Traducción Susana Merino
El 7 de febrero de 2011, fecha constitucionalmente establecida para el fin del mandato de cinco años del presidente René Preval, que al mismo tiempo coincide con el 25º aniversario de la caída de la dictadura de los Duvalier, a pesar de algunas tentativas de movilización, observan los analistas, ha sido doblemente banalizado.
La partida del presidente René Preval no ha sido prevista para este 7 de febrero de 2011, contrariando las insistentes demandas de los sectores de la oposición.
Las presiones internacionales que no excluían el que Preval dejara el poder al final de su mandato, disminuyeron considerablemente desde que se conocieron los resultados definitivos de la segunda vuelta electoral, como lo deseaba la comunidad internacional.
Según dichos resultados, Mirlande Manigat de la Reunión de Demócratas Progresistas Nacionales (RDNP) y Michel Martelly de la plataforma Repons Peyizan ( Respuesta campesina) disputarán la segunda vuelta de las elecciones presidenciales el 20 de marzo próximo. El Consejo Electoral Provisorio (CEP) descartó al candidato del partido «Inite» Jude Celestin considerado el delfín del presidente René Preval.
Parece que Préval podrá permanecer aún algún tiempo, tal vez hasta el 14 de mayo, de acuerdo con una controvertida ley que hizo votar en el parlamento al día siguiente del devastador terremoto del 12 de enero de 2010.
Parece difícil prever el clima que reinará en dicho período. Desde lo relativo al 7 de febrero, los más locos rumores circulan en la capital y la población pareciera esperar algún acontecimiento desde la mañana temprano.
Algunos sectores de la oposición han anunciado varias iniciativas con la intención de que el jefe de estado advierta que ha perdido legitimidad. Muy temprano por la mañana se produjeron tentativas de levantar barricadas en el algunos barrrios aunque ya desalentadas por la policía y convirtiendose la circulación en extrañamente fluida para un lunes por la mañana.
Varios partidos políticos firmaron el 2 de febrero un acuerdo multipartidario cuyo objetivo era establecer un gobierno provisorio de 18 ministros y algunos secretarios de estado destinado a reemplazar a la administración Préval. Según el mismo se establecería igualmente un consejo de Estado de 30 miembros representantes de los 10 departamentos de Haití y de la diáspora.
Según ese acuerdo firmado por diferentes líderes de la oposición, el gobierno de transición cumpliría la misión de conformar un nuevo CEP destinado a convocar a nuevas elecciones.
Comenzar la retirada de la MINUSTAH, lanzar un proceso de refundación de Haití y abocarse a los urgentes problemas que afronta la población: estas deberían ser entre otras, las preocupaciones de dicho gobierno de transición.
Pero solo se trata de un plan que ha sido completamente desconocido por el presidente Préval que ha ignorado además todos los intentos de contacto que los promotores quisieron establecer con él.
Pasado de horror…
En cuanto al viejo dictador Jean Claude Duvalier, por primera vez conmemorará luego de 25 años su caída del poder y su alejamiento del país, lo que ha llevado a decir a una colega que «se ha cerrado el círculo»
Regresado a Haití, de manera inesperada, el 16 de enero último. Duvalier enfrenta multiples acusaciones como la de crimen contra la humanidad el cometido durante su régimen entre 1971 y 1986, como sucesor de su padre François, que accediera al poder en 1957. Una decena de denuncias contra él han sido presentadas ante la justicia haitiana que le ha iniciado un proceso..
El regreso de Duvalier no ha reavivado sin embargo inmediatamente la memoria frente a ese triste período de la historia de Haiti y los sectores democráticos y populares no parecen haber tomado conciencia de aquel pasado de horror y de este tormentoso presente.
A despecho de las tergiversaciones que circulan los crímenes contra la humanidad son imprescriptibles, recuerda la Alta comisionada de las Naciones Unidas por los Derechos del Hombre, Navi Pillay.
Según ella, Haití tiene la obligación de realizar una investigación sobre las «sistemáticas violaciones de los derechos» que se produjeron durante el régimen de hierro de los Duvalier y sobre los «miles de haitianos que fueron sus víctimas y merecen justicia»
Según las leyes haitianas, la investigación del juez de instrucción debe durar tres meses aunque tiene a posibilidad de prolongarse aún más. Durante ese período Jean Claude Duvalier debe permanecer en el país.
Por otra parte, Suiza ha bloqueado definitivamente la semana última los fondos de Duvalier en momentos en que ha entrado en vigor una nueva ley llamada «Lex Duvalier» por la cual deberá restituir al país los 6,4 millones de dólares de su actual patrimonio.
Gotson Pierre [AlterPresse – Haiti]