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Haití: En torno a la estrategia de reducción de la pobreza

Fuentes: ALTERPRESSE / ALAI AMLATINA

El actual ministro haitiano de la Planificación y Cooperación externa, Jean Max Bellerive, lanzó, el jueves 12 de abril, la preparación del Documento de la estrategia nacional de crecimiento y reducción de la pobreza (DSNCRP, sigla en francés de Document de stratégie nationale pour la croissance et la réduction de la pauvreté). El contexto de […]

El actual ministro haitiano de la Planificación y Cooperación externa, Jean Max Bellerive, lanzó, el jueves 12 de abril, la preparación del Documento de la estrategia nacional de crecimiento y reducción de la pobreza (DSNCRP, sigla en francés de Document de stratégie nationale pour la croissance et la réduction de la pauvreté).

El contexto de esta iniciativa gubernamental se caracteriza por el alto costo de la vida, el aumento o la inestabilidad de los precios de los productos de primera necesidad, el escepticismo frente a múltiples promesas hechas por los donantes internacionales, el desempleo y la desesperación que empuja cada vez a más ciudadanas y ciudadanos haitianos a huir de la miseria, arriesgando sus vidas en viajes clandestinos hacia Estados Unidos de América, República Dominicana y otras islas del Caribe.

El gobierno dirigido por el presidente René García Préval y el primer ministro Jacques Édouard Alexis continúa esperando, con impaciencia, el desembolso de los fondos que le habían prometido algunos países, organismos y otros donantes de la Comunidad internacional.

Con el DSNCRP, quiere dotarse de un dispositivo fundamental que «debe servir de base para todos los créditos que el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) proporcionen en condiciones concesionarias, y para orientar el uso de los recursos liberados por el alivio de la deuda recibido en el marco de la Iniciativa reforzada para los países pobres muy endeudados (PPME)» y de bajo ingreso, entre ellos Haití.

En este sentido, la administración Préval-Alexis proyecta abrir, «desde ahora hasta el mes de septiembre de 2007», un «diálogo nacional» en torno a las realidades y prioridades del país y a las estrategias a implementar para promover el crecimiento y, sobre todo, para reducir la pobreza, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (OMD) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Este nuevo proyecto servirá también de marco para las relaciones de Haití con sus contrapartes financieras y para sus necesidades y fuentes de financiamiento.

El CCI, predecesor del DSNCRP

El DSNCRP sucede al Marco de Cooperación Interina (CCI, sigla en francés de Cadre de Coopération Intérimaire), que fue creado por el régimen de transición luego del derrocamiento del ex presidente Jean-Bertrand Aristide el 29 de febrero de 2004 y posteriormente presentado por las autoridades interinas en julio de 2004 durante la Conferencia de donantes en Washington.

El CCI se enfocó principalmente sobre la organización de las elecciones para poner fin a la transición política y sobre la operación de reformas estructurales en las instituciones estatales en base a objetivos macroeconómicos específicos. En el marco del CCI fue integrado teóricamente, al final, un Programa de Pacificación Social (PAS, sigla en francés de Programme d’Apaisement Social).

Las reformas fueron orientadas a revertir la situación de crisis económica que el país y, de manera más acentuada, los grupos sociales provenientes de las zonas más desfavorecidas estaban enfrentando.

El CCI fue creado también para servir de puente susceptible para conducir al gobierno elegido en las últimas contiendas hacia la elaboración e implementación de la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP)

Reacciones de los movimientos sociales frente al CCI

Sin embargo, durante la reunión de donantes que tuvo lugar en Puerto Príncipe el 25 de julio de 2006, algunos movimientos sociales nacionales e internacionales, tales como la Plataforma Haitiana para un Desarrollo Alternativo (PAPDA), Jubileo Sur Américas (JSA) y el Movimiento Democrático Popular (MODEP), se manifestaron en contra de toda prolongación del CCI que consideraban estar «en adecuación con la política neoliberal» del Banco Mundial (BM), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En este mismo contexto, la Cooperación Europa-Haití (CoE-H) había publicado el 20 de julio de 2006 un documento en el que, entre otros puntos, puntualizaba algunas debilidades del CCI.

Esta plataforma mixta de organizaciones europeas y haitianas criticó «la falta de participación de la sociedad civil» en esa iniciativa desde «sus inicios hasta su implementación, su seguimiento y su evaluación en el transcurso de los dos últimos años» (de 2004 a 2006).

Deploró también la ausencia de cualquier proceso de consulta por parte del comité de dirección del CCI con «los sectores más pobres y marginados de la sociedad civil haitiana, los que son supuestamente los más grandes beneficiarios del CCI».

Preguntas y preocupaciones de los movimientos sociales

El lanzamiento del DSNCRP vuelve ahora a abrir el debate entre el gobierno haitiano y los movimientos sociales de corte «anti -neoliberal» o «alternativo» en torno a las políticas de desarrollo a adoptar e implementar en el país.

El mismo viene también a replantear algunas preguntas sobre el CCI, predecesor del DSNCRP, que aún permanecen sin respuestas, por ejemplo, si «efectivamente se realizaron la auditoría y la evaluación independiente del CCI que los donantes mismos se habían comprometido a hacer en febrero de 2006» y cuáles fueron los resultados de dicha auditoría.

Otra pregunta concierne la metodología que se adoptará en el proceso de elaboración e implementación de la estrategia » nacional » de reducción de la pobreza en un país donde más de la mitad de la población vive con menos de un dólar diario.

¿Cuáles son los sectores de la vida nacional que el gobierno va a implicar en el diálogo «nacional» en torno al DSNCRP? ¿Solamente el sector privado, los expertos, los donantes e instituciones financieras internacionales, tal como se hizo en el caso del CCI? ¿O también serán invitados a participar en el diálogo las organizaciones de la sociedad civil, los ciudadanos y ciudadanas, sobre todo, las y los pobres, quienes deberían ser los principales actores de esta iniciativa?

Algunos movimientos sociales ya empiezan a preocuparse de que este nuevo proyecto llegue a ser una reedición de otros programas gubernamentales, como el Programa de Pacificación Social (PAS) y el programa de Desmovilización, Desarme y Reintegración (DDR), que ellos calificaron, a la manera del CCI, de «fracaso total» en su concepción y su aplicación y en términos de resultados concretos y estructurales en el combate a la pobreza.