Por primera vez desde 1899, cuando comenzaron las estadísticas, la tasa de natalidad en Japón ha quedado por debajo de un millón de bebés en 2016, lo que representa un serio problema para el estado. Se trata de un pronunciado descenso en la población por décimo año consecutivo y, además, los nacimiento (976.979 bebés) estuvieron […]
Por primera vez desde 1899, cuando comenzaron las estadísticas, la tasa de natalidad en Japón ha quedado por debajo de un millón de bebés en 2016, lo que representa un serio problema para el estado.
Se trata de un pronunciado descenso en la población por décimo año consecutivo y, además, los nacimiento (976.979 bebés) estuvieron por debajo de los decesos. El año pasado 1.307.765 personas murieron en Japón, lo que dio como resultado una disminución récord de 330.786 en la población, de acuerdo con el informe.
Japón ha estado sufriendo de una tendencia de disminución demográfica durante décadas y la tasa de natalidad en 2016 cayó a 7,8 nacimientos por cada 1.000 personas, el nivel más bajo desde 1899.
La última encuesta del ministerio japonés de Salud reveló que en 2016 la tasa de fecundidad -el número promedio de hijos por mujer- se situó en 1,44, con una caída de 0,01. El descenso fue más pronunciado entre las mujeres más jóvenes y que recién tienen 30, al tiempo que aumenta ligeramente para las mujeres de más de 30 años y para las madres mayores de 40 años.
La isla de Okinawa, en el suroeste del país, es el lugar con más niños nacidos en el país, con un promedio de 1,95, mientras que la capital Tokio tiene la menor tasa de natalidad de Japón, con 1,24. Los nacimientos están en un descenso gradual en Japón desde los ’70 cuando se registró el llamado «baby boom» con un promedio de más de 2 millones de nacimientos al año.
«El informe demuestra nuevamente que los problemas demográficos de Japón son extremadamente graves», dijo Yuichi Kodama, economista jefe de Meiji Yasuda Life Insurance en Tokio.
«Existe una alta probabilidad de que la disminución de la población continúe de manera sostenida. Japón tiene que abordar seriamente los problemas fiscales y de seguridad social y encontrar una forma de mejorar el ritmo de crecimiento del país», añadió.
La merma en los nacimientos es un asunto de estado.
Es que la disminución de la tasa de natalidad y el envejecimiento de la población están reduciendo drásticamente la fuerza laboral del país y eleva los costos del estado de bienestar. El primer ministro, Shinzo Abe, tiene como objetivo elevar la tasa de natalidad por mujer hasta 1,8 niños promedio (frente a los 1,44 de 2016) en un intento de revertir la disminución de la población. Pero las proyecciones no son optimistas, pues los primeros cálculos en base a estadísticas oficiales muestran que la población de Japón podría caer a 88,1 millones para 2065.
Eso sería casi una tercera parte menos que la población de 127,1 millones que había en 2015.