El terremoto que azotó la isla caribeña a mediados de enero, dejando un saldo cercano a los cien mil muertos, miles de heridos de distinta gravedad, y otras tantos pobladores despojados de casa, familia y condiciones mínimas de vida, ha puesto sobre el tapete una vez más el verdadero significado del diferendo humano entre Cuba […]
El terremoto que azotó la isla caribeña a mediados de enero, dejando un saldo cercano a los cien mil muertos, miles de heridos de distinta gravedad, y otras tantos pobladores despojados de casa, familia y condiciones mínimas de vida, ha puesto sobre el tapete una vez más el verdadero significado del diferendo humano entre Cuba y EEUU.
Mientras la injerencia de EEUU ha planeado sobre la historia de Haití en forma de ocupación explícita, de apoyo a las dictaduras sucesivas de los Duvallier o, más recientemente, arruinando la agricultura local mediante los planes de la USAID (Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional, que hoy, además, gestiona la ayuda a la isla), en favor de la exportación de sus productos, Cuba ha formado a cientos de médicos haitianos en sus universidades (este año son 300) y ha enviado a los suyos cuando el vecino país así lo ha requerido.
Los últimos datos publicados por los medios de prensa abundan en este contraste, señalando con cifras las dos perspectivas desde las que se afronta la tragedia de todo un pueblo; los dos mundos que miran a Haití.
En este sentido, las informaciones provenientes de EEUU han resaltado y así se ha ensalzado hasta la saciedad en las grandes cadenas informativas:
– El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró tras el desastre: «Haití es nuestra prioridad» para ,a continuación, movilizar un importante contingente armado, que incluye el portaaviones nuclear USS Carl Vinson y más de media docena de buques militares.
– El Gobierno estadounidense se prepara para enviar a ese país a 3.500 soldados de la 82 división Aerotransportada del Ejército.
– Washington enviará lo antes posible el barco anfibio de ataque Bataan con unos 2.000 marines y que, en caso de ser necesario, podrían reforzar la misión de Naciones Unidas en cuestiones de seguridad, para lo que no excluyó utilizar la base de Guantánamo.
– Los marines controlan el aeropuerto de Puerto Príncipe (sin decir, por cierto que lo hacían bloqueando la entrada de los aviones con ayuda humanitaria y priorizando el aterrizaje de la aviación militar).
– Aunque el terremoto fue el martes 12 de enero y los heridos se cuentan por miles, el buque hospital USS Comfort no llegará a Haití hasta finales del presente mes, sin que la fecha exacta se haya especificado».
– En total, y tras la consideración de la ONU en torno a que la falta de seguridad (y no la muerte y la miseria) es el principal problema de los haitianos, los efectivos yanquis en la isla podrían llegar a veinte mil.
-EEUU ha amenazado con encerrar en la cárcel de Guantánamo a los haitianos que intenten emigrar ilegalmente como consecuencia del terremoto.
Desde Cuba, en cambio, las agencias destacaban cifras bien distintas, que sin embargo, nunca han sido difundidas en los noticieros de la radio o la TV de masas:
– Aún con las réplicas reiteradas, llegó a Haití un refuerzo de 60 integrantes de la Brigada Medica cubana Henry Reeve, creada por Cuba para brindar ayuda solidaria profesional en cualquier parte del mundo a los pueblos que lo necesiten.
-Dicha brigada se suma a los más de 300 profesionales de la salud que trabajan repartidos por toda la geografía haitiana. Muchos han sido trasladados a Puerto Príncipe y han sido los que desde el primer momento se han enfrentado a las consecuencias derivadas de este sismo de 7 grados que no tuvo compasión con las infraestructuras ni con el pueblo haitiano.
-Los médicos cubanos llevan doce años trabajando en Haití.
-Un día después del terremoto estos profesionales ya habían prestado servicio a más de mil personas.
-Una ininterrumpida labor se realiza en tres hospitales, además de la brigada itinerante de atención primaria. De manera inmediata serán abiertos varios centros asistenciales.
-Hasta el 21 de enero, a las 20:00 horas, se habían atendido 18 008 pacientes y realizado 1 771 intervenciones quirúrgicas.
-Para hacer más efectiva la atención a las víctimas, los profesionales cubanos instalaron un hospital de campaña en el Centro Oftalmológico Renacimiento, en el cual se llevaba a cabo la Operación Milagro, destinada a atender patologías de la visión en varios países de latinoamericanos.
-Como parte de la ayuda solidaria Cuba envió a Haití medicamentos, bolsas de suero y plasma, alimentos y avituallamientos.
-Cuba mantiene en Haití a 512 colaboradores, 410 de ellos pertenecientes al sector de la salud y el resto a educación y otros sectores sociales, productivos y de servicios. A estos se han unido 38 jóvenes haitianos que hacen la residencia médica en Santiago de Cuba, y en las próximas horas se sumarán más de cien estudiantes también haitianos que cursan el quinto año de medicina en universidades cubanas.
-Mil médicos están preparados en Cuba para, en cualquier momento y en función de las necesidades, salir hacia Haití a ayudar a la población de ese país.
Mientras tanto, la UE, con España ocupando su presidencia, ha apoyado sin ambages la militarización estadounidense de Haití y sólo en el caso de Francia ha expresado su descontento ante el hecho repetido de que su ex colonia volviera a escapársele de las manos, sin que ninguna prebenda le fuera concedida en virtud de su vieja historia de potencia imperialista y colonial.
En suma, la respuesta dada al terremoto de Haití nos devuelve la visión de dos mundos contrarios: el de la solidaridad y la cooperación franca entre los pueblos y, frente a éste, el de la invasión encubierta, el control geoestratégico del área (Caribe) o el neocolonialismo.
Como dijera el ex presidente cubano Fidel Castro, «esa es la principal lección que podemos aprender de Haití».
Desde la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos expresamos nuestro apoyo al pueblo de Haití, que luchó heroicamente hasta librarse del oprobioso colonialismo francés y que soporta desde entonces el lastre de la presencia neocolonial impuesta por EEUU. Al tiempo, rechazamos la invasión armada que ha hecho este país, con el apoyo de la UE, en la isla caribeña, echando mano de la oportunidad brindada por el terremoto que castigara tan duramente al pueblo haitiano.
Hoy, por Haití, volvemos a alzar la voz para gritar nuestra consigna:
Viva la solidaridad internacionalista entre los pueblos.
Rebelión ha publicado este artículo con permiso de los autores, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.