Japón va a estar sin energía nuclear por tercera vez en más de cuatro décadas y sin que haya una fecha concreta para volver a poner en marcha la fuente energética que aportaba casi un 30 por ciento de la electricidad de la tercera mayor economía del mundo. El reactor número cuatro de la central […]
Japón va a estar sin energía nuclear por tercera vez en más de cuatro décadas y sin que haya una fecha concreta para volver a poner en marcha la fuente energética que aportaba casi un 30 por ciento de la electricidad de la tercera mayor economía del mundo.
El reactor número cuatro de la central de Ohi de Kansai Electric Power, con capacidad de 1.180 megavatios, será desconectado de la red eléctrica la noche del domingo (hora local) y posteriormente cerrado para realizar obras de mantenimiento.
De los casi 50 reactores que tiene Japón, el de Ohi es el único que seguía en activo tras la paralización de la industria nuclear después del desastre de Fukushima en marzo de 2011.
La última vez que Japón cortó la energía nuclear fue entre mayo y junio de 2012 – la primera vez desde 1970 -, un año después de que un poderoso terremoto y su posterior tsunami provocaran un colapso del reactor y filtraciones de radioactividad en la central de Fukushima.
Antes de Fukushima, los reactores nucleares suponían casi un tercio de la electricidad que emplea la economía japonesa, que tiene un Producto Interior Bruto de unos cinco billones de dólares. Desde entonces, las empresas de energía han tenido que emplear miles de millones de dólares en la importación de petróleo, gas y carbón para compensar su desaparición.
En 2011, Japón sufrió su primer déficit comercial en más de tres décadas. En julio de este año registró el tercer mayor déficit comercial de su historia, 1,02 billones de yenes (unos 7.800 millones de euros), ya que la debilidad del yen y los altos precios del petróleo encarecieron las importaciones de energía.
En julio, varios operadores nucleares presentaron una solicitud para reactivar los reactores bajo las nuevas normas aprobadas tras Fukushima. Pero es improbable que se les concedan, ya que el regulador quiere demostrar a los escépticos japoneses que la seguridad es un asunto muy serio.
Las proyecciones de la industria para la reactivación varían entre diciembre de este año y mediados de 2014. El Gobierno del primer ministro Shinzo Abe señala la reducción de los costes del combustible como una parte clave de sus planes de reforma económica.
Pero sondeos de opinión muestran que la mayoría de los japoneses quiere que se termine la dependencia de la energía atómica y se opone a que se la vuelva a utilizar.
«El argumento de que la falta de energía nuclear merma la economía sería miope, (…) si se produjera otra tragedia como Fukushima, Japón sufriría daño colateral y perdería la confianza global», afirmó Tetsunari Iida, jefe del Instituto para Políticas de Energía Sustentable y experto en energía renovable.
«En la nueva economía, cuanto menos uses la energía, más valor añadido tiene. El gran coro de la energía nuclear está entorpeciendo los esfuerzos para ir hacia una economía nueva, más abierta».
Japón consume alrededor de un tercio de la producción mundial de Gas Natural Licuado, y probablemente impulsará la demanda a niveles récord durante los próximos años.
Treinta meses después de Fukushima, el Gobierno aún tiene problemas para elaborar una política energética a largo plazo , un retraso que está teniendo consecuencias profundas en la economía y que pone de manifiesto lo caro que sería un futuro sin nuclear.