El pasado 11 de Julio el Director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica publicaba un informe actualizando la situación de la tecnología nuclear. Dice que en el Mundo hay 440 centrales nucleares en 30 países produciendo, en 2004 el 16% de la energía eléctrica. En cabeza EE UU con 104 centrales que producen […]
El pasado 11 de Julio el Director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica publicaba un informe actualizando la situación de la tecnología nuclear. Dice que en el Mundo hay 440 centrales nucleares en 30 países produciendo, en 2004 el 16% de la energía eléctrica. En cabeza EE UU con 104 centrales que producen el 20% de su energía eléctrica, le siguen Francia con 59 y el 78,1%, F. Rusa con 31 y el 15,6%, Japón con 54 y el 29,3%, Reino Unido con 23 y el 19,4%, Corea del Sur con 19 y el 38% y a continuación Alemania, Canadá, Ukrania, India, etc. España con 9 centrales y el 22,9% de energía eléctrica de origen nuclear. Indica también que hay 26 centrales en construcción de las que precisamente adjudica una a Irán. Habla también de los costes comparativos con otras fuentes de energía, del descenso de la producción de Uranio y del desorbitado crecimiento de su precio y de todas las aplicaciones de lo nuclear; en medicina, radioterapia, alimentación, agricultura, cambio climático y de las aplicaciones más diversas en curso o en fase de investigación. Dedica, como no, una docena de renglones a la no proliferación de armas nucleares, principalmente lo relativo al enriquecimiento del combustible nuclear, necesario para cualquier aplicación, pero sin mencionar ninguno, ni siquiera el Uranio.
La segunda consideración sobre este tema y más importante para mejor considerar la situación internacional, son los arsenales de armas atómicas y aunque los datos disponibles sean sólo aproximados. De las casi 20.000 cabezas nucleares existentes (30.000 según otros), más de la mitad están en poder de EE UU, el 40% en la Federación Rusa y casi mil en los otros tres miembros del Consejo de Seguridad de la ONU; China, Francia y Reino Unido. Con una treintena cada uno India y Pakistán y con algo más de 200 Israel, propiedad, seguramente, de su valedor estadounidense. Corea del Norte ha confirmado que sí tiene, y se supone que dos o tres.
Esta bomba, como cualquier otra, ha de ir acompañada de otras tecnologías sin las cuales tiene poca o muy poca utilidad. Los mísiles con alcance necesario, submarinos, antimisiles propios o enemigos, bases estratégicas para su lanzamiento y los elementos de control; radares, aviones y satélites son los que complementan realmente la belicosidad y peligro nuclear de cada país.
El Tratado de No Proliferación Nuclear, en vigor desde 1970, se refiere a las armas -no a su uso con fines pacíficos- y al desarme de las potencias que entonces y ahora están con los arsenales a rebosar y lideran la actual capacidad y amenaza destructiva. El informe, no menciona el fracaso de la reunión quinquenal de NNUU sobre la no proliferación y desarme, celebrada el mes de Mayo, que concluyó sin acuerdo alguno dada la actitud beligerante de Bush, de no renunciar al ataque preventivo con armas nucleares, su decisión de seguir mejorando su armamento nuclear y por supuesto no acatar el propio Tratado.
De los países en el «eje del mal» el más importante y más acosado es Irán. Las referencias siempre peyorativas a Ahmadineyad -el presidente más electo de la zona- o a las noticias relacionadas con Irán y su entorno, demonizando a todo el país y a su gente. Irán, con 70 millones de habitantes, 1,6 millones de kilómetros cuadrados de complicada orografía con cordilleras de cinco mil metros, con convenios con China e India y con las ambicionadas segundas reservas mundiales de petróleo y gas, cada vez están más lejos de la órbita estadounidense quiénes saben además, que esto no es Siria, ni Líbano, ni Palestina, ni siquiera Iraq, es más complicado. Irán es el país de la zona con más presente y futuro democrático -o el menos antidemocrático-, con más probabilidades de emerger, con medios y con gente para salir adelante, aunque les quede aún un largo camino.
¿A quién amenaza y a quién puede atacar Irán? Sólo se discute y está en juego la posesión de los recursos energéticos e impedir que no se constituya en referente de la zona, nada menos.