Desde Les Cayes llegó a Puerto Príncipe, luego alcanzó a Ouanaminthe y ya está en todos los rincones de Haití. Es la voz de protesta del pueblo, que reclama por el alto precio de la canasta básica, de la corrupción de la policía, de la ineficacia del Estado, y también de la presencia de la […]
Desde Les Cayes llegó a Puerto Príncipe, luego alcanzó a Ouanaminthe y ya está en todos los rincones de Haití. Es la voz de protesta del pueblo, que reclama por el alto precio de la canasta básica, de la corrupción de la policía, de la ineficacia del Estado, y también de la presencia de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), que además de herir la soberanía del país, violenta a sus mujeres y niños.
Desde la última semana las protestas tomaron las calles, siendo fuertemente reprimidos por las fuerzas de seguridad del gobierno. En la madrugada de ayer (09), neumáticos se quemaban en los barrios de Ouanaminthe. Las escuelas y bancos de la ciudad cerraron sus puertas. La población acusa a los policías de dificultar las importaciones, especialmente de alimentos.
Huevos, gallinas y géneros alimenticios perecederos venidos desde República Dominicana son señalados como productos que no pueden entrar en Haití, pero después de ser confiscados por los policías durante el día; a la noche, ellos mismos, los revenden a los comerciantes locales. El precio de los productos básicos subió todavía más el último mes de marzo, con al alza del petróleo y los ingresos de la mayoría de la población no es suficiente para comprar alimentos o ropas.
En Haití, cerca del 80% de la población vive con menos de dos dólares por día. La gravedad de la situación en el país se refleja en la posición que ocupa en el Índice de Desarrollo Humano medido por las Naciones Unidas; Haití se encuentra en la posición 150 de 177 países evaluados.
En Puerto Príncipe, a las mismas protestas realizadas en todo el país, se le agrega el pedido de retorno del ex-presidente Bertrand Aristide, actualmente exiliado en África del Sur. En Petit-Goâve, los manifestantes prendieron fuego a una base de la Minustah.
En todo el país ya hay cinco personas muertas. Solamente en Les Cayes fueron tres las personas muertas, nueve heridos y varios detenidos. El gobierno de René Preval es acusado de ser incapaz de combatir la miseria, el hambre y el desempleo que afecta al pueblo.
La producción local del país fue destruida por la economía neoliberal y por la ausencia del Estado en la promoción del desarrollo de la agricultura interna. Así, el país es dependiente de la mercadería que llega, principalmente, de República Dominicana. Los acuerdos firmados con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial agravaron el problema del mercado.
«En Haití, los resultados de la reducción de los derechos de aduana sobre los productos agrícolas fueron catastróficos. El aumento de las importaciones de productos alimenticios fue tan espectacular que Haití importa actualmente más productos alimenticios que cualquier otro producto», dice el informe elaborado por Christian Aid sobre la liberalización agrícola de Haití.
El mismo informe mostró además que antes de la firma de esos acuerdos Haití era autosuficiente y satisfacía las necesidades alimentarias de su población, mientras que ahora utiliza cerca del 80 % de sus lucros con exportaciones para pagar importaciones de productos alimenticios.
Minustah
La misión de la Onu, liderada por Brasil, invadió el país en 2004, bajo el pretexto de mantener la paz, después de la salida forzada del presidente Aristide. Pero desde que llegó a Haití, es acusada de no ser capaz de solucionar los graves problemas sociales, y los soldados son acusados de violentar sexualmente a mujeres y niños, sin que sean castigados.
Con informaciones de Alai Latina y del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes