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La derecha neoliberal desembarca en la ciudad natal del Che Guevara

Fuentes: Gara

Cuando apenas restan poco más de dos meses y medio para la inauguración del primer monumento al Che Guevara en Argentina en el marco del ochenta aniversario de su natalicio, la denominada Fundación Internacional por la Libertad (FIL), espacio de encuentro de los sectores más recalcitrantes del universo liberal y presidida porel inefable Mario Vargas […]

Cuando apenas restan poco más de dos meses y medio para la inauguración del primer monumento al Che Guevara en Argentina en el marco del ochenta aniversario de su natalicio, la denominada Fundación Internacional por la Libertad (FIL), espacio de encuentro de los sectores más recalcitrantes del universo liberal y presidida porel inefable Mario Vargas Llosa, decidió desesembarcar en Rosario en los últimos días de marzo.

El objetivo formal era celebrar el seminario «Los desafíos de América Latina: entre las falencia institucionales y las oportunidades de desarrollo», aprovechando el veinte aniversario del FIL. El fin, según los propios organizadores, sería «analizar y debatir las perspectivas políticas, económicas y sociales de América Latina, considerando las particulares condiciones de la región, en donde coexisten experiencias alentadoras con modelos autoritarios y anacrónicos».

Alojados en el lujoso y exclusivo hotel Ros Tower y gozando de una protección policial de máximo nivel, se congregaron algunos de las personalidades más destacadas de la derecha política e intelectual latinoamericana, española y norteamericana. Roger Noriega, ex subsecretario de Estado para América Latina y figura clave en los ochenta en la financiación de la contra nicaragüense; Francisco Flores, ex presidente de El Salvador y miembro del partido que fundó los escuadrones de la muerte en aquel país; Carlos Alberto Montaner, furibundo militante contra la Revolución cubana y sospechoso de pertenencia a la CIA; Mario Vargas Llosa, novelista que pasó de defender con pasión la Revolución en la mayor de las Antillas en su juventud a apoyar entusiastamente la ocupación estadounidense de Irak en su madurez; Jorge Castañeda, ex izquierdista reconvertido en pragmático canciller del gobierno conservador de Vicente Fox en México; y José María Aznar, integrante del trío de las Azores que dio el anuncio oficial de la invasión de Irak, son sólo algunos de los ínclitos personajes que se dieron cita en la cumbre neoliberal.

Precisamente el citado ex presidente del Gobierno español, fue el encargado de clausurar el evento, reiterando los clásicos posicionamientos que siempre le han acompañado: defensa irrestricta de la doctrina de la guerra preventiva (en esta ocasión apoyando la injerencia del gobierno colombiano en territorio ecuatoriano); rechazo categórico a lo que califican como «populismo revolucionario», y por lo tanto, a la figura de Hugo Chávez; y propaganda entusiasta de los Tratados de Libre Comercio. Pero el acto central del seminario y plato fuerte del encuentro fue la Conferencia multilateral en la que participaron cinco ex presidentes de la región: Vicente Fox (México), Francisco Flores (El Salvador), Jorge Quiroga (Bolivia), Luis Alborto Lacalle (Uruguay), Osvaldo Hurtado (Ecuador). Recordados por sus prácticas radicalmente neoliberales y por el bajo nivel de popularidad que cosecharon, aprovecharon la oportunidad para recordar con nostalgia la pasada década del noventa, cuando los lineamientos del Consenso de Washington eran hegemónicos.

Pero sobre todo, dedicaron una gran parte de sus discursos a descargar su ira contra el liderazgo del presidente venezolano Hugo Chávez, actitud que fue calificada por algunos analistas como de obsesión patológica hacia la figura del mandatario bolivariano.

Verdadero objetivo

De cualquier manera, el seminario organizado por el FIL no se puede entender como un acto meramente académico y mucho menos aislado, sino como una actividad de clara orientación político-ideológica, en el marco de una estrategia de largo alcance que tiene como objetivo principal configurar una estructura estable donde confluyan las principales fuerzas de la derecha neoliberal latinoamericana, con el apoyo decidido y sistemático de sus homónimos de Europa y Estados Unidos.

De hecho, tampoco lo ocultan, ya que hace varios meses reconocieron expresamente que buscaban consolidar una «Internacional Liberal» que enfrentase con eficacia la deriva progresista e izquierdista del subcontinente.

Hace aproximadamente cinco años, Enrique Krauze, uno de los representantes más incisivos de la FIL, alertaba que de los clásicos «cuatro paradigmas del atraso histórico», dos habían casi desaparecido (el «militarismo» y el «marxismo revolucionario»), pero otros dos habían recobrado fuerza (el «populismo radical» y el «estatismo»).

Paralelamente, Vargas Llosa padre e hijo, Aplinio Apuleyo y Carlos Alberto Montaner, publicaban hace una década uno de los textos más provocadores y apologéticos del neoliberalismo de la región, bajo el título de «El manual del perfecto idiota latinoamericano», donde a la vez de mofarse de millones de compatriotas por su histórica «enfermedad izquierdista», abogaban radicalmente por los principios del libre mercado, la privatización y el individualismo más extremo.