Hay una profunda conexión entre las respuestas de los países ricos a la crisis económica – completamente previsible – de su sistema depredador e inhumano, y los horrores de los regímenes más represivos en América Latina – México, Colombia, Perú. El Dr. Frankenbernanke y sus acólitos en la Reserva Federal ponen sus chaquetas blancas y […]
Hay una profunda conexión entre las respuestas de los países ricos a la crisis económica – completamente previsible – de su sistema depredador e inhumano, y los horrores de los regímenes más represivos en América Latina – México, Colombia, Perú. El Dr. Frankenbernanke y sus acólitos en la Reserva Federal ponen sus chaquetas blancas y se esfuerzan para subir a la torre gótica más alta e inflacionaria posible los restos podridos de los grandes bancos de Wall Street. Allí arriba, rezan para que un rayo le devuelva la vida a su difunto.
Buscan el crecimiento económico pero rehúsan admitir que la inflación, que en paz descansa, de los precios de bienes, que quieren hacer volver a vivir, haría casi nada para aumentar el Producto Interno Bruto real. Cuando los precios de bienes se inflan, la producción real de la economía tiende a estancar. Para la mayoría de la gente, eso implica un estancamiento también de sus ingresos y los salarios. Sin embargo, los precios suben. Entonces la mayoría de la gente y sus familias se endeudan para poder mantener su nivel de vida. No se necesita saber de astrofísica para entender eso, es sencillo. Sin embargo, el Dr. Frankenbernanke y sus colegas siguen esperando ese rayo.
El empobrecimiento de la mayoría de las personas y familias que tenían ingresos medianos o bajos fue un elemento clave en la creación de la burbuja de crédito impulsado por sabe-lo-todo libremercaderos como, por ejemplo, Alan Greenspan o Gordon Brown. Rehusaron admitir que un mercado libre nunca ha existido. Lo que sí existe son mercados regulados de una manera buena o de una manera mala. Arrogantes como son, quitaron despiadadamente la buena regulación de sus mercados, para acelerar la catástrofe ya predecible de su sistema.
En todo el mundo, durante la burbuja, para las mayorías empobrecidas los salarios e ingresos reales disminuyeron. Los recursos naturales fueron despilfarrados y degradados por empresas transnacionales que usaron su poder para intimidar y hostigar a los pueblos y gobiernos hasta que consiguieran costos de producción más bajos y ganancias más altas. Los gobiernos que resistieron el hostigamiento se volvieron blancos de la desestabilización. Uno piensa en el caso de los esfuerzos del Presidente Jean-Bertrand Aristide de lograr mejores condiciones de vida para el pueblo de Haití, antes del golpe que lo depuso – un golpe organizado por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y Francia.
América Latina, otra vez conejillo de Indias del Imperio
América Latina y el Caribe son un lugar apropiado dónde encontrar los horrores acostumbrados que resultan de la anarquía asesina y destructiva del capitalismo corporativo de consumo. La masacre de manifestantes indígenas en Perú que defendieron su ambiente natural resultó directamente del compromiso del gobierno de Alan García en la aplicación forzada de los términos del Tratado de Libre Comercio entre Perú y Estados Unidos, un tratado que fue negociado en contra de los intereses de la mayoría empobrecida de Perú. Hasta el momento, ni Estados Unidos ni la Unión Europea han hecho ninguna conexión entre la negación por el gobierno de Perú de los derechos más fundamentales de las personas, de su pueblo y los programas de cooperación para el desarrollo que ellos tienen con el régimen asesino de Alan García.
En contraste, los gobiernos de Estados Unidos y de la Unión Europea hostigan a Nicaragua, el país centroamericano más exitoso, en términos relativos, en muchos indicadores económicos y sociales importantes, especialmente la reducción de la pobreza. El 12 de junio, la entidad semi-estatal estadounidense, la Cuenta Reto del Milenio, declaró que iba a cortar US$62 millones en financiamiento de proyectos en Nicaragua en base al argumento espurio que el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional no hubiese cumplido con promover la democracia en el país. Se refiere a los falsos reclamos de fraude electoral de parte de la oposición fracasada en Nicaragua, apoyado descaradamente por los representantes locales de los gobiernos de Estados Unidos y de Europa. Hay que recordar que cuando una verdadera victima de fraude electoral, Andrés Manuel López Obrador en México, hizo sus reclamos en 2006, los gobiernos de Estados Unidos y de Europa miraron por otro lado.
Ahora es probable que los representantes de la Unión Europea, y algunos de sus gobiernos miembros, vayan a seguir el ejemplo de Estados Unidos y cortan decenas de millones de dólares de la cooperación para el desarrollo para el gobierno de Nicaragua. El actor principal en este proceso es el embajador estadounidense Robert Callahan. Antes, en su larga carrera, Callahan apoyaba la organización de escuadrones de muerte en Honduras durante la guerra sucia de Álvarez Martínez y, más recientemente, en Irak para contrarrestar el impacto sobre las fuerzas de ocupación yanqui de la resistencia sunni. Ahora, más viejo, Callahan se contenta con hundir a una población ya vulnerable aún más en la pobreza – una manera menos dramática de matar que sus métodos anteriores, pero igualmente eficaz.
Aumenta la razón hipocresía-muerte
En Perú, la represión de parte del gobierno, de organizaciones indígenas, de la oposición política radical, de los medios de comunicación disidentes, ha sido común por muchos años. Fue así durante los regímenes de Fujimori y de Alejandro Toledo y ahora es así con la segunda administración de Alan García. García huyó de Perú en 1992 para evitar investigaciones de corrupción y también de las masacres de cientos de personas cometidos durante su primer gobierno. La reciente masacre en Bagua marca un retorno a su siniestro pasado.
Es chocante, el contraste entre las medidas drásticas que aplican los gobiernos de Estados Unidos y Europa a Nicaragua y la suavidad que aplican a Perú y a otros gobiernos represivos como los de México y Colombia. Ese contraste indica no sólo la hipocresía habitual de los gobiernos imperialistas, sino también la crónica auto-dramatización adolescente de sus élites narcisistas. A pesar de todos los datos concretos, sea con el embuste agradable de Barack Obama o sea el engaño descarado de tipos como Gordon Brown, los representantes de Estados Unidos, Canadá y sus aliados europeos insisten en proyectarse como defensores intrépidos de los derechos humanos y de la democracia y como promotores sinceros de la reducción de la pobreza.
En América Latina, los países como Colombia, México y Perú se han destacado por muchos años por los masivos y constantes abusos de derechos humanos. Casi no pasa ni un día sin ser reportado algún abuso nuevo en aquellos países: pobladores víctimas de disparos de la policía o militares, sindicalistas asaltados o asesinados, la negación de la asamblea libre, amenazas contra comunicadores sociales, detenciones ilegales, la tortura, la violación y el abuso por las fuerzas de seguridad. A pesar de todo, el gobierno estadounidense y sus aliados han apoyado a los gobiernos de aquellos países con cientos de millones de dólares en fondos de cooperación para el desarrollo y con miles de millones de dólares en asistencia militar.
Mientras la venalidad y complicidad del gobierno estadounidense han sido bien documentadas, menos ha sido lo de la hipocresía de la Unión Europea y sus gobiernos miembros. Ellos suministran un poco menos de la mitad de la asistencia oficial para el desarrollo que recibe el gobierno de Perú. Sin embargo, no hay ninguna señal de alguna intención de aquellos países europeos de condicionar su ayuda a un debido respeto por los derechos humanos de parte del régimen asesino de Alan García.
Con respecto a México, en mayo de 2009, el Sexto Consejo Conjunto de la Unión Europea y México emitió un comunicado que incluyó lo siguiente: «Ambos Delegaciones…. acordaron que el objetivo principal de esta Asociación es la promoción en conjunto de sus valores y principios comunes en el área internacional, por medio de asuntos globales de interés mutuo, dentro de foros multilaterales claves e instituciones internacionales, además de la provisión de un ímpetu renovado para la cooperación bilateral en todos los campos.»
El comunicado constituye una confirmación sorprendentemente franca que Europa comparte los valores del gobierno mexicano: fraude electoral, apoyo casual de femicidio, corrupción desde arriba hasta abajo, fuerzas de seguridad brutales e inhumanos, en breve, todo el paquete antihumanitario y opresivo de gobierno corrupto de Felipe Calderón.
El documento surge del mundo de fantasía del doble rasero selectivo que fluye naturalmente de los imperativos estratégicos de la Unión Europea en el campo político y económico. En aquel mundo fantástico, violencia y abuso masivo contra la gente en Atenco o en Oaxaca, el hostigamiento sistemático del pueblo indígena en Chiapas y otros estados mexicanos, el femicidio contra las mujeres de Ciudad Juárez, el fraude electoral masivo de 2006, todo eso – como el laureado Nóbel Harold Pinter habría observado – nunca ocurrieron, no pasó nada. Para la Unión Europea y sus Estados miembros, México no presenta ningún motivo significativo para inquietudes con respecto a los derechos humanos o la democracia.
En Colombia, la Unión Europea actualmente aumenta su ayuda, supuestamente para priorizar los esfuerzos de resolver los problemas sociales causados por la guerra civil que ha afectado el país por muchas décadas. La Unión Europea hace eso a la misma vez que el régimen narco-terrorista del Presidente Álvaro Uribe aumenta su hostigamiento de destacados líderes de la oposición parlamentaria como Piedad Córdoba o Jorge Enrique Robledo. De la misma manera que en México y Perú, los gobiernos de Estados Unidos y Europa hacen caso omiso de la represión y los abusos para apoyar al régimen odioso y corrupto de Álvaro Uribe. Una vez más, no podría ser mayor el contraste con sus políticas hacia Nicaragua.
En todos estos casos, como en otras regiones del mundo, por ejemplo en Palestina, Afganistán, Congo, Sudan o Haití, los europeos actúan para complementar la política regional de Estados Unidos. Juntos(,) apoyan a regímenes culpables de los abusos más claros de los derechos más básicos a la vida y a la integridad de las personas – desde Israel hasta Marruecos, desde Guinea Ecuatorial a Colombia, desde Uzbekistán a Etiopía. Apoyan la impunidad de los crímenes de esos gobiernos. Por otro lado, juntos también, castigan a un gobierno profundamente humano como el de Nicaragua que ha mejorado dramáticamente sectores cruciales para la población como salud, educación, acceso a agua potable y seguridad social, a la vez que garantizan la estabilidad económica.
Navegando al por qué de la hipocresía
Si uno pregunta por qué el gobierno estadounidense y sus aliados europeos se comportan en Nicaragua con aún más de su acostumbrado sadismo e hipocresía, la respuesta probablemente se halle en dos recientes reuniones que tuvieron lugar en el Caribe y en los Urales. El 12 de junio 2009, líderes de los países miembros de Petrocaribe – la gran mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe – se encontraron en San Cristobal y Nieves para analizar una profundización y una ampliación de los mecanismos de Petrocaribe para la cooperación en seguridad energética y en seguridad alimentaria. Ese mismo fin de semana, el Presidente da Silva de Brasil se reunió con los líderes de Rusia, China e India en la ciudad rusa de Yekaterinburg para hablar de su ya avanzada coordinación en temas de comercio e inversión y de la crisis económica internacional. Seguramente las discusiones giraron un poco alrededor del tema del paulatino colapso del dólar estadounidense como moneda de reserva internacional.
El imperativo (propuestas: la prioridad, la necesidad) de la unidad, combinada con una defensa firme de la autonomía y la soberanía, la solidaridad regional y la crisis internacional se destacan como temas principales en las dos cumbres. Nicaragua ha jugado un papel muy importante en el desarrollo del Petrocaribe en Centroamérica y en su promoción en la región, junto con el marco económico más amplio de la Alternativa Bolivariana para las Américas – ALBA. Una gran parte del éxito del gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua ha resultado de su habilidad en saber combinar los recursos derivados de su membresía del ALBA y su política de acercamiento comercial y diplomático a Rusia y a Irán, con sus relaciones tradicionales en términos de cooperación para el desarrollo con Estados Unidos, Canadá y Europa y otros países como Japón y Taiwán.
Mediante amenazas y recortando el acceso de Nicaragua a los recursos de asistencia para el desarrollo de parte de Europa y Norte América, los poderes del Bloque Occidental buscan negar al gobierno de Nicaragua la liquidez requerida para ejecutar con éxito su programa extremadamente exitoso de estabilidad económica y progreso social. Los hechos probablemente moverán rápidamente en lo que resta del año 2009. Un marcador clave será las posiciones adoptadas en la cumbre del 24 de junio en Carabobo en Venezuela, donde los miembros existentes del ALBA darán la bienvenida a Ecuador como miembro pleno.
El ALBA se está consolidando como un bloque fuerte y coherente para promover y avanzar concretamente el comercio y la cooperación económica. Los países del ALBA ya han acordado con Ecuador una unidad monetaria común, el Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), para usar en el futuro para el comercio entre los países del ALBA. Otros países, como Brasil, Argentina y China ya han acordado sistemas de trueques de divisas para eliminar el dólar en sus relaciones comerciales. Rusia y China están pensando hacer lo mismo para su comercio bilateral también.
2009: un panorama probable para América Latina
Para el fin de 2009, tres o cuatro bloques económicos podrían ser claramente definidos en América Latina. Algunos países podrían caer en más de uno de estos bloques. Uno consistirá de los aliados decididos de los Estados Unidos – México, Chile, Perú y Colombia. Otro bloque será de los países del Mercosur. Los países del ALBA formarán un bloque definido por su determinación de crear un modelo basado en la solidaridad y la cooperación capaz de resistir no sólo al imperialismo del Bloque Occidental sino también al subimperialismo de Brasil.
El mundo no va a esperar mientras Estados Unidos y Europa buscan cómo salir del relajo que han hecho de sus economías. Otros bloques regionales trabajarán duramente para deshacer el asimiento improductivo de los Estados Unidos sobre las palancas del comercio e inversión internacional. En términos políticos ese fue el verdadero significado de la reciente derrota de Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos sobre Cuba. La mayoría de analistas económicos piensa que son los llamados mercados emergentes que van a salir mejor de la profunda recesión global que Estados Unidos y Europa. Eso quiere decir que lo demás de la economía global probablemente crecerá un poco más rápido, lo que implica, en su turno, un aumento paulatino pero seguro en la demanda para materias primas. Eso también implica un aumento en los precios.
Mientras el excedente actual del petróleo rápidamente se consume, los recortes recientes en la producción y la subinversión (no sólo en infraestructura de producción sino también en la capacidad para refinar el crudo) probablemente implicarán que los suministros pronto se encontrarán adelantado por la demanda. Por un período, eso hará el petróleo más caro. Entonces el precio podría subir hasta US$90 el barril o más antes de recaer de nuevo, cuando la producción alcance niveles más adecuados. Será difícil para las autoridades financieras en Estados Unidos y sus aliados en los Bancos Centrales de Japón y Europa volver a ingeniar nuevos «vuelos hacia la seguridad» en bonos tesoreros estadounidenses, como hicieron en el último trimestre de 2008.
Las entidades e instituciones que tengan aquellos bonos estadounidenses, entienden con cada vez más urgencia que jamás van a recuperar algo cerca del valor original que pagaron. Entonces el dólar probablemente resumirá la caída que fue interrumpida tan abruptamente en julio de 2008. Los efectos inflacionarios en la economía doméstica de Estados Unidos probablemente acelerarán con el auge en actividad económica fuera de Estados Unidos y Europa, gracias en parte, quizás, a la diferencia en la velocidad monetaria en las transacciones fuera de Estados Unidos en comparación con la velocidad monetaria dentro de Estados Unidos. Mientras el fantasma de una hiperinflación parece ser muy exagerado para el momento, una estanflación aguda probablemente atormentará Estados Unidos y Europa para los próximos dos años.
La futilidad vengativa de Estados Unidos en declive
Será el resto del mundo que repara y recupera la economía global, con resultados geopolíticos sobre que uno sólo puede especular. El rechazo increíble de las autoridades estadounidenses de abandonar sus esfuerzos para volver al estatus quo ante, seguramente ha condenado Estados Unidos al estancamiento económico para los próximos tres o cuatro años por lo menos. En vez de reestructurar su sistema de finanzas e invertir de una manera productiva y democrática, las autoridades estadounidenses han elegido rescatar su podrido sector financiero para permitir a los oligarcas a regresar a sus apuestos en los mercados de derivados, de materias primas y de divisas. Para 2011-2012 lo demás del mundo habrá avanzado, mientras que en Estados Unidos la productividad estará en apuros por motivos del mismo tipo de subinversión que caracterizaba el Reino Unido durante su declive relativo como poder imperial.
En ese contexto, al atacar económicamente al gobierno de Nicaragua, los gobiernos de Estados Unidos y de Europa esperan poder herir gravemente al ALBA y disuadir a otros países centroamericanos de seguir el ejemplo de Nicaragua. Ellos esperan que, si lograran dañar la capacidad del gobierno del Frente Nacional de Liberación Sandinista, de realizar con éxito su programa de gobierno visionario y profundamente humanitario, ayudarán a sus apoderados locales en la oposición política nicaragüense. Así esperan garantizar una derrota electoral del FSLN en las elecciones presidenciales de 2011. Si para lograr eso se requiere negar asistencia para el desarrollo al pueblo de Nicaragua, pues, es precisamente lo que los gobiernos de Estados Unidos y Europa harán, en conformidad con su trayectoria histórica de interminable hipocresía y sadismo.