llevado a convocar esta manifestación masiva en Washington a finales de septiembre ha sido la de enviar un mensaje directamente al Congreso, y cuando hablamos del Congreso no nos referimos sólo a los republicanos sino también a los demócratas ya que les consideramos responsables y les exigimos que hagan todo lo que puedan para acabar esta guerra y traer las tropas a casa. Por eso, no creemos que se trate de decidir si es más importantes- centrarse en la guerra o en la Administración; la guerra es mala y hay responsables políticos que la han puesto en marcha y que mantienen la maquinaria bélica en funcionamiento; algunos están en la Administración de Bush, otros en el Congreso, unos en el Departamento de Estado, otros en el Pentágono…Usted sabe, hay muchos en diferentes lugares. Nosotros nos dirigimos a todos, les exigimos a todos que den fin a esta guerra y traigan a los soldados a casa, ya.

P.: Hay gentes en el movimiento contra la guerra que piden una retirada planificada en varias fases como una alternativa al «Fuera, ya». También, entre la gente de izquierda pacifista, existe cierto nerviosismo contra los eslóganes maximalistas- creo que entiende a lo que me refiero: la desobediencia civil. ¿Qué responde a esto?

LC.: Pienso que es interesante que algunos miembros del Congreso empiecen a hablar de retirada en fases, con establecimiento de fechas finales, que se refieren a 2006, etc. Creemos que es una evolución positiva el hecho mismo de que se esté planteando ese debate en el Congreso. Hace seis meses, como Usted sabe, hace un año, no se planteaba el debate en esos términos. Pero no es nuestra posición. La postura de UFPJ es: Fin a la guerra y las tropas a casa, ya, ahora. Y animamos a todos los grupos, organizaciones y activistas del pacifismo a mantener la misma posición. Creemos que algunos miembros del Congreso, y otras gentes que marcan la política a seguir comienzan a hablar de retirada por fases, de etapas en la retirada, etc. porque se ha producido la exigencia del movimiento pacifista de «Terminar la guerra ya». Nosotros nos mantenemos firmes en ella, aunque hay gentes que tienen otras perspectivas sobre cómo terminar la guerra, pero la nuestra no ha cambiado. Repito una vez más, es una guerra que jamás debería haberse puesto en marcha, porque está basada en mentiras. ¿Y cómo se sale del lío en el que uno se ha metido? Pues saliéndose, no es demasiado complicado. Es obvio que en 24 horas no se podría sacar a todos los soldados de Irak, y a todos los vehículos militares y equipamientos, pero se puede hacer la declaración: «Nos vamos; esto se ha terminado». Eso es lo que creemos que debería ocurrir. Otros, incluyendo a algunos miembros del Congreso, pueden tener otra opinión. Eso es bueno, en la medida que ayuda a ampliar el campo del debate pero nosotros no apoyamos esa posición. La nuestra es, repito: Acaben la guerra. Traigan ya las tropas de vuelta.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta: el nerviosismo en la izquierda. ¿Qué podemos decir? Un movimiento es precisamente un movimiento porque en él hay gentes de diferentes electorados y de diferentes partes del país, diferentes grupos de edad, etc. Gentes que vienen de tradiciones políticas distintas, de diferentes ideologías y diferentes maneras de ver el mundo. Si todos compartiéramos la misma ideología política, seríamos una organización única no una coalicíón. UFPJ es una coalición, y sabemos que nosotros somos sólo una parte de un movimiento más amplio. Así que, es cierto se está formando un ala de izquierdas y se está constituyendo otra con fuerzas centristas. Esperamos, incluso, que habrá mucha gente del Partido Republicano hablando claramente en contra de la guerra, pero no creo que la gente tenga que ponerse nerviosa por los grupos de izquierda del movimiento pacifista. Deberíamos estar felices de que el movimiento sea lo suficientemente amplio como para acomodar a muchas voces diferentes, acoger distintos puntos de vista y construir a partir de las ideas que compartimos, es decir, el final de la guerra. En cuanto a la desobediencia civil, bueno, yo estoy realmente sorprendido – no sorprendido sino que creo que es evidente- por la escasa oposición a la desobediencia civil. No se trata de que todo el mundo quiera comprometerse en acciones de resistencia pasiva pero no he oído a nadie, por ejemplo, que durante las actividades que vamos a desarrollar en el mes de septiembre en Washington, que el lunes 26 estamos organizando un acto de desobediencia civil pacífica ante la Casa Blanca, pues nadie nos ha dicho «No deberían hacer eso, es algo malo para el movimiento». No va a participar en ello todo el mundo, pero pienso que la gente comprende que forma parte de nuestro paquete de acciones posibles, que es uno de los instrumentos posibles de los que cualquier movimiento por el cambio, por la paz y por la justicia debe hacer uso, y que continuaremos usando cada vez más.

P.: La razón de que estas cuestiones tengan una especial pertinencia precisamente ahora es que, como ha contestado a la primera pregunta, probablemente se va a producir una mayor afluencia, con mucha gente que jamás había ido a una manifestación como ésta con anterioridad como consecuencia de lo sucedido en las últimas semanas, y que nos lleva a plantear la última pregunta: ¿Qué va a pasar a partir del día 24 de septiembre?

LC.: Ahora estamos pensando en ello. Siempre es importante pensar en lo que va a suceder en los próximos meses, el año que viene. Y cuando hay una gran cantidad de personas que se van a reunir es importante para ellas regresar con algunas ideas de lo que va a ser lo siguiente, hacia dónde van y sobre qué se les anima a trabajar. Gran parte del pensamiento creativo de un movimiento como éste viene de las bases, viene de la gente organizándose día a día en sus comunidades, hablando con otros, haciendo frente a esos desafíos. Ellos vienen con las ideas más creativas. Como coalición nacional, pedimos a la gente que vuelva a casa y en las dos semanas hasta el 8 de octubre lleven a acabo acciones locales contra la guerra. Creemos que es muy importante mantener el empuje, y un movimiento, tal como ya he dicho, no sólo se constituye por muchas clases de personas que utilizan distintas tácticas, y no se sirve exclusivamente de manifestaciones nacionales, sino que en realidad el corazón y el alma de un movimiento como éste es lo que la gente hace en sus comunidades, en sus escuelas, en sus puestos de trabajo, instituciones religiosas, en todos lo lugares donde la gente se reúne en el ámbito local. Así que esperamos que la movilización en Washington reforzará el trabajo local, y pedimos a la gente que vuelvan a sus lugares de origen y lleven a cabo acciones locales. Y confiamos en que el foco de esas acciones se coloque en identificar y articular lo que llamamos «los costes locales de la guerra». El ejemplo más extremo de ello, por supuesto, es la situación en la Costa del Golfo. Pero existen otros muchos otros. El hecho de que se haya llevado a miembros de la Guardia Nacional de otros Estados del país tiene tremendas consecuencias locales. Creo que fue hace pocos meses cuando el gobernador de Oregón decía que estaba muy preocupado porque se aproximaba el verano y muchos Guardias Nacionales no estaban allí ¿qué iban a hacer si tuvieran un terrible incendio en el bosque durante el verano y no dispusieran de suficientes guardas nacionales para ayudar?

Muchos de los que primero han respondido de las comunidades locales de todo el país están atrapados por la guerra. Ese es otro ejemplo de los costes locales producidos por la guerra por no hablar de la falta de dinero para las escuelas, hospitales, bibliotecas, guarderías y demás servicios sociales. De manera que el foco de las manifestaciones del 8 de octubre y de las actividades y protestas, se pondrá en los costes locales de la guerra.

Otra cosa que le pedimos a la gente es que mantengan los ojos abiertos hacia lo que, sin duda, va a pasar antes o después, cuando el número de soldados estadounidenses muertos llegue a 2.000- ahora estamos muy cerca de los 1.900 y en los próximos meses o semanas llegaremos a los 2.000-; entonces cremos que debería producirse otro nuevo impulso, que lleve a la gente a hacerse más visible y aumentar su oposición a la guerra. El trabajo ante el Congreso continuará, el trabajo contra el reclutamiento seguirá. Vamos a pedir a la gente de iglesia de todo el país y a gentes de todos los credos religiosos que aprovechen el 11 de noviembre- fin de semana del Día de los Veteranos de Guerra- para realizar servicios religiosos y sermones en los que se hable de la guerra, en los que se plantee la pregunta: ¿Por qué hay otra generación de veteranos? ¿Cuándo vamos a dejar de producir veteranos? Esas son algunas de las actuaciones que proyectamos para el otoño. Muchas de ellas están relacionadas con la vuelta a casa. Tomad vuestra energía y el espíritu y el entusiasmo que sabemos vamos a ver en las calles de Washington y llevadlo a casa, a vuestras comunidades, a vuestras localidades y movilizad a la gente. Seguid expandiento este movimiento y seguid presionando.

Portside (el lado izquierdo en términos náuticos) es un servicio de noticias, discusión y debate de los Committees of Correspondence for Democracy and Socialism (Comités de Enlace para la Democracia y el Socialismo). Pretende facilitar materiales de interés para las gentes de izuqierda.
17 de septiembre de 2005.http://www.zmag.org/content/print_article.cfm?itemID=8753&sectionID=51