Ministros y delegados de más de 190 países están reunidos en Poznan, Polonia, para tratar de acordar un nuevo y ambicioso tratado para combatir el cambio climático.
La conferencia de dos semanas de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) intenta establecer las bases y compromisos para el acuerdo que será sucesor del actual Protocolo de Kyoto una vez que éste expire en 2012.
Es decir, servirá para negociar nuevos compromisos vinculantes para la reducción de emisiones contaminantes en los países industrializados.
Y tal como se estableció en la cumbre de Bali en diciembre pasado, estas negociaciones deben concluirse con la firma de un nuevo tratado en Copenhague a fines de 2009.
Muchos creen que éste no es el mejor momento para hablar de costosas energías limpias o reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Y de hecho, varias industrias en Europa ya han expresado sus temores de que no podrán llevar a cabo los «profundos cambios» que se requieren para cumplir las medidas que establecen los actuales paquetes de control de emisiones.
Así que en esta época de inestabilidad económica ¿sigue la comunidad internacional dispuesta a invertir en el control del calentamiento global?
«Es cierto que la crisis financiera está teniendo un impacto en todas partes» dijo a BBC Ciencia Ivo de Boer, Secretario Ejecutivo del UNFCCC, y quien organiza la conferencia de Poznan.
«También está teniendo un impacto en las negociaciones del cambio climático».
«Pero me anima que los líderes del G-20 ya lo dejaron en claro en su reciente reunión en Washington que la crisis financiera no debe ser una excusa para dar marcha atrás en asuntos tan importantes como el calentamiento global», dice de Boer.
«Así que todavía hay voluntad para avanzar en estas negociaciones».
¿Qué se busca?
Hasta ahora nadie ha rechazado totalmente el establecimiento de nuevas metas para reducir emisiones.
Pero aparte de la Unión Europea, que intenta reducir sus emisiones de CO2 en 20% para el 2020, ningún otro país ha expresado metas concretas para una reducción.
Según Ivo de Boer «Australia ha estado trabajando mucho en el establecimiento de una meta nacional, que espero se anuncie en Poznan».
«La República de Corea también ha dicho que está tratando de establecer un compromiso nacional, que espero sea anunciado el próximo año», agrega.
«Y quizás lo más importante -agrega el funcionario- es que Barack Obama recientemente confirmó su intención de que Estados Unidos reduzca sus emisiones a niveles de 1990».
La posición de la nueva administración estadounidense es vista como crucial para alcanzar un nuevo tratado de cambio climático.
La decisión de George Bush en 2001 de retirarse del Protocolo de Kyoto ha sido considerada la principal razón por la cual el tratado ha tenido un impacto mucho menor en las emisiones contaminantes de las que se planearon.
«Tengo esperanzas de que las cosas cambiarán ahora con el nuevo gobierno de Estados unidos» expresa Ivo de Boer.
«Porque el senador Obama ya ha declarado su intención de que Estados Unidos se comprometa vigorosamente en estas negociaciones».
Todavía está en duda, sin embargo, si el gobierno de Barack Obama estará listo a tiempo para participar en las negociaciones y en la firma del acuerdo en el 2009.
¿Y los pobres?
En la reunión se intentará también establecer medidas de cooperación para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al impacto del cambio climático.
Pero hasta ahora, el dinero para estos esquemas de adaptación es todavía hipotético.
Lo que se pretende es ampliar los mecanismos de Kyoto diseñados para recaudar fondos con los esquemas de intercambio de dinero por emisiones de carbono.
Con éstos se podría pagar para sistemas de infraestructura de agua potable, nuevas variedades de cultivo, muros de contención contra la subida del nivel del mar, y otros programas que serían necesarios para mitigar el impacto del calentamiento global y los cambios en los patrones de precipitaciones.
Según Ivo de Boer, «espero que Poznan marque el establecimiento del llamado Fondo de Adaptación, que ayudará a los países en desarrollo a adaptarse a estos cambios».
«Hasta ahora el financiamiento ha sido relativamente limitado y se ha dedicado sólo a los estudios para analizar la vulnerabilidad de los países».
«Pero espero que en esta conferencia se establezca el Fondo que generará dinero real para proyectos reales de adaptación en países en desarrollo».
Sin embargo, tal como subraya el funcionario, este Fondo no será suficiente para cubrir las enormes necesidades de estos países.
«Es claro que como parte del tratado de Copenhague necesitaremos establecer un sistema mucho más serio de financiamiento para adaptación en los países en desarrollo».
En la conferencia se espera también decidir si se debe ofrecer crédito a los países en desarrollo a cambio de evitar la deforestación de sus bosques y si se debe ofrecer ese crédito a través de un plan de la ONU.
El trabajo que falta por hacer, dice de Boer, será muy duro para poder cumplir con el plazo establecido.
«Por eso en esta conferencia debemos concentrarnos en los puntos clave que deben acordarse e incluirse en Copenhague y los detalles que pueden dejarse por ahora de lado podrán finalizarse después», dice el funcionario.