La carta que el presidente Evo Morales remitió a la IV Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, constituye un documento histórico que vale la pena analizar para indagar si efectivamente es un instrumento subversivo y atentatorio contra la soberanía del estado peruano. La Carta, por el contrario tiene el carácter de un mensaje […]
La carta que el presidente Evo Morales remitió a la IV Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, constituye un documento histórico que vale la pena analizar para indagar si efectivamente es un instrumento subversivo y atentatorio contra la soberanía del estado peruano.
La Carta, por el contrario tiene el carácter de un mensaje de humanidad, de defensa de la vida, de la tierra, de los recursos naturales, de las naciones y pueblos que viven en consonancia con la naturaleza y por ello mismo, no puede confundirse con un instrumento sectario.
Copiamos algunos párrafos que constituyen, en realidad verdaderas enseñanzas de respeto a la supervivencia del género humano y de nuestro planeta.
«Hoy en día, sentimos los efectos devastadores del sistema capitalista transnacional neoliberal que destruye aceleradamente nuestro planeta….
El sistema capitalista, imperialista y colonial, se basa en formas de vida de dominación, sometimiento y subordinación de unos sobre los otros. Por eso, hermanas y hermanas, para preservar el planeta, la vida y la propia especie humana, debemos enfrentar al capitalismo….»
La censura del capitalismo y de su forma imperial tiene un carácter general, teórico y político y no tiene nada que ver concretamente con el Gobierno peruano. Es pues una postura muy digna de anticapitalismo y anti-imperialismo que caracteriza a nuestro gobierno y al proceso de cambio que representa en estos momentos Evo Morales. Vincular estos puntos de vista tan generales y al mismo tiempo tan nobles con una coyuntura política de un país determinado es realmente una verdadera aberración.
«Nos dijeron que hubo descubrimiento cuando hubo una invasión, que hubo una conquista cuando hubo un genocidio…..La historia oficial ha pretendido que olvidemos que durante esos siglos resistimos y nos rebelamos. Nosotros somos herederos de los Amaru, las Bastidas, los Apaza, los Katari, las Sisas y tantos otros….»
Como un avanzado catedrático de historia crítica Morales, destaca la lucha centenaria de los pueblos de nuestra Abya Yala contra el agresor extracontinental. ¿Quién podría objetar estos razonamientos históricos que son la expresión más cabal de las luchas liberadoras de los indígenas de todo nuestro continente? ¿Qué tienen que ver estos párrafos singulares y profundos con el miserable gobierno peruano de Alan García?
«No olvidemos que para la liberación de nuestros pueblos, debemos reconocer que la tierra no nos pertenece, sino más bien nosotros pertenecemos a la tierra….»
A propósito de este párrafo, ¿cómo no recordar la célebre carta del Cacique Piel Roja Seattle, dirigida al Presidente norteamericano Pierce cuando le dice que «la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra»? (*)
A continuación tenemos los párrafos más criticados pero que constituyen la posición ideológica propia del presidente en cuanto al problema político:
«Nos toca ahora garantizar nuestros derechos y los derechos de la Madre Tierra a través de la toma democrática del poder….»
¿Se puede sostener con la mínima seriedad que el documento del Presidente es subversivo, cuando está planteando precisamente aquello de la toma del poder por las vías democráticas? Por otro lado, ¿tiene algo que ver esta declaración democrática con los conflictos del genocida García con su propio pueblo.
Finalmente esta histórica Carta del Presidente, concluye con una declaración revolucionaria y de profundo contenido democrático, porque la verdadera revolución es el hecho democrático más profundo en la historia de los pueblos:
«Este es el momento para que todos sepan que nuestra lucha no termina, que de la resistencia pasamos a la rebelión y de la rebelión a la revolución. Este es el momento de la segunda y definitiva independencia….»
Evo Morales, emulando con el viejo Fidel que cuando tomaba al poder en Cuba en 1959, anunciaba para América Latina su segunda y definitiva independencia, proclama ahora nuevamente a medio siglo de distancia, la aspiración suprema de nuestros pueblos
Efectivamente América Latina, el Caribe y las Antillas, esperan su Segunda Independencia, ya que la primera, la del siglo XIX, ha sido embargada y confiscada por una patria del criollo y el mestizo que la desnaturalizaron por completo.
Suscribimos entusiastamente la «Carta del Presidente» constatando que el ridículo y miserable gobierno peruano del genocida Alan García está escupiendo a la luna cuando se siente aludido directamente por la memorable Carta.
La Carta esta ubicada a miles de kilómetros de altura con respecto a ese engendro de la maldad y el crimen que representa el actual régimen peruano.