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Según grupos de la etnia Karen

La crisis de personas desplazadas en el sureste de Myanmar requiere una respuesta humanitaria local

Fuentes: Myanmar Now
Traducido para Rebelión por Cristina Alonso

Las organizaciones comunitarias sugieren que el número de personas desplazadas internas duplica las estimaciones de las agencias de la ONU, cuyo acceso a la región continúa restringido por la junta militar

Información publicada recientemente por organizaciones comunitarias de la etnia Karen indican que el número de personas desplazadas en el sureste de Myanmar, desde el golpe de estado de 2021, posiblemente es más del doble que las cifras facilitadas por la ONU.

Representantes de la Red Karen de Apoyo para la Paz (KPSN, por sus siglas en inglés) informaron el 27 de octubre que más de 347.500 personas se habían visto obligadas a huir de sus hogares debido a las ofensivas militares en los siete distritos de Kawthoolei, territorio predominantemente poblado por personas de la etnia Karen y que incluye todo el estado Karen y partes del estado Mon y las regiones de Bago y Tanintharyi.

«Nuestros miembros trabajan muy estrechamente con las personas desplazadas internas sobre el terreno. Por eso tenemos estos datos», comunicó a Myanmar Now Saw Lay Ka Paw, de la KPSN.

El lunes, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés) informó que había un total de 169.700 personas desplazadas internas en la región, que incluía los estados Karen y Mon, Tanintharyi y la zona oriental de Bago, un área mucho mayor que la descrita por la KPSN.

La OCHA no respondió a la pregunta específica de Myanmar Now sobre la discrepancia en el número de personas desplazadas internas, pero el 28 de octubre comunicó que la agencia «permanecía y prestaba [servicios de ayuda] a pesar de los graves problemas de acceso y la escasez de financiación en Myanmar, incluyendo el sureste del país».

Duncan McArthur, director del programa para Myanmar del Border Consortium, alianza de organizaciones humanitarias internacionales que trabaja con poblaciones afectadas por conflictos en la región, confirmó que el número de personas desplazadas «podría ser el doble de la estimación de la OCHA», citando documentación de múltiples grupos sobre el terreno.

«Estimar el número de personas desplazadas internas siempre es difícil, especialmente en el caso de las personas que están dispersas y no están en campamentos», dijo a Myanmar Now. «Sin embargo, cada vez existen más datos que sugieren que la OCHA está subestimando enormemente la escala y la distribución del desplazamiento interno en Myanmar».

La información ha planteado dudas sobre qué organizaciones tienen el acceso necesario para distribuir ayuda a las personas desplazadas en la región en lo que, según la KPSN, es una «emergencia humanitaria» en curso.

En un informe en línea de la semana pasada, la red señaló que, desde el golpe de febrero de 2021, las organizaciones comunitarias Karen, sobre todo los grupos trabajando en la frontera con Tailandia, habían entregado 8,7 millones de dólares en ayuda alimentaria a personas desplazadas internas, pero que se necesitaban 17 millones más para cubrir sus necesidades durante el próximo año.

Naw K’nyaw Paw, secretaria general de la Organización de Mujeres Karen, describió esta estructura de ayuda como descentralizada, lo que implica la coordinación entre las redes locales y los comités de respuesta de emergencia de la Unión Nacional Karen, un organismo administrativo de la minoría étnica opuesto al gobierno militar. Señaló que en los últimos 30 años se han suministrado a través de estos mecanismos alimentos, especialmente arroz, por valor de 32 millones de dólares a aproximadamente 1,7 millones de personas en zonas afectadas por el conflicto «sin beneficiar a los anteriores regímenes militares ni a la junta actual».

Sin embargo, este sistema de suministro de ayuda ha sido «ignorado en gran medida por los donantes internacionales», informó, y añadió que la mitad de la financiación para la ayuda alimentaria desde el golpe procedía de mecenas privados.

Varias agencias de la ONU han sido criticadas por defensores de los derechos y organizaciones de la sociedad civil por llevar a cabo operaciones de ayuda en Myanmar bajo la supervisión de la junta militar. Se trata de un enfoque que, según opositores, da legitimidad al régimen golpista y no permite el acceso a las enormes poblaciones desplazadas fuera de las zonas controladas por el ejército.

La accesibilidad de las Naciones Unidas a la mayor parte del sureste de Myanmar fue clasificada como «difícil» o «muy difícil» en la actualización de mitad de año del Plan de Respuesta Humanitaria para Myanmar elaborado por la OCHA.

Operar en las zonas de conflicto «sigue siendo un reto debido a que las autoridades de facto niegan las autorizaciones de viaje para las operaciones a gran escala en las zonas que están fuera de su control», comunica el informe de junio.

En la declaración de la OCHA a Myanmar Now, un representante dijo que la agencia había proporcionado asistencia, durante el primer semestre del año, a 500.000 personas en el sureste de Myanmar, pero no ofreció más detalles sobre las personas beneficiarias o sobre el tipo de ayuda.

La agencia reconoció que «las restricciones de acceso nos impiden llegar a todas las personas que necesitan ayuda» y que «se comprometerán con todas las partes interesadas para eliminar las restricciones de acceso que retrasan la ayuda a las personas necesitadas».

La mayor parte de la asistencia alimentaria que se distribuyó en el marco del Plan de Respuesta Humanitaria durante el mismo periodo se destinó a 2,2 millones de personas, en su mayoría pertenecientes a «poblaciones vulnerables distintas de las personas desplazadas internas » en zonas urbanas, especialmente en Rangún.

Según la OCHA, hasta el lunes sólo se había recaudado el 22% del enorme presupuesto de 826 millones de dólares del Plan de Respuesta Humanitaria. Sin embargo, proveedores locales de ayuda han señalado que, aunque se cumplan los objetivos de financiación, es probable que continúe la falta de acceso de los organismos de implementación a las comunidades situadas fuera de los territorios controlados por la junta militar.

«La mayoría de las personas desplazadas internas se encuentran en las zonas de la oposición [al ejército de Myanmar], y el equipo de la ONU en el país necesita el permiso de los militares para entregar la ayuda», dijo Saw Alex Htoo, otro representante de la KPSN. Saw Alex Htoo solicitó a las instituciones internacionales que «reestructuren» su trabajo para incluir a los grupos fronterizos.

«La entrega de ayuda humanitaria desde Rangún se enfrenta a muchas limitaciones. La ayuda entregada a través de las ciudades no alcanzará a estas personas desplazadas».

Nota de Edición: Este artículo se actualizó en la tarde del 31 de octubre para incluir los datos más recientes de la agencia de las Naciones Unidas OCHA, que se dieron a conocer después de la publicación inicial. Sugiere que 7.100 personas más fueron desplazadas en la región desde el informe publicado por la agencia el 1 de octubre.

Fuente original en inglés: https://www.myanmar-now.org/en/news/displacement-crisis-in-southeastern-myanmar-requires-local-humanitarian-response-karen-groups