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La persecución de los bolcheviques en Rusia

La histeria del fiscal

Fuentes: Sovietskaya Rossia

Introducción y traducción del ruso por Josafat S.Comín.

En el mes de agosto pasado, varios jóvenes activistas del Partido Nacional Bolchevique, cuya media de edad ronda los 20 años, irrumpieron en el edificio del Ministerio de Salud de la Federación Rusa. Querían protestar contra la política antisocial del gobierno Putin, y la supresión de las ventajas sociales para los sectores más desfavorecidos de la población. Siete de estos jóvenes lograron llegar hasta el mismísimo despacho del ministro. Detenidos y encarcelados por vandalismo, tras cinco meses de espera, se hizo pública la sentencia este lunes pasado. En una decisión sin precedentes, se les condena a todos ellos a 5 años de reclusión en una Colonia de régimen especial. Una sentencia absolutamente desproporcionada a los hechos que se les imputan.

Pero lo más interesante ocurrió a la salida del tribunal tras dar lectura a la sentencia.

He aquí el relato del corresponsal de Sovietskaya Rossia:

El fiscal, que no se había dignado a estar presente durante la lectura de la sentencia, conversaba con la prensa cerca de la sala, intentando bromear. Pero a la salida del edificio se vio sorprendido por las madres de los acusados: ¿Por qué has condenado a mi hijo? Le gritó una de ellas. Tsirkun, al ver que se le acercaban los familiares de los acusados, simpatizantes y periodistas, perdió claramente el poco juicio que le quedaba. Su cara, que ya de por si no despierta simpatía, se transformó, adoptando la expresión de una rata acorralada contra la pared, y de su boca en la que solo dientes se veían, salió un discurso plagado de disparates.

«Vosotros, bolcheviques fusilasteis a mi abuelo…Habría que colgaros a todos…os odio…»

Las cámaras de televisión de tres canales grababan con avidez el discurso del fiscal. La gente en mayor número se le fue acercando más. Entre ellos, Anatoli Tischin, padre de uno de los encausados, quien le preguntó sin levantar la voz: ¿De quién recibes ordenes?- no es asunto tuyo, le respondió gritando con todas sus fuerzas el fiscal.

-Deberías tranquilizarte, eres tú el que ha condenado a mi hijo a 5 años, y yo no berreo…

-Me quieres matar- espetó enloquecido el fiscal.

Anatoli sonrió: «si así fuese, no sería aquí ni ahora, así que cálmate».

Del corro que rodeaba al fiscal salieron insultos y maldiciones. Los antidisturbios, que habían estado observando el cuadro sin intervenir, se acercaron sin prisa e instaron amablemente a los presentes a disolverse. Tsirkun se fue protegido por una de las columnas policiales.

Esta es la versión completa de la histérica reacción del fiscal:

«Vosotros los bolcheviques, cuando estuvisteis en el poder, mandasteis al paredón a mi bisabuelo, por burgués, y nadie pestañeó. Odio vuestro poder bolchevique, ¿está claro? Lo odio. Malditos comunistas. ¿Qué hicisteis con el país? ¿No os daba lástima atravesar con vuestros sables a las mujeres embarazadas? Luchadores de clase. No os dio pena fusilar a la familia del Zar ¿verdad? ¡Venga disparadme, colgadme! Os odio, malditos comunistas de mierda. ¿Os ha quedado claro? Siempre os voy a pisotear. A que esperáis, venid a por mí. Estoy solo, vosotros sois muchos.»

Notas.

El Partido Nacional Bolchevique es un partido de la izquierda radical, liderado por el afamado escritor Eduard Limonov.

Se mueve en la semiclandestinidad pues promueve la acción directa contra el actual régimen. Sin ir más lejos, esta noche pasada ha sido asaltado su cuartel general en Moscú por los servicios especiales del FSB.

La estética de sus militantes recuerda a la de los red skins, solo que los nacional bolcheviques han hecho pocos cambios respecto de la parafernalia nazi. Su bandera es como la nazi, pero con la hoz y el martillo en negro, en el lugar de la esvástica.

Sea como fuese, esta sentencia ha recibido la repudia absoluta de la mayoría de la opinión pública rusa.

En una encuesta hecha ayer por la prestigiosa emisora de radio «Echo Moskvui», el 87% (6317 oyentes) de las llamadas fueron en defensa de los nacional bolcheviques.