Traducido por Germán Leyens
Larisa Alexandrovna escribió recientemente un excelente artículo detallando el proyecto de seis años de los neoconservadores de utilizar el poder USamericano para atacar y producir un cambio de régimen en Irán. Adjunto al artículo hay un orden cronológico de las principales declaraciones del gobierno de Bush sobre Irán, artículos «noticiosos» y escritos de los neoconservadores incitando a esfuerzos por vilipendiar a Irán, y las bufonadas de personajes como el ex congresista Curt Weldon, del traficante de armas de Irán-Contra Manucher Ghorbanifar, y del espía por Israel Larry Franklin que han trabajado para facilitar ese ataque. Lo he utilizado como base para esta cronología más detallada (aunque seguramente incompleta e imperfecta).
2002
El 29 de enero de 2002, el presidente Bush hizo su discurso sobre el Estado de la Unión en el que destacó su infame formulación «eje del mal» elucubrada por el escritor de discursos y secuaz de Richard Perle, David Frum. (Frum escribe actualmente una columna regular para National Review, de extrema derecha, argumentando entre otras cosas que Irán apoya a grupos suníes relacionados con al-Qaeda.) Irán estaba, por supuesto, incluido en ese «eje» junto con Iraq de Sadam y Corea del Norte. El desaliño conceptual de la frase intrigó a los dirigentes del mundo, mientras su asociación extraña de regímenes disímiles alarmó a eruditos del sector dominante. Pero para el consumo de masas, refundió exitosamente a objetivos dispares y asoció vagamente a Irán con el Mal representado por los ataques del 11-S.
El 14 de agosto, el Consejo Nacional de Resistencia de Irán (dirigido por el movimiento disidente armado Muyahidín-E-Khalq o MEK) realizó una conferencia de prensa en Washington D.C. y anunció que Irán estaba construyendo una instalación nuclear secreta cerca de la ciudad de Natanz. MEK ha estado (y sigue estando) en la lista de organizaciones «terroristas» del Departamento de Estado, y había estado bajo la protección del régimen de Sadam Husein desde los años ochenta, aunque fue desarmado por las fuerzas de USA después de la invasión de Iraq. Pero el gobierno de Bush aprovechó el informe (mientras Cheney y los neoconservadores presionaban por una reconsideración de la clasificación de MEK). En febrero de 2003, la Agencia Internacional de Energía Atómica visitó el sitio en Natanz, y encontró centrifugadoras. Irán declaró que la instalación formaba parte de un programa civil de energía nuclear.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) criticó a Irán por haber ocultado esa y otras instalaciones nucleares y exigió que Irán se sometiera a rigorosas inspecciones de sus plantas nucleares. En diciembre, Irán suspendió su programa de enriquecimiento de uranio y permitió esas inspecciones, que hasta la fecha no han producido evidencia de un programa de armas nucleares. Pero el ocultamiento en violación de las reglas de la IAEA (que de ninguna manera deja de tener precedentes entre los firmantes del Tratado de No-Proliferación, como el estrecho aliado de USA, Corea del Sur) fue presentado por el gobierno de USA como una prueba virtual de un programa ilegal de armas nucleares.
2003
En enero de 2003, según un informe del New York Times, publicado en 2006, Bush y el primer ministro británico Tony Blair, «hablaron de varias manera de provocar una confrontación [con Iraq], incluyendo una proposición de pintar un avión de vigilancia de USA con los colores de Naciones Unidas en la esperanza de atraer el fuego.» En otras palabras, los dos dirigentes discutieron la posibilidad de provocar un ataque que podría ser presentado como una agresión iraní contra la «comunidad internacional» a fin de generar apoyo público para una operación planificada de cambio de régimen.
Más tarde la campaña de desinformación comenzó en serio. En abril el congresista republicano por Pensilvania, Curt Weldon, vicepresidente del Comité de Servicios Armados y del Comité de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes, se reunió con un cierto «Ali» en París, quien le informó que agentes iraníes habían robado uranio enriquecido de Iraq antes de la invasión USamericana. (El personaje de Irán-Contra y propagandista neoconservador del Weekly Standard, Michael Ledeen, recién llegado de su trabajo en la Oficina de Planes Especiales de Donald Feith, también propagó esta «inteligencia.») Ese «Ali» fue identificado en abril de 2005por los periodistas de American Prospect, Laura Rozen y Jeet Heer, como Fereidoun Mahdavi, ex ministro de comercio del gobierno del Shah de Irán y socio en negocios de Manucher Ghorbanifar. (Ghorbanifar y Ledeen eran antiguos amigos y se habían reunido en Roma en diciembre de 2001 con los funcionarios del Departamento de Defensa, de habla persa, Larry Franklin, Harold Rhode y disidentes iraníes para discutir un cambio de régimen en Irán.)
«Ali» también contó a Weldon que terroristas apoyados por Irán estaban conspirando para estrellar un avión comercial canadiense secuestrado contra la Estación de Energía Nuclear Seabrook en las afueras de Boston, y que Irán estaba ocultando a Osama bin Laden. El congresista lo detalló todo en su libro de 2005 «Countdown to Terror: The Top-Secret Information that Could Prevent the Next Terrorist Attack on America… and How the CIA Has Ignored It.» La CIA, por su parte, ha entrevistado a Mahdavi y determinó que él, como su compinche Ghorbanifar, identificado hace tiempo como charlatán por la Agencia, es un mentiroso. (En todo caso, parece que el libro de Weldon se ha vendido bien y obtiene reseñas entusiastas en amazon.com.)
En mayo de 2003, poco después de que Weldon y Ledeen, aprovechando a Ghorbanifar comenzaran a diseminar semejantes acusaciones, agentes de al-Qaeda atacaron con bombas un complejo para extranjeros en Riyadh, Arabia Saudí, matando a 26 personas incluyendo a 9 USamericanos. Funcionarios anónimos de USA afirmaron rápidamente que los agentes se habían refugiado en Irán, o habían sido dirigidos desde Irán. El corresponsal de CBS News, David Martin, informó que esos funcionarios «dicen que poseen evidencia de que los atentados en Arabia Saudí y otros ataques que están siendo preparados fueron planificados y dirigidos por altos agentes de al-Qaeda que se han refugiado en Irán.» Así que tenemos otro presunto vínculo de Irán con al-Qaeda. Recibió relativamente poca atención en la época, pero puede ser resucitado en el futuro. (Esto ocurrió durante el mismo mes en el que Irán envió una carta por fax al Departamento de Estado a través del embajador suizo en Irán, ofreciendo «plena transparencia» respecto a su programa de enriquecimiento nuclear, medidas cooperativas sobre el terrorismo, cooperación en el establecimiento de un Iraq democrático estable, y la aceptación de una solución de dos Estados para el conflicto israelí-palestino. La oferta, saludada por el Departamento de Estado, fue rechazada directamente por la oficina de Cheney y sólo fue hecha pública por el antiguo jefe de equipo de Colin Powell, Lawrence Wilkerson.)
El 26 de agosto, la IAEA informó que había encontrado partículas de uranio altamente enriquecido en Natanz. Irán insistió que las partículas habían llegado con centrífugas importadas, una explicación confirmada posteriormente por la IAEA. No se puede afirmar que la existencia de las partículas haya reforzado el argumento de que Irán tenía un programa nuclear militar, pero fue utilizada para instigar la ansiedad sobre esa posibilidad.
2004
A comienzos de 2004, el clérigo chií Muqtada al-Sadr y su milicia Mahdi habían emergido como un importante desafío para la ocupación de USA en Bagdad y en la parte sur de Iraq. Periodistas derechistas y neoconservadores cercanos al gobierno afirmaron crecientemente que al-Sadr trabajaba en estrecha relación con Teherán. En abril, Rowan Scarborough, citando «fuentes militares» escribió en el Washington Times, de propiedad de la Iglesia de la Unificación, que al-Sadr «recibe ayuda directa de la Guardia Revolucionaria de Irán y de Hezbolá, un grupo terrorista creado por Irán basado en Líbano.» Los editores del Wall Street Journal declararon que «es casi seguro que la milicia Mahdi es financiada y entrenada por iraníes,» agregando que: «guardias revolucionarios pueden estar instigando parte de los actuales disturbios.» El New York Times, citando a «funcionarios del Pentágono» informó lo mismo, aunque el reportero del Times, James Risen, reconoció que «algunos funcionarios de los servicios de inteligencia creen que el Pentágono se ha mostrado ansioso de vincular a Hezbolá con la violencia en Irán para vincular más estrechamente al régimen iraní con el terrorismo anti-USamericano.» Críticos destacaron que los mullahs iraníes estaban en realidad más cerca de los dirigentes de los partidos SCIRI y Dawa, que trabajan con las fuerzas de ocupación, que con al-Sadr, cuya solidaridad religiosa chií con Irán está condicionada por el nacionalismo iraquí y el panarabismo.
En junio fue publicado el tan esperado Informe de la Comisión del 11-S. Señaló que «Irán no tiene vínculos antiguos con al-Qaeda,» pero hizo varias afirmaciones sobre cooperación entre ambos. Vinculó a Irán con el Hezbolá saudí, que realizó el ataque de 1996 contra el complejo residencial de las Torres Khobar en Dharan, Arabia Saudí, matando a 19 USamericanos, agregando que «también hay señales de que al-Qaeda jugó un cierto papel, aún desconocido.»
«A fines de 1991 o 1992,» según el informe, «discusiones en Sudán entre agentes de al-Qaeda e iraníes llevaron a un acuerdo informal de cooperar en el suministro de apoyo aunque sólo en el entrenamiento para acciones realizadas sobre todo contra Israel y USA. Poco después, altos agentes y entrenadores de al-Qaeda viajaron a Irán para recibir entrenamiento en explosivos… La relación entre al-Qaeda e Irán demostró que las divisiones entre suníes y chiíes no posaban necesariamente un obstáculo insuperable para la cooperación en operaciones terroristas.»
El informe afirmó, sin evidencia, que había «fuertes señales de que elementos de los gobiernos paquistaní e iraní, hacían frecuentemente la vista gorda» ante el tránsito por sus países de miembros de al-Qaeda antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Citó a «detenidos» describiendo «la disposición de funcionarios iraníes de facilitar el viaje de miembros de al-Qaeda a través de Irán, en camino hacia y desde Afganistán. Por ejemplo, inspectores fronterizos iraníes recibían instrucciones de no colocar sellos delatores en los pasaportes de esos viajantes. Arreglos semejantes eran particularmente ventajosos para miembros saudíes de al-Qaeda… En suma, existe considerable evidencia de que Irán facilitó el tránsito de miembros de al-Qaeda hacia y desde Afganistán antes del 11-S, y que algunos de ellos fueron futuros secuestradores del 11-S.» Pero la evidencia de una «disposición» iraní a ayudar a conocidos agentes de al-Qaeda parece muy escasa en este caso; Irán casi comenzó una guerra con el anfitrión de al-Qaeda, Afganistán, en 1999. El informe señala: «No hemos encontrado evidencia de que Irán haya conocido la planificación de lo que más tarde se convirtió en el ataque del 11-S.»
El informe indicó que algunos miembros de al-Qaeda encontraron refugio en Irán. Las autoridades iraníes replicaron que los únicos agentes conocidos de al-Qaeda en Irán estaban en prisión, a la espera de su juicio. Serios expertos en inteligencia dudaron si la ferozmente anti-chií al-Qaeda recibiría alguna ayuda del gobierno iraní y destacaron la cooperación de Irán con USA en el derrocamiento del régimen talibán en Afganistán. Pero todo esfuerzo por vincular a al-Qaeda con Irán incluye referencias a este informe.
En agosto de 2004, CBS News reveló que el FBI estaba investigando a un espía para Israel dentro del Departamento de Defensa, que trabajaba bajo Donald Feith. El espía, que según se supo más tarde era Larry Franklin, había pasado información confidencial sobre Irán a altos funcionarios del Comité de Acción Política USA-Israel (AIPAC). (En enero de 2006 fue declarado culpable de pasar información confidencial a AIPAC y condenado a más de 12 años de prisión. Franklin se había reunido en diciembre de 2001, como señaláramos, con Ledeen, Rhodes, y Ghorbanifar en Roma, para discutir el cambio de régimen en Irán. Su arresto puede haber perjudicado esfuerzos neoconservadores, coordinados con amigos israelíes, de preparar un ataque contra Irán.
En este contexto, el presidente Bush, entrevistado por Bill O’Reilly en Fox News el 27 de septiembre de 2004, declaró que nunca permitiría que Irán adquiera armas nucleares y que «todas las opciones están sobre la mesa.»
2005
Emulando esa observación, en enero de 2005, poderosos halcones belicistas en la Cámara de Representantes patrocinaron la «Ley de Apoyo a la Libertad de Irán» endosando «una transición a la democracia en Irán.» Una versión similar fue presentada al Senado y la ley conjunta fue aprobada en septiembre de 2006. (Irónicamente, Richard Armitage, Secretario Adjunto de Estado y asistente clave de Colin Powell, se había referido en febrero de 2003 a Irán como democracia, basándose en que el país realiza elecciones competitivas. Los neoconservadores lo habían criticado por la observación, aunque el Departamento de Estado la sostuvo oficialmente.)
El 20 de enero el vicepresidente Cheney declaró que Irán «está muy arriba en la lista» de los «puntos conflictivos» del mundo, agregando que: «considerando que Irán tiene una política declarada de que su objetivo es la destrucción de Israel, los israelíes podrían decidir actuar primero, y dejar que el mundo se preocupe después de limpiar el lío diplomático.» Al hacerlo, el gobierno de Bush estaba relacionando directamente el supuesto programa nuclear militar de Irán con la supervivencia de Israel – una escalada importante de la retórica.
Los iraníes, argumentó Cheney, «ya tienen una cantidad tremenda de petróleo y gas. Nadie puede comprender por qué necesitan también energía nuclear.» Fue una declaración notablemente deshonesta al provenir de un hombre que había sido funcionario del gobierno Ford que alentó al Shah de Irán en los años setenta a desarrollar un programa nuclear pacífico. Los iraníes argumentan plausiblemente que sus reservas de combustibles fósiles son limitadas, y más valiosas como fuente de divisas extranjeras que para el uso interior, y que la energía nuclear es más limpia. Pero el argumento de que Irán puede estar enriqueciendo plutonio precisamente para propósitos militares es útil por su pura simplicidad.
El 24 de junio el alcalde de Teherán, Mahmoud Ahmadinejad, fue elegido presidente de Irán. Los medios noticiosos dominantes publicaron de inmediato diversas afirmaciones sobre su persona, incluyendo la acusación de que estuvo profundamente involucrado en la crisis de los rehenes de Irán de 1979-1981. El Washington Times citó a uno de los antiguos rehenes, el coronel Charles Scott (de 73 años en aquel entonces) declarando: «Fue uno de los máximos dos o tres líderes; el nuevo presidente de Irán es un terrorista.» El MEK presentó una fotografía de 1979 de un joven parecido a Ahmadinejad con un rehén en la embajada de USA, que fue rápidamente publicada por agencias noticiosas como AP, Reuters y AFP junto con reportajes sobre la elección iraní.
Fuentes iraníes identificaron al joven como un cierto Taghi Mohammadi, mientras Los Angeles Times citaba a un «funcionario USamericano familiarizado con la investigación del papel de Ahmadinejad» diciendo que analistas habían encontrado «serias discrepancias» entre la persona en la foto e imágenes de Ahmadinejad, incluyendo diferencias en la estructura facial y en la altura. A pesar de ello, el Departamento de Estado no ha hecho una declaración oficial cuestionando la afirmación hecha por Scott y varios otros antiguos rehenes.
Otro ejemplo de posible desinformación fue revelado a mediados de julio cuando altos [anónimos] funcionarios de la inteligencia de USA citaron a dirigentes de la IAEA a la cumbre de un rascacielos vienés. Allí presentaron materiales supuestamente bajados de un ordenador portátil iraní robado, que revelaban un prolongado intento de los iraníes de diseñar una ojiva nuclear. La IAEA no se mostró convencida: «La información no parecía ser concluyente, esa «evidencia concluyente,» declaró un participante a Reuters en noviembre. «Nadie ha aumentado esa información desde entonces, y no estamos en condiciones de saber si la información realmente provino de los iraníes.» Pero la historia fue cubierta en lugar destacado por la prensa de USA.
El 23 de agosto, el Subcomité de Política de Inteligencia del Comité Selecto Permanente de la Cámara sobre Inteligencia, publicó un informe describiendo el programa nuclear de Irán como una amenaza estratégica para USA. En una acción fuera de lo común, la IAEA denunció el informe en una carta del 13 de septiembre al presidente del comité, Peter Hoekstra (republicano de Michigan). El informe, declaró la IAEA, contiene «información errónea, engañosa y no confirmada.» En particular, la IAEA refutó la información de que Irán estuviera enriqueciendo uranio a un grado militar.
En septiembre, después de meses de presión de USA por parte de su embajador en la ONU, Bolton, la IAEA publicó un informe sobre Irán, declarando su «incumplimiento» con el Tratado de No-Proliferación. Declaró que la «historia del ocultamiento de las actividades nucleares de Irán» y la «resultante ausencia de confianza en que el programa nuclear de Irán sea exclusivamente para propósitos pacíficos han provocado cuestiones que están dentro de la competencia del Consejo de Seguridad.» En realidad, 13 de los 35 países votantes se opusieron a la declaración (incluyendo a actores internacionales clave como Rusia, China, Pakistán, Brasil, México, Nigeria, Venezuela y Sudáfrica), pero fue respaldada por los representantes de los países de la OTAN que votaron en bloque. Fue utilizada para producir la Resolución 1737 del Consejo de Seguridad de la ONU, la que mientras afirma el derecho de firmantes del Tratado de No-Proliferación «a desarrollar investigación, producción y uso de energía nuclear para propósitos pacíficos sin discriminación,» «decide» contradictoriamente que «Irán debe suspender sin más demora… todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento y el reprocesamiento [de uranio].» La intención de USA era que el Consejo de Seguridad adoptara una resolución condenando el programa nuclear de Irán, imponiendo sanciones. Esto, por cierto, lo logró el 31 de julio de 2006.
En octubre, el embajador británico en Iraq, William Patey, declaró a periodistas en Londres que Irán ha estado suministrando tecnología utilizada para matar a soldados británicos en Basora. No existía evidencia real de la participación del gobierno iraní, pero la acusación de que fuerzas de la Coalición estén muriendo por «penetradores formados por explosión» (EFP, por sus siglas en inglés) fabricados en Irán fue, como era de esperar, repetida por funcionarios del gobierno de Bush en las últimas semanas.
El 26 de octubre, hizo un discurso en el que citó al Ayatolá Jomeini (que murió en 1989) diciendo que «la ocupación de Jerusalén» será «borrada de la página del tiempo.» Ahmadinejad utilizó la cita en un discurso en el que señaló que la invasión soviética de Afganistán, la propia Unión Soviética, y el régimen de Sadam Husein habían todos terminado con el pasar del tiempo, afirmando que también se acabaría la ocupación israelí de una de las ciudades más sagradas del Islam. La declaración ha sido incesantemente deformada en la prensa de USA e internacional como una declaración de que Teherán planea «borrar a Israel del mapa.» Un escritor iraní la califica de «el rumor del siglo.» Por cierto, es un punto central en todo el programa de desinformación.
2006
En mayo de 2006, Laura Rozen informó en Los Angeles Times que la Oficina de Planes Especiales ha sido reencarnada como la «Oficina de Asuntos Iraníes» del Pentágono, de nuevo bajo Abram Shulsky y ahora depende de ninguna otra que Elizabeth Cheney, Secretaria Adjunta de Estado para Asuntos de Oriente Próximo, hija del vicepresidente. En el mismo mes, el National Post canadiense publicó un artículo en el que afirmaba que el Majlis [parlamento] iraní había aprobando una ley estableciendo «normas de vestimenta diferentes para minorías religiosas: cristianos, judíos y zoroastrianos, que tendrán que adoptar esquemas de colores distintos para que sean identificables en público. Las nuevas normas posibilitarían que los musulmanes reconozcan fácilmente a los no-musulmanes para que puedan evitar darles la mano por error y convertirse así en najis (no-limpios).» Apareció junto a una foto de 1935 de un empresario judío en Alemania con la enseña de la estrella amarilla de David cosida sobre su chaqueta, como lo requería la ley nazi de la época. El autor era el iraní-USamericano Amir Taheri, redactor jefe del periódico iraní Kayhan (brazo propagandístico de la dictadura del Shah) de 1972 a 1979, colaborador de National Review y portavoz bien remunerado de la firma belicista neoconservadora de relaciones públicas Benador Associates.
La historia fue difundida por UPI y reproducida en el New York Post de Rupert Murdoch, y en el Jerusalem Post, y en otros sitios, y presentada como un hecho por el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack. «Indigno,» declaró McCormack, agregando que Irán era igual a «Alemania bajo Hitler.» «Esto recuerda el Holocausto,» se hizo eco el rabino Marvin Hier, decano del Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles. «Irán se acerca más y más a la ideología de los nazis.» Pero la historia fue denunciada como un engaño por el embajador iraní en Canadá, y el representante judío en el Majlis iraní, entre otros, y el National Post se retractó el día después de su publicación.
(En julio, después de discusiones con el gobierno Bush-Cheney, Israel volvió a invadir a Líbano, y el periodista investigativo Seymour Hersh informó que «La Casa Blanca estaba… concentrada en despojar a Hezbolá de sus misiles, porque si hubiera una opción militar contra las instalaciones nucleares de Irán, tenía que librarse de las armas que Hezbolá podría utilizar en una posible represalia contra Israel.» Un antiguo funcionario de inteligencia dijo a Hersh: «Dijimos a Israel: ‘Mirad, si tenéis que ir, os respaldamos en todo. Pero pensad que más vale que sea antes que después – mientras más esperáis menos tiempo tenemos para evaluar y planificar lo de Irán antes de que Bush abandone su puesto.'» La invasión seguida por la retirada el mes siguiente, no logró este objetivo, sino que fortaleció políticamente al aliado de Irán, Hezbolá.
El 6 de agosto, el Sunday Times de Londres, de Murdoch, informó que Irán había estado conspirando para obtener grandes cantidades de uranio del Congo. Pero Raw Story citó una fuente cercana a la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) que calificó la historia de «altamente improbable» y de «mal investigada.» (El mismo informe de Raw Story señaló que Abram Shulsky sigue informando regularmente a Cheney sobre Irán, sugiriendo una conexión entre el artículo del Times y el aparato neoconservador en Washington.)
A medida que los propugnadores israelíes de un ataque de USA contra Irán se ponían más y más nerviosos por la demora USamericana, acaloraron la retórica, acusando a Irán de planificar lo que Hitler no pudo lograr: la aniquilación de la judería. (En realidad, hay por lo menos 25.000 judíos iraníes, cuyas raíces datan de 2.500 años, y un representante judío en el Majlis.) En diciembre, el antiguo primer ministro israelí y dirigente del partido Likud, Benjamin Netanyahu, citó a setenta diplomáticos extranjeros en Israel a una reunión a fin de presionarlos para que se sumen a Israel en los esfuerzos por detener el programa nuclear de Irán. Según un informe en el periódico israelí Ha’aretz, la reunión fue «el primer evento en una campaña internacional de relaciones públicas. Incluirá una proposición para presentar una queja ante la Corte Internacional de Justicia contra el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad por crímenes de guerra, y se presentarán sus planes para cometer genocidio.»
«En 1938,» aseveró Netanyahu, «Hitler no dijo que quería destruir [a los judíos]; Ahmadinejad dice claramente que ésa es su intención, y no siquiera gritamos. Por lo menos llamadlo un crimen contra la humanidad. Tenemos que hacer que el mundo vea que el problema es en este caso un programa de genocidio.» El embajador saliente de USA ante la ONU, John Bolton, instó al Tribunal Internacional de Justicia Penal de la ONU a acusar a Ahmadinejad de «incitación al genocidio.» «Es hora de actuar,» dijo Bolton a un simposio de la Conferencia de Importantes Organización Judías USamericanas. «Nos están dando una advertencia anticipada, sin ambigüedades, de lo que son sus intenciones.» Es, desde luego, la pieza más grandiosa de desinformación infligida al público hasta la fecha, con un valor de conmoción que supera a la imagen de la «nube en forma de hongo sobre la Ciudad de Nueva York» utilizada para vender la guerra contra Iraq.
El 6 de diciembre el Grupo de Estudio Iraq (Comisión Baker-Hamilton) recomendó al presidente que iniciara una retirada gradual de Iraq y consultara con los vecinos de Iraq, incluyendo a Irán, para estabilizar el país. Hacia fines del mes varios iraníes incluyendo a dos que habían sido invitados al país por el vicepresidente iraquí Jalal Talabani fueron detenidos por fuerzas de USA, provocando críticas del propio régimen títere iraquí. USA acusó a los detenidos de complicidad en ataques contra tropas de USA o de la «Coalición.» Hacia fines de año tuvo lugar un sutil cambio de énfasis en el amplio programa de propaganda, de las actividades nucleares iraníes a su participación en muertes USamericanas.
2007
El 10 de enero, en una reacción muy esperada a las recomendaciones de la Comisión, Bush anunció que en lugar de seguirlas, escalaría la guerra y adoptarían una posición aún más antagónica hacia Irán. Declaró (sin evidencia) que la República Islámica estaba «suministrando apoyo material para los ataques contra tropas USamericanas» y permitiendo que «terroristas e insurgentes» utilizaran su territorio «para entrar y salir de Iraq.» «Desbarataremos los ataques contra nuestras fuerzas,» prometió. «Interrumpiremos el flujo de apoyo desde Irán… y buscaremos y destruiremos las redes que suministran armas avanzadas y entrenamiento a nuestros enemigos en Iraq.»
El 11 de enero, fuerzas dirigidas por USA penetraron en un edificio en la ciudad kurda de Irbil, que funcionarios iraníes e iraquíes consideran como un consulado iraní, con la bandera iraní, y detuvieron a 6 iraníes. «Creo que es instructivo,» declaró el general Peter Pace, jefe del Estado Mayor Conjunto, «que en el último par de semanas dos de estos allanamientos que hemos realizado para buscar a esos tipos que suministran estas clases de armas [EFP] – que dos de estos allanamientos hayan encontrado iraníes. Así que está claro que los iraníes son cómplices en el suministro de armas.»
En realidad no está claro de ninguna manera, y un anuncio planificado para suministrar detalles tuvo que ser retardado tres semanas cuando el gobierno reconoció que encaraba un problema de credibilidad. «Antiguamente,» dijo un funcionario gubernamental anónimo, «si el gobierno de USA se hubiera presentado y dicho: ‘tenemos esto, ésta es nuestra evaluación,’ gente razonable lo hubiera aceptado de inmediato. Eso nunca volverá a suceder.» Pero en Bagdad, el 12 de febrero, funcionarios de USA informaron a periodistas sobre el tema del apoyo iraní para los insurgentes iraquíes. Los periodistas, incluyendo a los de Associated Press, The New York Times, y Reuters, asistieron todos después de haber aceptado la condición de que ninguno de los tres funcionarios de USA participantes podía ser nombrado o incluso descrito en detalle. Prohibieron llevar a la sala de conferencias cualquier cámara o aparato de grabación, incluyendo teléfonos móviles.
Los funcionarios anónimos en esta, la más fantasmagórica, información de prensa anunciaron que la Fuerza Cuerpo-Quds de la Guardia Islámica Republicana, «que se cree» es controlada por el líder supremo de Irán, Ali Khamenei, había estado entregando EFP a Iraq desde 2004. El Washington Post informó por lo tanto: «Fuerzas iraníes de seguridad, que reciben órdenes de los ‘más altos niveles’ del gobierno iraní, están canalizando explosivos avanzados a grupos extremistas en Iraq, y las armas se han hecho cada vez más letales para las tropas dirigidas por USA durante los últimos dos años, dijeron el domingo altos funcionarios de la defensa en Bagdad. Tres funcionarios de defensa de la Fuerza Multinacional dirigida por USA en Bagdad, presentaron a los periodistas lo que describieron como un ‘creciente conjunto de pruebas’ de que Irán fabrica y exporta a Iraq los explosivos penetradores de blindaje conocidos como ‘proyectiles formados por explosión,’ o EFP, que han matado a más de 170 soldados de la coalición, y herido a más de 620, en los últimos dos años.» El New York Times puso en sus titulares la historia de las armas iraníes durante dos días seguidos, aunque los editores señalaron que el caso era débil, y que la oportunidad del anuncio era sospechosa.
El propio ministro de exteriores adjunto (títere) iraquí cuestionó las acusaciones. Labeed M. Abbawi declaró al Washington Post, que el gobierno iraquí seguía ignorándolo todo. «Es difícil para nosotros, aquí en los círculos diplomáticos,» declaró,» aceptar simplemente cualquier cosa que las fuerzas USamericanas dicen que es evidencia. Si tienen algo realmente concluyente, deberían presentarse y decirlo abiertamente, entonces partiremos desde ese punto y utilizaremos canales diplomáticos» para discutirlo con Irán. Varios funcionarios iraquíes instaron a USA a no continuar su querella con Irán en su país. Mientras tanto, el general Peter Pace, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que no sabía si el propio gobierno iraní estaba suministrando material EFP a iraquíes. «Lo que no significa [el informe de Bagdad] es que sea seguro que el gobierno iraní, esté directamente involucrado en que se haga esto,» declaró. «Lo que dice es que cosas hechas en Irán son usadas en Iraq para matar a soldados de la coalición.»
Pero el propio Bush en su conferencia de prensa del 14 de febrero dijo a los periodistas que «sabemos que» la Fuerza Quds suministra armas, y que la Fuerza Quds forma parte del gobierno iraní. «Es un hecho conocido,» declaró. «Si Ahmadinejad ordenó que la Fuerza Quds haga esto, no creo que lo sepamos. Pero sabemos que están allí y tengo la intención de hacer algo al respecto. Y he pedido a nuestros comandantes que hagan algo al respecto. Vamos a proteger a nuestros soldados.»
Funcionarios israelíes (que seguramente gozan de la confianza de Washington) siguen insistiendo en que no hay tiempo que perder para terminar con la amenaza genocida que es Irán. Uri Lubrani, ex embajador israelí ante el Irán del Shah y ahora alto consejero del Ministro de Defensa Amir Peretz, dijo recientemente al Consejo de Directores de la Agencia Judía que USA «no comprende la amenaza y no ha hecho lo suficiente,» agregando que «hay que sacudir a USamericanos y europeos para que se despierten.» O sea, hay que hacer que los USamericanos teman, hay que desengañarlos de su sentido común y de sus escrúpulos morales, hay que obligarlos a compartir la paranoia.
La insulsa observación del nazi Hermann Goering, hecha durante los procesos de Nuremberg, vale una frecuente repetición. «Siempre hay que llevar a la gente a hacer lo que desean los dirigentes. Es fácil. Todo lo que tienes que hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por falta de patriotismo y por exponer al país al peligro. Funciona del mismo modo en todos los países.» Todo lo mencionado conforma un caso de que Irán, un país en desarrollo, ataca a USA, la única superpotencia del mundo, y a Israel, un país próximo a los corazones de muchos USamericanos. Todo esto convierte a Irán en el agresor, a USA e Israel en las víctimas. No importa que Irán nunca haya atacado a otra nación en nuestros tiempos, o que un ataque contra USA o Israel resultaría en horribles consecuencias para la República Islámica.
La campaña de desinformación evade la lógica, apuesta a que el miedo de por sí producirá el apoyo popular. Anticipa el eventual descubrimiento de sus mentiras y charadas, pero calcula que el logro de sus heroicos objetivos hará que todo embarazo valga el esfuerzo. Así que ¿qué pasa si después de atacar a Irán con bombas nucleares, después de limpiar los escombros, descubrimos que Irán no tenía un programa militar nuclear? Tal vez en todo caso no quede evidencia de cosa alguna. Tal vez ésa sea la radiante belleza del plan.
No esperes que los neoconservadores que instan al ataque contra Irán se disculpen después del evento, no importa cuán catastróficas sean las consecuencias. Considera la respuesta de Douglas Feith ante el informe del inspector general del Pentágono de que su Oficina de Planes Especiales pregonó afirmaciones sobre Iraq «no apoyadas por la inteligencia existente» a fin de llevar a USA a una guerra sangrienta.
«Todo eso era erróneo, ¿verdad?» la preguntó hace poco a Feith, Chris Wallace en el ambiente más amistoso imaginable para los neoconservadores, Fox News studio.
«No, para nada,» respondió Feith. «Existía inteligencia sustancial… Había mucha información por ahí.»
Mucha información, por cierto. Montones de material que creer y temer. Es como funciona, una y otra vez, en la historia del imperialismo de USA. Desde el hundimiento español imaginario del USS Maine al Incidente del Golfo de Tonkín, hasta las ADM de Sadam Husein, hasta los planes iraníes de genocidio. La desinformación tiene una prolongada y orgullosa historia de buen funcionamiento cuando es utilizada por hombres amorales, inescrupulosos, tal vez insanos, que poseen el poder estatal. ¿Funcionará una vez más?
* EFP = Proyectil formado por explosión
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Gary Leupp es profesor de historia en la universidad Tufts, y profesor adjunto de religión comparativa. Es autor de «Servants, Shophands and Laborers in in the Cities of Tokugawa Japan»; «Male Colors: The Construction of Homosexuality in Tokugawa Japan»; y «Interracial Intimacy in Japan: Western Men and Japanese Women, 1543-1900.» También es colaborador de la implacable crónica de CounterPunch de las guerras contra Iraq, Afganistán y Yugoslavia: Imperial Crusades.
Para contactos, escriba a: [email protected]
Fuente: http://www.counterpunch.org/leupp02172007.html
Germán Leyens es miembro de Rebelión y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente con fines no lucrativos, a acondición de respetar su integridad y de mencionar a la autora, al traductor y la fuente.