Hace más de dos meses, la situación de Haití se evidencia constantemente a través de los medios de comunicación. El terremoto del 12 de enero que devastó gran parte del país dejando cientos de muertos, heridos, mutilados, huérfanos y desamparados se convirtió en el foco de atención. Sin embargo, lo que muchos no saben es […]
Hace más de dos meses, la situación de Haití se evidencia constantemente a través de los medios de comunicación. El terremoto del 12 de enero que devastó gran parte del país dejando cientos de muertos, heridos, mutilados, huérfanos y desamparados se convirtió en el foco de atención. Sin embargo, lo que muchos no saben es que el desastre natural sólo exasperó la situación de injusticias sociales y políticas que ya había en el país.
En un comunicado divulgado el último viernes (12), los miembros de la organización haitiana Batay Ouvriye (Batalla Operaria) denuncian la dominación que la población del país sufría antes del terremoto y a la que está sometida hasta la actualidad. También denuncian la actuación política corrupta que cada día genera más miseria y dolor. Con una actuación ineficiente y lenta, el gobierno haitiano probó una vez más a la población de su país y al mundo que no es capaz de articularse para atender las principales necesidades que surgieron y se agudizaron después del terremoto. El hecho no sorprendió a aquéllos ya acostumbrados al juego político reinante en Haití. Batay Ouvriye denuncia que, en lugar de ocuparse de los problemas de la población, senadores y diputados están más preocupados por «asegurar cada uno su posición y continuar con sus mandatos ya finalizados».
La población haitiana también está observando, y no ve con buenos ojos, la entrada cada vez más acelerada de poderes extranjeros en el país para ofrecer «ayuda». Conscientes de que la mayor parte de los beneficios viene de organizaciones no gubernamentales, Batay Ouvriye rechaza toda y cualquier forma de dominación e invasión extranjeras. La organización afirma que el país de Desalines (líder de la Revolución haitiana) no es un terreno baldío cualquiera como para que lo invadan tropas militares.
La cita hace una referencia directa a la permanencia en el país de las tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la estabilización de Haití -Minustah-, que agrupa, en su mayoría, a soldados brasileros y estadounidenses. Mucho antes del terremoto, la organización ya denunciaba y rechazaba la acción considerada «asesina» de las tropas de ocupación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Nosotros, viviendo en carpas, toldos, o debajo de viejas telas, seguimos, ahora con la lluvia, sufriendo, humillados, y a veces morimos por una situación que es consecuencia de la miseria, miseria impuesta por los propietarios de tierras, por los grandes burgueses, por los corruptos del Estado y por los grandes capitalistas extranjeros, con sus fuerzas armadas, militares, así como policiales, para forzarnos para que sigamos en esta situación».
Para hacer frente a las clases dominantes, a toda la miseria, dominación, explotación, salarios y trabajos inhumanos y desplazamientos forzados, Batay Ouvriye llama a la población haitiana a levantarse, resistir y a luchar por sus intereses. Antes, llama a hombres y mujeres a tomar conciencia y comprender los problemas por los cuales pasa el país para sólo así volverse capaces de actuar e imponerse.
El reconocimiento de que los políticos actuales no gobiernan para el pueblo y no representan al pueblo es el primer paso para la entrada en el escenario político y transformación de la estructura política desfasada y desigual de Haití. «Hoy en día, según vemos la situación, para defender nuestros derechos, para arrancar nuestros derechos, tenemos que invadir la escena política con fuerza y determinación, definitivamente. Allí es donde las cosas se proponen y se deciden hoy en día».
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]
Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=46188