Mientras las organizaciones sociales y de campesinos se movilizaban ayer en protesta por la destitución del presidente Fernando Lugo, su reemplazante, Federico Franco, continuó con los cambios en la gestión. El designado mandatario relevó a los comandantes del Ejército de Tierra y de la Armada y presentó a su nuevo equipo económico. Cinco días después […]
Mientras las organizaciones sociales y de campesinos se movilizaban ayer en protesta por la destitución del presidente Fernando Lugo, su reemplazante, Federico Franco, continuó con los cambios en la gestión. El designado mandatario relevó a los comandantes del Ejército de Tierra y de la Armada y presentó a su nuevo equipo económico.
Cinco días después de que Franco -que ejercía el cargo de vicepresidente- asumiera la jefatura del Estado en sustitución de Lugo, mantuvo ayer su primera entrevista con los jefes militares en el marco de una serie de reuniones oficiales que realiza desde el lunes. Después del encuentro, Franco decidió sustituir al comandante del Ejército de Tierra, Adalberto Garcete, puesto en el que colocó de forma interina al general de división Jorge Francisco Ramírez Gómez. Para la Armada, nombró comandante interino a Valte Pablo Ricardo Luis Osorio, en sustitución de Juan Carlos Benítez. Se mantendrán en sus puestos el comandante en jefe de las Fuerzas Militares, el general Felipe Melgarejo, y el jefe de la Fuerza Aérea, el general Miguel Christ. Franco también dispuso los nombramientos del general Juan Vega como nuevo jefe del Gabinete Militar de la Presidencia y del coronel Juan Casaccia como comandante del Regimiento Escolta Presidencial que se ocupa de la custodia del gobernante.
La agenda de Franco incluyó, también, un encuentro con un grupo de senadores y diputados, integrantes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, ante los cuales presentó a su nuevo equipo económico y a quienes les pidió colaboración para aprobar un paquete de endeudamiento de casi 500 millones de dólares, que el Parlamento le había negado al destituido Fernando Lugo. «Sin ayuda de los diputados y senadores, todo esto será estéril», les dijo Franco a los legisladores que almorzaron con él en el quinto piso de la Cámara de Senadores. Los oyentes, todos a favor de la destitución de Lugo hace cinco días, le respondieron con un aplauso. El discurso del designado mandatario comenzó, una vez más, intentando despegarse de las críticas internacionales que hablan de un golpe de Estado en Paraguay. «Hace uno días, como consecuencia de un mecanismo constitucional y legal, hubo un cambio de guardia en Paraguay», se excusó el jefe de Estado, que agradeció la presencia del Partido Colorado, el Unace del ex general golpista Lino Oviedo, el Demócrata Radical y el Liberal Auténtico.
Al mismo tiempo que el nuevo mandatario cumplía con sus actividades, miles de personas se movilizaban ayer en unos 30 lugares del país para repudiar lo que consideran un golpe de Estado y reclamar la vuelta del destituido jefe de Estado. Fue bajo el lema «Paraguay Resiste» que se convirtió en la consigna predilecta de quienes acompañan al ex presidente. Los manifestantes, fundamentalmente campesinos en grupos de 200 a 500 personas, se reunieron en diferentes puntos de las rutas, sin registrarse incidentes con la policía.
En Ciudad del Este, en la Triple Frontera, unas dos mil personas se concentraron en una plaza, marcharon hasta el Puente de la Amistad, que une con Brasil sobre el río Paraná, pero fueron impedidos de llegar hasta la cabecera por agentes antimotines de la policía. Luis Aguayo, principal dirigente de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (Mcnoc), dijo que no puede precisar aún la cantidad de personas que se movilizaron ayer, pero anticipó que para el viernes organizarán una manifestación más grande. «Vamos a continuar protestando contra este gobierno golpista y esta dictadura parlamentaria hasta que se restituya el orden constitucional», expresó. En Asunción, la capital, el grupo que se manifestó frente a la televisión pública continuó con su protesta activa desde el viernes, día en que se produjo la destitución de Lugo. Las plazas principales del lugar, que son consideradas como eventuales escenarios de manifestaciones, se encontraban custodiadas sin pausa por la Policía Nacional y en cada una de las tres cuadras que separan a la Plaza del Congreso (Plaza de Armas) y la Casa de Gobierno permaneció estacionado un carro hidrante.
En algunos lugares se realizaron bloqueos intermitentes de rutas, mientras en otros los manifestantes se instalaron en los costados de las arterias o cubrieron media calzada de las vías. Uno de estos casos fue el departamento de San Pedro, donde los manifestantes caminaron al costado de las rutas con carteles y lograron congregar a habitantes de las ciudades de Santa Rosa del Aguaray, Lima, Guajayvy, Santaní y Capiibary.
Estas movilizaciones se realizaron bajo la organización Frente de Defensa de la Democracia que agrupa a los campesinos, organizaciones sociales y de trabajadores, entre otros sectores.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-197390-2012-06-28.html