La primera visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama a Moscú se destacó por sus sorpresas. Y una de ellas, inesperada para los expertos rusos, marcó un notable progreso en la problemática en torno a la construcción del sistema estadounidense de defensa antimisiles DAM en Europa. El 6 de julio, en marco de […]
La primera visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama a Moscú se destacó por sus sorpresas. Y una de ellas, inesperada para los expertos rusos, marcó un notable progreso en la problemática en torno a la construcción del sistema estadounidense de defensa antimisiles DAM en Europa.
El 6 de julio, en marco de la Cumbre Rusia-EEUU fue adoptada una declaración conjunta sobre ese tema, que entre otros asuntos estableció la creación de un centro de intercambio de información como base a un régimen multilateral de alerta sobre lanzamientos de misiles.
El asunto adquirió otras dimensiones el 7 de julio, durante la ceremonia de entrega de diplomas en la Escuela Superior de Economía de Rusia, cuando el presidente Obama declaró, «si desaparece la amenaza por parte de los programas nucleares y de misiles de Irán, no habrá razón para crear el sistema DAM en Europa».
Todavía en febrero, en una carta remitida a su colega ruso, Dmitri Medvédev, Obama habló sobre la disposición de EEUU de renunciar al emplazamiento de elementos de la DAM en Europa, a cambio de que Rusia contribuyera a la solución del contencioso en torno al programa nuclear iraní. Entonces, el gobierno ruso rechazó la posibilidad de realizar un trueque en ese sentido.
Por lo visto, la insistencia que demuestra Washington frente a la problemática iraní está condicionada por los siguientes factores:
En primer lugar, EEUU es conciente de su incapacidad de solucionar el problema iraní por su propia cuenta.
Segundo, los logros concretos alcanzados por Teherán en sus programas de misiles y en el campo nuclear, exactamente, el hecho de que para finales de mayo, en las instalaciones nucleares de Natanz ya operan 4.920 centrifugadoras en capacidad de enriquecer uranio, además de otras 2.132 instaladas en recintos al vació listas para funcionar.
Tercero, la continuación de la cooperación en tecnología de misiles y nuclear entre Irán y Corea del Norte.
Cuarto, las aspiraciones del Pentágono de reforzar la seguridad ante la amenaza de misiles, provenientes no sólo de Irán, mediante la creación de un sistema DAM fuera de su territorio nacional.
Es importante destacar que ningún político serio iraní puede plantear la propuesta de suspender el programa nuclear y de misiles en Irán, incluso el ex candidato a la presidencia el reformista Mir Husein Mousavi.
Para la gran mayoría de la población iraní, estos programas son objeto de orgullo nacional y en su ejecución ya se han invertido miles de millones de dólares.
Y no obstante, no hay bases para concluir que la situación en torno al programa nuclear iraní se encuentra en un callejón sin salida.
A pesar de su retórica incendiaria, Irán continua cooperando con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y lo más importante, hasta el momento, en sus instalaciones procesa uranio de bajo enriquecimiento.
De manera oficial, Teherán declara que su aspiración es producir por sus propios medios, combustible nuclear para sus futuras centrales nucleares, y este asunto podría solucionarse con la correspondiente certificación internacional o de la OIEA del combustible nuclear que produzca.
Y al mismo tiempo, Irán activamente desarrolla su infraestructura nuclear que puede convertirse en la base científico-tecnológica para la creación de armas nucleares.
A primera vista, esto no debe ser motivo de mucha preocupación ya que existen países como Japón, Alemania y otros, con posibilidades análogas que les permite en el plazo de algunos mese o años convertirse en potencia con armamento y misiles nucleares.
Pero Japón Alemania y otros no tienen conflictos con sus vecinos y por eso, su infraestructura nuclear no despierta mucha atención. En cambio hacia Irán se mira de otra forma, ya que su programa nuclear se ha creado en secreto y mediante el mercado negro de tecnología y materiales nucleares del científico pakistaní Abdul Kadir Han.
Por ese canal pakistaní a Irán llegaron las primeras centrifugadoras y la documentación necesaria, y la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz fue construida como un objetivo camuflado y muy bien protegido.
Al parecer, las actuales relaciones ruso-iraníes no deben ser motivo de seria preocupación. Pero el actual régimen iraní es bastante impredecible y su ideología oficial es el «Jomeinismo» ortodoxo, y una de sus manifestaciones es el apoyo a las agrupaciones islamistas radicales.
Actualmente, en la zona de alcance de los misiles iraníes Shehab-3 viven más de 20 millones de rusos, y para Moscú, esta circunstancia supone una amenaza potencial.
Por esta razón, Rusia se manifiesta en contra de la militarización del programa nuclear iraní y apoya los esfuerzos de la comunidad internacional para contener el programa de misiles iraní.
De esta manera, Rusia y EEUU están interesados en que Irán conserve el estatuto de país desnuclearizado y este objetivo sirve de base para la cooperación en este sentido.
Pero Moscú no considera que exista una relación directa entre las ambiciones nucleares de Irán y la necesidad de emplazar elementos del sistema estadounidense DAM en Polonia y la República Checa.
Para Moscú, Irán es únicamente uno de los países del Oriente Medio que desarrolla programas de misiles y que no oculta su interés por crear su propia infraestructura nuclear.
Rusia insiste en que antes que todo se debe efectuar un análisis amplio sobre la amenaza de misiles, y únicamente en calidad de una segunda etapa, adoptar de forma conjunta o multilateral el emplazamiento de sistemas DAM.
Si se apoya esta estrategia será relativamente fácil unificar los actuales sistemas de información, prevención y alerta y también el emplazamiento óptimo de los elementos de choque e intercepción.
* Vladimir Yevseiev es investigador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales adjunto a la Academia de Ciencias de Rusia.