¿Pro-Marcos o anti-Marcos? No es éste el problema. En primer lugar hay que hablar de zapatismo y de zapatismos. No es un secreto que, a pesar de la postura anti o a-electoral del EZLN, miles de adherentes a la Sexta Declaración y a la Otra Campaña votaron. En mi caso, sigo con el dedo entintado. […]
¿Pro-Marcos o anti-Marcos? No es éste el problema. En primer lugar hay que hablar de zapatismo y de zapatismos. No es un secreto que, a pesar de la postura anti o a-electoral del EZLN, miles de adherentes a la Sexta Declaración y a la Otra Campaña votaron. En mi caso, sigo con el dedo entintado. Después de una primera etapa donde primaban las críticas y los ataques hacia López Obrador, la presión al interior del zapatismo movió el énfasis y el Sub declaró que no invitaba a no votar sino a pensar, que respetaba quien votaba y que la única condición de exclusión de la Otra Campaña era no participar directamente en la campaña electoral. Dicho esto, objetivamente la postura de los zapatistas impulsó una línea abstensionista, sostenida en particular por los tradicionales grupos de extrema izquierda al interior de la Otra Campaña.
Acusar a los zapatistas de la derrota de AMLO es una manera de evitar el análisis de la capacidad de movilización del centro-izquierda, el cual no logró acercarse al 40% a pesar que se proponía como la opción de los «pobres». Aritméticamente, si la mayoría de los «pobres» hubiese votado por el Peje, éste alcanzaría un resultado entre el 40% y el 50% como en el caso de la Ciudad de México. Entonces, antes de polemizar sobre el papel de los zapatistas hay que analizar las razones de la derrota del centro-izquierda y las de la victoria de las derechas, las raíces de las culturas conservadores y sus mecanismos de reproducción. Es decir, un serio análisis político y sociológico.
Realizado este análisis, más que las responsabilidades cuantitativas de los zapatistas, se pueden discutir las decisiones y las posturas políticas que asumieron. Efectivamente, desde mi punto de vista, Marcos y los grupos dirigentes de la Otra Campaña no pueden no asumir una responsabilidad política. Decidieron no votar por la seudo izquierda, una elección legítima. Decidieron no votar contra la derecha, una decisión discutible. No contribuyeron a evitar un escenario en el que todos pierden, incluidos los zapatistas pero sobre todo le México de abajo y a la izquierda. No mancarse el dedo de tinta, no mancharse de voto útil, no taparse la nariz…. Decisiones políticas que hoy pesan a los ojos de los millones de mexicanos que luchan para que se respeten sus votos, para evitar otros seis años de gobierno de derecha. No es culpa de la dirigencia zapatista pero tendrá que asumir sus responsabilidades con mucha sensibilidad y autocrítica porque muchos «otros» zapatistas tomaron una decisión distinta.
Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)