Hay mucha expectativa en relación a la próxima Cumbre de la Américas, que tendrá lugar entre el 17 y el 19 de abril en Trinidad y Tobago. Será la primera oportunidad para el Presidente Obama poder dialogar con los presidentes de América Latina y el Caribe. Muchos mantienen la esperanza de un redireccionamiento de […]
Hay mucha expectativa en relación a la próxima Cumbre de la Américas, que tendrá lugar entre el 17 y el 19 de abril en Trinidad y Tobago. Será la primera oportunidad para el Presidente Obama poder dialogar con los presidentes de América Latina y el Caribe. Muchos mantienen la esperanza de un redireccionamiento de las políticas de EEUU hacia sus vecinos en el hemisferio.
Nosotros continuamos esperando las señales que tiene en mente la nueva administración. Durante un evento la semana pasada, Jeffrey Davidow, coordinador de la Cumbre por parte de la administración de Obama, ofreció algunas pistas. Davidow dijo que EEUU «se concentraría más en el diálogo y la cooperación, siendo pragmática y buscando resultados concretos, inclusión social y buscando como reducir la pobreza extrema». No está claro aún como esas palabras se traducirán en acciones y si éstas significan nuevas directivas de políticas.
Davidow también dijo que en lugar de tratados internacionales, los EEUU buscarán agrupamientos «ad-hoc», con gobiernos, ONGs y empresas así como una variedad de formas de colaboración, dependiendo de los intereses de cada país.
En una conferencia de prensa posterior, Davidow respondió a la pregunta sobre los tratados de libre comercio (TLCs) diciendo que la Cumbre no será el mejor lugar para discutir cuestiones bilaterales, pero que ellos quieren «moverse rápidamente en relación a Panamá y obtener la aprobación del tratado comercial para éste país a través del congreso» y «continuarán moviéndose con el tratado comercial de Colombia también, sin embargo esto se hará probablemente mas lentamente porque existen algunas metas referenciales que aún deben alcanzarse».
Estas afirmaciones confirman lo que sospechábamos previamente; esta administración avanzará hacia los TLCs. En otras palabras, ha cambiado muy poco al respecto con relación a la época de la administración Bush. Antes que cuestionar el modelo, el cual claramente servía para incrementar las inequidades, esta administración propone «reparaciones» menores. Debemos continuar insistiendo en el cambio al modelo.
Cuando se le preguntó acerca del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Bolivia, Davidow respondió: «Nosotros tenemos relaciones diplomáticas, solamente no tenemos Embajadores»; continuó diciendo: «Pienso que necesitamos tener mayor comunicación, y ciertamente como una meta, nos gustaría ver restauradas el tipo de relaciones que hemos tenido por mucho tiempo con Bolivia y Venezuela». Nuevamente, palabras motivadoras, pero la constatación será evidente en poco tiempo.
Actualmente las señales indican que las acciones de la administración no se corresponden con las palabras. El reciente viaje del Vicepresidente Biden a Chile y Costa Rica revela una preferencia por una estrategia de «divide-y-vencerás», una táctica histórica de EEUU. El gobierno de Chile es el más inclinado a la derecha de todos los gobiernos de tendencia izquierdista en elecciones (relativamente) recientes. La decisión de Biden de visitar Costa Rica, con la intención de convocar a todos los países centroamericanos, constituyó una afrenta diplomática al Sistema de Integración Centroamericana (SICA), establecida en 1991. Debido al hecho de que actualmente la presidencia pro-tempore del SICA es ocupada por Nicaragua, un curso apropiado de acción por parte de Biden hubiera sido tener al SICA como anfitrión del encuentro. Como resultado, los Presidentes Ortega de Nicaragua y Zelaya de Honduras boicotearon el encuentro en Costa Rica.
Otra señal perturbadora: El Presidente Obama escogió pasar dos días antes de la cumbre en México, con uno de los pocos Presidentes conservadores que aún hay en Latinoamérica. Actualmente Hugo Chávez ha convocado a un encuentro de los países del ALBA, donde será acompañado por líderes de Nicaragua, Honduras, República Dominicana, Paraguay y representantes del gobierno de Cuba. Ellos han confirmado que trabajarán para desarrollar posiciones comunes para presentarlas en la Cumbre.
El Presidente Obama probablemente será sorprendido por lo que el enfrente en Puerto España. Los cambios dramáticos que tienen lugar en la región en los últimos años no han sido «internalizados» todavía por el Departamento de Estado. Las fórmulas del pasado están predestinadas al fracaso. A menos que Obama acepte esta realidad, las relaciones de EEUU (con el Hemisferio) continuarán fuera de foco.