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Islas Maldivas, en el radar del Daesh

Fuentes: Rebelión

La aparición de grupos fundamentalistas en Maldivas, era solo una cuestión de tiempo dada la importante cantidad de combatientes de ese país que se detectaron en la guerra siria, pertenecientes a diferentes khatibas (brigadas) del Daesh y el grupo Hay’at Tahrir al-Sham (Organización para la Liberación del Levante) anteriormente conocida como Frente al-Nusrah, la antigua membresía de al-Qaeda en Siria, incluso se han detectado combatiente maldivos en el al-Qaeda de Pakistán. Según algunas agencias de inteligencia internacionales Maldiva es el país que per cápita más muyahidines, ha aportado en el mundo a los grupos extremistas de Siria e Irak.

El pasado miércoles 15, se conoció, que el Daesh realizó su primer ataque en Maldivas, un pequeño archipiélago, compuesto por una 1200 isla e islotes, ubicado a 450 kilómetros al sureste de India en mar Arábigo Indico, de 345 mil habitantes, en su inmensa mayoría musulmanes sunitas, según lo informó la publicación oficial de la banda terrorista al-Naba.

Si bien la operación, solo produjo daños materiales ya que se destruyeron cuatro lanchas rápidas, una ambulancia marítima y dos botes, atracados en la isla Mahibadhoo, del atolón de Alif Dhaal, pertenecientes al gobierno “apóstata de Maldivas” según la publicación de al-Naba, sin dejar ni muertos ni heridos. El pasado 22 de marzo, otra lancha policial fue destruida intencionalmente en el puerto de Gan, en el atolón de Laamu, pero en esa oportunidad ninguna organización extremista asumió la responsabilidad del hecho.

Si bien el ataque no tuvo mayores consecuencias, deja bien en claro que los takfiristas ya están instalados en el archipiélago, por lo que con seguridad se podrían esperar nuevas acciones.

Para los medios locales y las autoridades de la ciudad Malé, capital del país, los barcos incendiados de manera intencional, es una acción contra las autoridades por una investigación que está tramitando acerca de narcotráfico y extremismo religioso.

Esta primera acción formal del Daesh, que requirió cierta estructura, podría tener un antecedente, no muy claro, en un ataque contra dos ciudadanos chinos y un australiano en febrero pasado, en la isla de Hulhumale, cuando dos hombres que se movilizaban en una moto, atacaron a cuchillada a los tres extranjeros. Finalmente los dos atacantes junto a otra persona fueron detenidos.

A fines de octubre último, las autoridades de maldivas, detuvieron a Mohamad Ameen, de 35 años, al que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos tiene apuntado como jefe de una red de reclutadores del Daesh, que han movilizado una importante cantidad de jóvenes locales a Siria y Afganistán. Los agentes de Ameen, con la apariencia de clases de religión, las que impartían cerca de a diez por semana, en diferentes lugares del archipiélago y fundamentalmente en Malé, donde se sondeaba la voluntad de los posibles futuros muyahidines. Se conocí que los reclutadores también tenían fluidos contactos con miembros de las pequeñas bandas juveniles dedicadas a diferentes tipos de delitos, como la venta minorista de droga, robos, arrebatos de cuyos miembros varios fueron cooptados.

Mohamad Ameen, además de su trabajo como reclutador, ha sido acusado en septiembre pasado por el Pentágono, de ser uno de los líderes del cada vez más activo frente del Daesh Khorasan, que opera en una amplia franja de Afganistán, Pakistán e India.

El emir Ameen, había empezado a ser investigado por las autoridades locales en septiembre de 2007, sospechado, de ser el responsable del primer ataque explosivo registrando en el país, contra las instalaciones del Sultan Park, en Malé, donde una docena de turistas resultaron con heridas leves. Más allá de la conmoción producida por ser la primera acción registrada, llamó la atención que fue próximo a una base secreta de la fuerza de seguridad. Tras el atentado del miércoles el jefe de la investigación declaró: “Los ataques recientes cometidos por extremistas religiosos, es un indicio que la organización pretende aprovechar l la pandemia de COVID-19, para infiltrase en el país, dado que la máxima atención está puesta en el control de la situación sanitaria”.

Muyahidines maldivos en las guerras del califato

En junio, pasado en un llamamiento de los musulmanes maldivos, a diferentes organismos internacional reclamó, ayuda para que unos 160 ciudadanos de ese país, detenidos, junto a miles de combatientes wahabitas en diferentes campos de prisioneros sirios, tras la derrota de Daesh. Esta cifra no deja de ser significativa, si se tiene en cuenta los que han están libres y los posibles muertos, para un país con apenas 345 mil habitantes.

Las islas Maldivas han sido desde el principio de las diferentes guerras establecidas por las organizaciones fundamentalistas en contra naciones musulmanas: como un campo propicio para el reclutamiento de jóvenes combatientes. Para mediados de 2014, cuando se produjeron en Malé nutridas manifestaciones a favor del recién constituido Daesh, y por la instauración de la sharía (ley coránica) ya eran 200 los muyahidines del archipiélago que combatían en Siria, la gran mayoría ex integrantes de las fuerzas de seguridad, donde el islam radical, sigue teniendo gran aceptación. Lo que llama la atención de los diferentes servicios de inteligencia extranjeros.

En los primeros años de la creación del Daesh, era frecuente ver en las calles de la ciudad las banderas negras de la organización fundada por Abu Bakr al-Bagdadí, apenas unos meses antes, al tiempo que lo militares presionaron al gobierno para que se les permitiera usar barba, un símbolo de distinción para todos los integristas, a lo que el entonces presidente Abdullah Yameen (2013-2018), ya muy debilitado por cuestiones de política interna, tuvo que permitir.

En abril de 2017, el bloguero Yameen Rasheed, de 29 años, fue asesinado, en Malé, por su prédica contra el fundamentalismo islámico y el gobierno local. Rasheed, quien había recibido numerosas amenazas y en más de un ocasión fue detenido en medio de protestas antigubernamentales, fue encontrado a las tres de la mañana caído en las escaleras del edificio en que vivía, con dieciséis heridas, todas de arma blanca.

Que concluyeron que en endurecimiento de las doctrinas conservadora, en contradicción de las tradiciones liberales de las islas, se debía a la afluencia de los fondos saudita, que pagaban imanes y crearon madrassa y mezquitas, para la difusión de wahabismo, hecho que se replica en casi todo el mundo musulmán e incluso muchas naciones de occidente. Todavía Riad sigue influyendo en la política interna del archipiélago. En 2018 Maldivas recibió una donación de los gobiernos de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EUA) por de 160 millones de dólares para proyectos de desarrollo, que incluye la construcción de un aeropuerto y la expansión de su industria pesquera.

De instalarse la presencia terrorista en el archipiélago, sería un golpe demoledor para el país, cuya fuente más importantes de ingresos es el turismo de muy alto nivel económico, que se calcula en poco más de millón de visitantes al año, dada la calidad de sus playas, que se sumaría a las restricciones que va a tener el mundo una vez superado el Covid-19, donde el turismo, fundamentalmente, será el sector, que va a ser el último en restablecerse su actividad, por lo que le esperan a Maldivas, dos o tres años de fuertes zozobras económicas.

Todavía es pronto, para establecer si el ataque del miércoles 15, representa el establecimiento de un nuevo intento del Califato, por establecer una cabecera de playa, como y de ser así, sí le fuera posible sostenerlo, como ya a lo ha logrado en Mozambique, el último frente abierto por los terroristas, que desde mediados de 2018, comenzando con pequeñas acciones, se ha convertido ahora en una espectral realidad para el castigado país africano. Sea que pueda instalarse o consigan desactivarlo, una cosa si es muy concreta, la comandancia central del Daesh, ha puesto bajo su radar al a la república de Maldivas.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.